ÚLTIMA HORA

¡DIOS BENDIGA A LA REINA!

LETIZIA LA REINA MAS FORMADA, LA PROFESIONAL DE CARRERA MAS BRILLANTE; QUE SE LA RIFABAN EN LAS EMPRESAS POR SU DON DE GENTES Y CULTURA; GRAN MADRE PARA SUS HIJAS; GRAN ESPOSA PARA SU MARIDO; LA REINA MAS GUAPA DE EUROPA; A VER QUE TIENE QUE DECIR EL ENEMIGO, A ESTO. ES LA REINA MAS INTELIGENTE SOLO PARA SACARLE LA ÚLCERA MALA QUE MATARÁ AL QUE SIEMPRE VIVIÓ DE LA CARNAZA AJENA. SE CREE QUE, EL HABER ESTADO DE MAMPORRERO POR LAS FIESTAS EUROPEAS Y SARAOS EN MARBELLA LE DA DERECHO A DECIR AQUÍ PRÁCTICAMENTE LO QUE SE LE ANTOJA.

En una revista que regala un periódico los días domingo eyectada ella de deyectores en las mismas deyecciones de la España continental, vi a carroñero buitre de largo cuello que llega a todos los rincones, buscador de miserias humanas en otros, de las cuales él está pleno y enfermo pero jamás lo verá y reconocerá. No tiene piedad y ni ve que está rematadamente mal tomado -por retomado- él mismo, por el asunto reina Letizia. Siempre lo hace él mismo, y sin delegar, se tilda de “periodista” del corazón cuando por lo que dice es más bien especialista de lo de más abajo, de las partes más sucias: mondongo riñón ano, vejiga y de lo que desde ella continúa. En cuanto a su titulo de “periodista” le ha confundido y se comporta usando la licencia universitaria para el chivatazo refrendado por ese permiso para el chismorreo verdaderamente dañino para nuestra reina porque aprovecha el mas mínimo resquicio por el cual todas sus metáforas van a parar a ella, por la cual, comprobado tiene le sube su caché de alcahuete. Aquí no se dice absolutamente nada de la veracidad o falsedad, ni tampoco de su legitimidad y licitud; aquí se dice de privacidad, secreto y reserva, a las que se han de proteger las personas de magnifica altura, por ser de las que se ocupan los chismosos –a veces abusones- que de ellas viven sacándolas a plaza diciendo lo que de ellas les apetezca sin preguntarles si les gusta o no, eso, se la trae al pairo, sin el más mínimo respeto. Estaría más que bien que, cuando un tipo se declara “periodista” experto tocador del corazón (tocador de los cojones) de las casas reales, se haga una ley para controlar y marcar puntos de no retorno a todos estos sujetos permanentemente en una bulliciosa costura de fulanitas y menganitas, adecuadas para público a su altura y valía pero inadecuada para personas alteza y principales. ¡¡Una ley ya que ponga cinta americana en boca de los que viven de tratar a la realeza así como si tal cosa!! Como a zutano cualquiera.

Cuando a los ojos del hombre se le levanta e velo de Maya (principio de individualidad) a favor de la universalidad, yo, discípulo de Schopenhauer, veo también en el “periodista” al hombre que sufre. Ningún sufrimiento me resulta ajeno. Las penas incluso de reyes y magnificas personas en cuanto las conozco las hago mías; son todos los dolores del mundo mis dolores propios. Se conforma al Schopenhauerismo: “El mejor hombre es aquel que hace la menor diferencia entre sí mismo y los demás, que no los considera como absolutamente no-yo; mientras que para el hombre malo esa diferencia es enorme e incluso absoluta”

A pesar de lo dicho ya no puedo aguantar más. No aguanto más que viva del despiece, destroce, desguace de la realeza en la persona de nuestra reina; único blanco de sus ataques; que también sufre, y hasta llora –estoy seguro- cuando piensa en lo que le quedará en el tintero a su enemigo para decir. Sibilino no traspasa la línea roja y se queda siempre al filo de lo posible, punible y del delito. Sin conmiseración alguna cabalga por toda la existencia vital de la que es su víctima, llenándola de sombrajos-nubarrones; llegando osadamente a los límites del código penal, echándole, no digo que no, su buen par de cojones ¡¡¡Qué atrevimiento de muchacho!!!

