ÚLTIMA HORA

EL FUTURO ESTÁ EN EL AYER

                                                                        

                                Sí; considero es así, puesto que metafóricamente, es como en general se observa, “al grande y milenario árbol; sólo se ve y aprecia su corpulencia exterior, pero pocos o ninguno piensa simultáneamente, en el conglomerado de raíces que lo sujetan, sostienen y alimentan, bajo la corteza terrestre, sin lo cual, no existiría lo que aprecian los ojos humanos con admiración.

                                Por ello… por todo ello, no sólo hay que enseñar el presente y el futuro, sino y con mucho más sentido, el pasado y sobre todo, los seres humanos que de verdad, conforman, “las raíces que nos sostienen”. Lo nuevo está por ver lo que resultará pasado “su tiempo”; y esa absurda “adoración” a lo joven o la juventud; no se olvide que como alguien dijo… “La juventud es una enfermedad que pasa pronto” y desaparece, afortunadamente”.

                                De ahí y como ocurre en la actualidad, en la muy potente China con su aparato militar y fabril, amén de su inmensa tesorería; todo ello logrado en un tiempo record, gracias al viejo gobernante, que indicó, aquello, de que… “Da igual gato blanco que gato negro, siempre que cace ratones”; lo dejó para la historia, Deng Shiaoping; y el que no sé, si también fue el autor, de que se volviera al estudio de los viejos y sabios chinos (Confucio y otros) y que sus enseñanzas volvieran a la escuela actual; cosa que según tengo entendido, también lo están llevando a cabo, los inteligentes y muy viejos chinos (su cultura es tan vieja, que parió la de Japón e influyó en el resto del mundo, “más o menos cercano”) y es por lo que han vuelto a ser lo que ya fueron en siglos pasados, la primera potencia mundial, pero que entonces se encerraron en su inmenso territorio y no quisieron saber nada de los demás; hoy por el contrario, “sus tentáculos” están ya extendidos por gran parte del mundo, mundial; lo que concuerda con lo que en su día afirmara Napoleón, sobre la potencia latente en la China de su tiempo y la imposibilidad de conquistarla o vencerla.

                                Por todo ello, hoy dedico mi artículo a esa vieja China y su vieja sabiduría, encarnada en el gran maestro, Confucio y sus muchos discípulos; del que por la enormidad de lo que dejó hablado y escrito; yo sólo he leído un poquito, pero como admirador de, “la sabiduría, inteligente y positiva venga de donde venga”, le rindo pleitesía difundiendo orígenes y frases concretas; y el interesado que busque por sí, mismo en ese “mar inmenso”, cual es la sabiduría confuciana. Iniciando ello, con lo que opinaba sobre el gobierno:

                                “El buen gobierno consiste en limitar los gastos oficiales”: Lo afirmó CONFUCIO “medio milenio antes de que naciera Cristo”; como mente muy cultivada, en general su sabiduría viene del constante observar, a la Madre Naturaleza, en ese libro que ésta dejó escrito para que el ser humano, lo lea constantemente, lo interprete y aplique en todo lo positivo que enseña; y entre ello destaca precisamente, la buena administración de todos sus recursos, que administra hasta el extremo máximo que queramos encontrar en su estudio. Y dónde predomina la jerarquía bien aplicada, para que cada especie se fortalezca, conservándose a sí misma y a todo lo demás de su entorno; puesto que todo es un complemento extraordinario y del que estamos muy lejanos de comprender.

                                Otros pensamientos confucianos: “El duque Ai preguntó a Confucio: “¿Que es este gran li? ¿Por qué hablas de li como si fuera una cosa tan importante?” Confucio replicó: “Tu humilde servidor no es realmente digno de comprender el li”. “Pero tú hablas constantemente de ello”. –dijo el duque Ai. A lo que Confucio respondió: “Lo que he aprendido es esto: que de todas las cosas por las cuales vive el pueblo, li es la más grande. Sin li, no sabemos cómo ejecutar el culto adecuado a los espíritus del Universo; o como establecer la situación adecuada del rey y sus ministros, el gobernante y los gobernados, y los ancianos y los jóvenes; cómo establecer las relaciones morales entre ambos sexos, entre los padres e hijos y entre los hermanos; o cómo distinguir los diferentes grados de parentesco en la familia. Es por ello que un caballero tiene a li en tan alta estima, y procede a enseñar sus principios al pueblo y a regular las formas de su vida social”. (Sigue diciendo más normas a seguir).

                                “El arte de gobernar consiste simplemente en hacer las cosas correctamente, o ponerlas en sus debidos sitios. Cuando el gobernante mismo es “correcto”, entonces el pueblo lo sigue naturalmente en su senda justa. El pueblo copia simplemente lo que hace el gobernante, pues si el gobernante no lo hace ¿de dónde sabrá el pueblo cómo y qué seguir”. “El esposo y la esposa deben tener deberes diferentes. Los padres e hijos deben ser afectuosos unos con otros. El rey y sus súbditos deben tener una rígida disciplina. Cuando estas tres cosas son correctas, todas las demás se suceden”.

                                Todo lo copiado y muchísimo más, se encuentra en un libro muy resumido; escrito por un chino que se llamó; “Lin Yutang”(1) y que se titula, “La sabiduría de Confucio”; del que poseo un ejemplar; pero en síntesis, todo se reduce a la gran enseñanza que significa: LA FILOSOFÍA, LA RELIGIÓN y LA POLÍTICA: No hagas a nadie nada que no quieras que a ti te hagan, sea a un ser humano, un animal o una planta; incluso a la tierra, el mar y resto de aguas que frecuentas, incluido el aire que respiras; y que fue lo que te dio la vida; si así lo haces, notarás un estado de bienestar que ni te lo imaginas. A nosotros, el pueblo, nos importan dos cojones, los políticos que sean; lo que queremos son verdaderos estadistas, o sea, hombres y mujeres de Estado, y que de verdad, vayan solucionando los verdaderos problemas de España y resto de países y, que no son de partido alguno; son de todos los españoles y eso se olvida totalmente. (7 MAYO 2019)

(1) Lin Yutang (pinyinLín Yǔtāngchino: 林語堂 (XiamenFujian10 de octubre de 1895 ; YangmingshanTaiwán26 de marzo de 1976) fue un escritor chino. Sus obras y traducciones de textos clásicos chinos fueron muy populares en Occidente. Nació en el suroeste de China, una región montañosa que le influyó de tal forma que se consideraba hijo de las montañas. Al igual que su padre, Yutang era cristiano.  Estudió en la universidad de Shanghái, y obtuvo una beca para el doctorado en la Universidad de Harvard. No obstante abandonó pronto Harvard para irse a Francia y finalmente a Alemania, donde se doctoró por la Universidad de Leipzig. De 1923 a 1926 enseñó literatura inglesa en la universidad de Pekín. (Wikipedia).

 

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

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