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CUANDO ÉRAMOS FELICES Y NO LO SABÍAMOS

Se ha venido haciendo popular la expresión “Cuando éramos felices y no lo sabíamos”. La frase proviene de la comparación entre lo que fue la mal llamada 4ta República y la precaria situación económica, social y política que se ha venido gestando en estos veinte años de “socialismo del siglo XXI” transcurridos desde 1999, que ha empobrecido a la mayoría de la población, arruinando la economía y las bases democráticas. La frase en cuestión es independiente de las creencias ideológicas de la población, en todas las tendencias se oye esta expresión melancólica sobre el padecimiento de los venezolanos en la más grave crisis en su historia republicana, crisis expresada en mala alimentación, mengua por carencia de medicinas y asistencia médica, escasez de electricidad y agua, exiguo poder de compra de la población y mucho mas.

La clase media venezolana llegó a ser uno de los orgullos nuestros en América Latina, siendo la clase puntera en el desarrollo socioeconómico de cualquier país. Nuestra clase media llegó a tener más de seis millones de profesionales en todas las ramas de la ciencia y la tecnología, formados en universidades nacionales y extranjeras e institutos de educación superior creados por los gobiernos anteriores a 1999. Cabe destacar el programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho que formó en excelentes universidades del exterior a miles de venezolanos. Siendo el recurso humano el objeto y sujeto de la producción de bienes y servicios, es lógico comprender el grado de avance que se había alcanzado en el desarrollo de las fuerzas productivas del país. Se crearon numerosas zonas industriales, se fomentó el desarrollo manufacturero y agropecuario del país.

Nuestra clase media forjó la constitución y funcionamiento de las empresas básicas de Guayana del hierro y del aluminio, PDVSA que llegó a ser la segunda gran corporación petrolera del mundo, la construcción de la infraestructura productiva del sistema termoeléctrico, hidroeléctrico e hidráulico del país, llegando a poseer los dos primeros una capacidad instalada de 30 mil megawatios y el segundo con represas suficientes psra atender la demanda de agua potable. PDVSA llegó a producir más de 3 millones de barriles diario, hoy no llega a 900.000 barriles diario, las siete refinerías instaladas en el país están funcionando a un 30% de su capacidad instalada, estamos importando gasolina y las colas son inmensas para surtir a los vehículos del combustible. Estamos importando además petróleo liviano y aditivos químicos para procesar nuestro petróleo pesado. Estamos importando productos siderúrgicos que antes se exportaban, Después de estar exportando café durante mas de 140 años, hoy lo estamos importando para atender la demanda interna, lo mismo con el arroz, el maíz y otros productos agrícolas, de los cuales nos auto abastecíamos , llegando incluso a exportar excedentes. El sector industrial se ha destruido en 70% según las últimas encuestas de CONINDUSTRIA. El sector terciario de la economía, fundamentalmente el comercio se ha reducido en mas de un 60%, de acuerdo a encuestas serias, como las de Datanálisis, Consultores 21, entre otras.

El deterioro de las condiciones de vida de los venezolanos es tal, que ha provocado una diáspora, en su inmensa mayoría de jóvenes profesionales, un alto porcentaje con experiencia en las áreas de su formación: Médicos, ingenieros en las diferentes disciplinas, profesores desde el preescolar hasta el nivel universitarios, economistas, administradores, contadores, paramédicos, etc.. Esta diáspora representa a estas alturas un know how estimado en más de 12 millones de años hombre, estimando que un 70% de la diáspora está conformada por profesionales. De acuerdo a la encuesta del CENDAS (Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de maestros) correspondiente a Mayo de 2019, el costo de la cesta básica familiar para un grupo de cinco personas, supera lo 2.5 millones de bs mensual ¿Quiénes tienen en Venezuela un ingreso igual o superior a ese monto?. Solamente una minoría, incluyendo por supuesto a los que se han enriquecido súbitamente con recursos de la Nación. La pobreza general ronda el 90% de la población. De allí la creciente desnutrición, enfermedades endémicas y muerte, agravándose con la crisis hospitalaria. La frase del título de este artículo expresa la realidad económico social que estamos viviendo los venezolanos. No hay parangón con ningún otro estadio de la vida republicana de Venezuela.

Rafael Piña Pérez - Economista, prof. Titular universitario, Miembro de Venezuela Positiva

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