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EL LEGADO DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Defensores del denominado socialismo del siglo XXI anotan como exitoso al régimen que instaurara Hugo Rafael Chávez Frías desde 1999. La realidad nos está mostrando fehacientemente que los hechos nos dan un gran saldo negativo que podemos resumir en un crecimiento de la pobreza general que ronda el 88% de la población de acuerdo a estudios realizados por varias universidades nacionales (UCV, UCAB, Simón Bolívar). La economía se ha venido contrayendo desde que empezaron las masivas confiscaciones de empresas en agricultura, industria, comercio, con controles perversos de precios y de cambios. Solamente en los últimos cinco años del Sr. Maduro ( legado póstumo de HRCHF) la economía se ha contraído un 50%, incluido lo que va de año 2018. Esta reducción del tamaño de la economía ha acentuado el desempleo formal que cifras extraoficiales lo ubican por encima del 20%, las estadísticas oficiales brillan por su ausencia en PIB, inflación, desempleo, pobreza, índices de escasez, etc.

Se han expropiado más de 3000 empresas de los diversos sectores de la economía, estimaciones también extraoficiales establecen que más de la mitad de esas empresas están paralizadas, mientras un porcentaje importante está funcionado en precarias condiciones económicas siendo manejadas por un clientelismo político partidista. Nuestra principal empresas PDVSA Está endeudada, en default, con demandas perdidas en el arbitraje internacional, manejada clientelarmente, han destruido su meritocracia para facllitar el control de la renta petrolera, estando una porción importante de la renta petrolera en cuentas externas de particulares vinculados al gobierno. Los fondos parafiscales FONDEN Y BANDES ha recibido más de 200.000 millones de dólares, robados, despilfarrados y regalados a otros países. A través del control cambiario se han robado otros 200.000 millones de dólares a través de empresas ficticias llamadas fantasmas.

Una porción importante de las asignaciones presupuestarias a servicios básicos en salud, educación, electricidad y agua, no han llegado a su destino, mientras se deterioran estos servicios. La electricidad por ejemplo es un servicio que viene decayendo en calidad y cantidad. Los apagones y bajones de voltaje vienen causando daños en los artefactos eléctricos de las familias y empresas, ni hablar de los hospitales, afectando la salud de los pacientes. Son inmensurables las pérdidas por este problema tanto en las familias como en las unidades de producción de bienes y servicios. El aumento de la demanda por crecimiento de la población no es atendida, por cuanto no se viene aumentando la capacidad instalada y por las deficiencias en el mantenimiento de las instalaciones de los sistemas hidráulico y eléctrico.

Se acentúa progresivamente la escasez de alimentos, medicinas e insumos de la producción. Estimaciones extraoficiales en un país que se va quedando sin estadísticas oficiales indican un índice general de escasez de alimentos en un 50%, en medicinas supera el 80% en muchos renglones. La hiperinflación sigue en ascenso y las medidas que toma el gobierno es para agravar la escasez y la inflación. El empobrecimiento de la población es en consecuencia ascendente, aumentando la desnutrición en todas las edades, particularmente grave en la población infantil. Aumenta la frecuencia de muertes en enfermedades endémicas que han reaparecido y en los pacientes renales, con sida y otras afecciones. La calidad de vida de los venezolanos viene en picada, la clase media fue arrasada, disminuyendo progresivamente el poder de compra de las familias.

El 90% de la población no cubre en promedio ni el 20% de la canasta básica familiar. El hambre campea en este pobre país petrolero.

Dada la concentración de los poderes públicos, se viene abusando del poder, violando los derechos humanos con detenciones arbitrarias por el simple hecho de disentir o protestar pacíficamente. El Foro Penal Venezolano bajo la excelente dirección del Dr. Alfredo Romero viene entregando frecuentes informes sobre esas violaciones y alertando a los venezolanos sobre estas atrocidades en la conducción de la justicia. Se tortura a los detenidos, malos tratos físicos y morales, detenidos con boletas de excarcelación, sin ser liberados. La degradación moral es también creciente, cada vez aparecen casos graves de corrupción y cuentas millonarias en poder de los corruptos. Este flagelo se extiende con relativa facilidad por la limitada actuación de los organismos juridicionales para combatirla. Son numerosos intocables los protegidos del alto gobierno.

Rafael Piña PérezEconomista, profesor Titular de LUZ, expresidente de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia

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