Por supuesto que el lavado de cerebros y la radicalización de individuos hasta convertirse en asesinos puede ser debida a muchas causas. Claro que no se puede garantizar la seguridad ciudadana al 100%. Pero también es evidente que la facilitación de permisos de residencia con apoyo a determinados colectivos (mientras se es riguroso en la aplicación de la normativa vigente con otros ciudadanos extranjeros), que ya constituyen un elevado tanto por ciento de toda la población de Cataluña, quizá queriendo así obtener sus votos para elecciones y pseudoreferendums, no ayuda precisamente a evitar problemas. Mientras en otros paises ya saltó la alarma al respecto hace tiempo, otros siguen con sus planes, entre otros, al parecer, aquel "Plan Marruecos 2014-2017", o similares, que a los que les corresponda deberían evaluar si han sido y son un coladero legal. Ya muchos paises europeos, entre otros, Alemania, Bélgica y Francia, están revisando los permisos de residencia concedidos en los últimos años y los funcionarios que no actuaron correctamente están siendo penalizados. Tras lo sucedido en Barcelona y Cambrils llama la atención que ningún presidente o dirigente de la comunidad musulmana haya dicho claramente que asesinar a personas indefensas que van paseando en paz, entre ellas muchos niños, no es una garantia para obtener un permiso de residencia en el paraiso. Mientras tanto la CUP mira para otro lado, otros llevan en su camiseta propaganda de un pais que, al parecer, ha apoyado al terrorismo, y el personaje con peinado a modo de peluca dice solemnemente, casi pisando los charcos de la sangre de muertos y heridos, en actos de condolencia y apoyo a las víctimas y sus familiares, no se qué chorradas sobre que no cambiará su hoja de ruta para el separatismo
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