Cada vez que habla la madre superiora del convento de todas las mamporreras de las monarquías; cada vez que nombran sobre todo para mal a la reina letizia, lo que hacen es multiplicarle los adeptos en el amor cariño y respeto a su excelente persona; en ver de las podridas putitas bocas que vienen las puntitas, las que no desinfectaría ni el vetadine en ellas y sus tejidos penetrado. Imposible botar abajo a figura que está en altura donde no se pude subir a derribarla. A pesar de todo, y sin embargo, ¿Es que se va a dar lugar a que la reina vaya al infierno por desearle malos acabares y murieres al ser humano que mas la ha perseguido en este mundo? ¿Es que no se piensa jubilar nunca? ¿Es que no hay cagalera que le impida publicar aunque sea por una sola vendita semana?

Le parecen bien todo tipo de informalidades faltonas y horteradas, eso sí, que le vengan mal a nuestra reina. A esas que él mismo trata de altezas serenísimas, luego no tiene empacho para a la hora de decir que se han puesto el mundo por montera y que han degustado cientos de amantes. Siempre termina enumerando todos los comentarios más desfavorecedores para letizia. Jamás transcribe loas y famas que oyó de ella, ejemplo: “que fue una gran estudiante y mejor profesional y persona. ¿Porqué no te desfogas dando leña a un saco niño? ¡¡Afloja contra, cónchale!!

“Ira de Fürstenberg la princesa que se atrevió a criticar a Letizia”. Yo lo que me pregunto es: ¿Quién se ha creído que es este señor, para después de haberle dado a la sin hueso a tino perdido a cuenta de la reina, le parezca mal lo que diga una princesa; persona, esa sí, casi o más a la atura personal de una reina. ¿No será inquina personal? (vaya usted a saber porqué) estar aprovechando la mínima para hacer ver un letrero lumínico en cielo nocturno que diga ¡¡Tenía yo razón o no!! La mala baba que la es toda baba de anciano, exponiéndome yo más aun, debo decir que no se debe hacer comparaciones de nuestra reina en las cuales siempre sale perdiendo. Las comparaciones de buena baba se hacen, o deber hacerse con la realeza de fundamento en Europa y no con los miembros más faranduleros y juerguistas irresponsables vividores.

Valiéndose de la princesa Ira y de “Vanity Fair”, a quienes les cuelga y endosa la opinión de que Jackie Kennedy es la mujer más chic, elegante y con más clase que ha existido; para perjudicar a la reina e inmediatamente decir que letizia es rígida. ¡Pues miren ustedes! Vamos a hablar un poquito de la belleza de la primera dama: era de frente casi tan prominente como neandertal; de cejas –aunque depiladas- las tenía cargadas como payes pirenaico; el pelo pesimamente mal cortado, adornado con una diadema de la chica del servicio; fue esquelética de hueso ancho. Compararla con nuestra reina es un exceso de optimismo; ya que aun a falta de seis kilos gana la española a la Kennedy por goleada y a su Ira del alma, si la española la trinca

repuesta de los seis kilos que le faltan, le mete un susto de belleza que la tira cayendo en peso para atrás

Lo dije una vez. Que mala suerte ¡¡que no resucitaran los reyes católicos!! Para que enrolaran como bergantes a los “periodistas” de los órganos medios bajos, en la carrera de Cuba sin dejarlos pisar puerto ¡en ida y vuelta hasta que fenezcan y sean echados a los pescados!, y a ellos traspasarles el veneno. ¡¡¡Claro!!! Si tiran a todos estos vainas al mar no se podría comer pescado, porque envenenaría con solo mirarlo.

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