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EL BERNABÉU ECHARÁ DE MENOS A TONI KROOS

Soy madridista reconocido, pero no me puede la pasión frente a la razón. Igual que cuando Xavi Hernández dejó el Barcelona (el jugador, que no el entrenador, que son dos personas distintas), sabía que el aficionado al buen fútbol perdía algo que será eterno y mis lagrimitas eché. El domingo, viendo al Bernabéu rendir ese merecido homenaje a Toni Kroos, también se me saltaban las lágrimas. Más por mi «futbolerismo» que por ser el capitán de mi equipo de siempre. Bueno, de niño era del Atleti, pero esa historia. Quizás se la cuente un día.

El alemán se ha ganado a la afición a base de pases de banda a banda, faltas a la escuadra y al poste bajo, pases de gol a Vinicius Jr. y córneres medidos a la cabeza de Sergio Ramos, Rüdiger o Benzema. Sí, ese ha sido el jugador de fútbol que vamos echar de menos todos los aficionados, seamos del equipo que seamos. Este artículo se lo quiero dedicar a la persona que es, cuando se quita la equipación deportiva. Ese que ven los niños y sueñan ser como él. Ese a quién me gustaría que se hubieran parecido mis hijos, si los hubiera tenido. Una persona que no habla cuando no tiene nada que decir, pero que cuando hay que poner los puntos sobre las íes, no se come ni una coma. Fiel a sí mismo, siempre. Pocos jugadores he visto, a mi edad, que hayan gestionado mejor que él, su ego. Muy posiblemente esté entre los 10 mejores jugadores de todos los tiempos y la medular que hizo con Modrić y Casemiro en el top-3.

Se va con cinco Champions en la vitrina de su casa. La que ganó con el Bayern de Múnich en 2013 y las que lo hizo con el Real Madrid en 2016, 2017, 2018 y 2022. También se va un campeón del mundo en aquella final de 2014 que ganó a Argentina. No les voy a detallar la gran cantidad de títulos cosechados, para eso está la Wikipedia (a la que acabo de mandar una corrección en el historial de Kroos, que pone que tiene 6 Champions y esa la tiene que ganar este sábado). Lo que sí quiero resaltar es que ese jugador que llegó al equipo de Concha Espina en 2014 y que, de la mano de Rafa Benítez, pasó a ser ese centrocampista que hace bueno al equipo y que consigue que todos los jugadores que están a su alrededor brillen, se nos va y, no sé ustedes, pero yo y el Bernabéu lo vamos a echar de menos.

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