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CUARESMA 2023

El origen de la Cuaresma se remonta al siglo II. En el IV, se configuró en cuarenta días, a semejanza del tiempo de  peregrinaje del Pueblo de Israel con Moisés, y del que pasó, Jesús,  en el desierto. Comienza el Miércoles de ceniza y se prolonga hasta el Jueves Santo (este año, desde el 22 de febrero hasta el 6 de abril). Es uno de los tiempos fuertes de la Iglesia, para prepararnos a la Pascua, lo más importante en el cristianismo. La cruz y la muerte de Jesucristo impresionan vivamente nuestra sensibilidad, y nos mueve a amar a quien, por nuestra Salvación, se entregó tan generosamente; pero el cristianismo no se queda en el sufrimiento y la muerte: lanza su mirada hacia la felicidad eterna que nos espera tras la resurrección de nuestra carne,  si vivimos como debemos.

Tres palabras identifican la Cuaresma: ayuno, oración y limosna. Pese a ser laboral, el Miércoles de Ceniza, siempre, las iglesias se llenan de fieles y se nos recuerda nuestro origen ( "Dios formó al hombre con polvo de la tierra"), nuestro final terreno ( "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho") y la vanidad de las aspiraciones terrenas ( riquezas, títulos, poder...). En el Antiguo Testamento, cubrirse con ceniza era símbolo de arrepentimiento de los pecados (Jonás, 3, 6, por ejemplo).  En el Nuevo, aparecen lamentos (los  “ayes” de Jesús sobre ciudades impenitentes: Mt 11, 21; Lc 10,13). No sólo a nivel personal; también, a nivel social y político, debemos reconocer nuestro pecado y arrepentirnos  si queremos evitar que la ira divina descargue su justicia. No es bobada: si se es responsable, la conciencia nos espolea, y sabemos que, con nuestro asentimiento o el voto, podemos estar a favor de los verdaderos derechos humanos, o colaborar en crímenes nefandos  que claman venganza al Cielo.  

 

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