ÚLTIMA HORA

EL VALOR AÑADIDO DEL TURISMO

Según los datos del año 2019, el turismo en Canarias representaba el 35% del PIB. A día de hoy sigue siendo nuestra mayor fuente de riqueza, además de generar más de 340.000 puestos de trabajo, nada menos que el 40% del empleo total en las Islas según el estudio de impacto económico publicado por Impactur. Con estos datos y con una crisis sanitaria que ha obligado a un parón total con consecuencias económicas que podrían ser devastadoras, nuestro ministro de Consumo, Alberto Garzón, se ha referido al turismo como "una actividad de bajo valor añadido". En estos momentos tan duros, en lugar de aportar certidumbre, Garzón ha preferido erigirse en "etiquetador de valores". Para todos es obvio, excepto para el ministro, que cualquier producto por básico que sea, puede pasar de tener un bajo a un alto valor añadido, por tanto habría que describirle en qué consiste exactamente esa transformación.

En general se entiende por valor añadido la "utilidad adicional que tiene un bien como consecuencia de haber sufrido un proceso de transformación". No obstante, en el sector turístico el proceso resulta mucho más complejo, puesto que el valor añadido de un servicio o un producto turístico es la resultante de la suma de distintos factores que le dan a la oferta un factor diferencial, el cual, a su vez, debe ser reconocido por el cliente al que va dirigido para destacar sobre la competencia en un mercado cada vez más exigente y globalizado, porque competimos con los mejores destinos turísticos del mundo.

Pepe Juan Medina, tras toda una vida dedicada al turismo por donde ha transitado en casi todos los trabajos relacionados con esta actividad hasta su actual puesto de director de Hotel, me explica con un ejemplo sencillo el concepto de valor añadido obtenido tras la transformación de una materia prima. Por ejemplo, una camiseta de algodón puede tener bajo valor añadido, pero si le agregamos compuestos para obtener un material transpirable puede ser de medio valor añadido, y si además de ser transpirable, su producción se hace utilizando material reciclable, obtenemos un producto de alto valor añadido.

En el caso de los hoteles, su especialidad, me explia que en pocos sectores o actividades se produce una combinación de procesos tales en número y diversidad. Procesos de mejora que van desde la contratación a la atención individualizada, incluyendo el mantenimiento y confort de las estancias, de los servicios que se ofrecen, la elaboración de los menús, el mantenimiento correctivo, el aseguramiento del estándar de calidad y normas sanitarias para mantener la seguridad alimentaria e higiene de las instalaciones, etc. Estos procesos, en su conjunto, son los que crean una utilidad mucho mayor al que hay que sumar "el altísimo valor añadido que aporta nuestra experiencia en la gestión". Por si fuera poco, desde hace mas de 10 años, hemos incorporado tecnologías como Kaizen y Six Sigma, importadas de la industria, para mejorar los procesos con el espíritu del eterno aprendiz que se reinventa para ofrecer a los usuarios la mejor experiencia posible. Me termina recordando Pepe Juan que España lleva exportando tecnología y profesionales hoteleros desde hace mas de 30 años, liderando el sector vacacional a nivel mundial a mucha distancia de nuestros competidores.

Por si no ha quedado claro que se trata de un sector clave para nuestra economía y en permanente evolución y puesta al día , desde mi experiencia puedo añadir que desde el punto de vista arquitectónico un hotel es una máquina, que además de estar perfectamente concebida debe al mismo tiempo ser flexible para poder evolucionar y fusionarse con la propia experiencia de los clientes. Como muchos de sus alumnos, tuve la gran suerte de tener como profesor a Luis López, arquitecto autor de hoteles emblemáticos de las islas y exportador de muchas ideas que hoy en día vemos con naturalidad en muchos establecimientos en el mundo. En las clases que impartía ya hace más de 20 años nos introducía en conceptos como la integración paisajística, la eficiencia y el ahorro de energía. En una época donde probablemente ni siquiera nuestro actual ministro las hubiera imaginado, en nuestra isla ya se ponían en práctica estas ideas transformadoras.

En un reciente artículo de David Morales, otro buen amigo y también director de hotel, además de sumarse a la indignación de todo el sector sobre las declaraciones de Alberto Garzón, nos adelanta una noticia que no hace sino corroborar que el sector turístico está en permanente adaptación y, por tanto, aportando valor añadido, en este caso en forma de seguridad. Se trata de la creación del "Cielo Único Europeo" promovido por la UE como una evolución del espacio “Schengen”, en forma de estímulos organizativos, económicos y financieros para acortar rutas, tiempos de vuelo y mejorar la conectividad, la seguridad y el consumo de energía que emplean las aerolíneas, "vitales para un destino como el canario alejado y fragmentado".

En estas y otras innovaciones, como las medidas de seguridad sanitaria implementadas por los propios hoteleros es en donde deben trabajar las administraciones públicas para ayudar a que el sector turístico siga siendo vanguardia, en lugar de críticas lo que necesitamos es la adaptación o creación de normas, decretos, directivas y reglamentos prácticos y eficaces. Falta política útil y sobran inútiles en la política.

Iván Sánchez es arquitecto y responsable de política municipal de la agrupación de Ciudadanos (Cs) en Telde.

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