ÚLTIMA HORA

FANZINES Y CULTURA

 

¿Valoramos de forma correcta y adecuada toda la producción cultural que se ha producido en el campo de los fascines o fanzines durante estos últimos ochenta años…? 

¿Se conservan, se catalogan, se estudian, se archivan, se investigan, son la base para artículos académicos y periodísticos, para tesis doctorales y trabajos fin de grado? ¿Para documentación de una sociedad y un tiempo y una cultura en distintos ámbitos de la realidad…? 

Se suele designar que el término y concepto y vocablo fanzine fue creado en 1940 por Russ Chauvenet, y esencialmente consiste en revistas por y para aficionados. 

A mi entender, aunque estas revistas tienen multiplicidad de temáticas, todas las posibles e imaginables, todas las artes y todos los saberes en mayor o menor medida, se pueden dividir según el soporte en varios grupos: fanc(z)ines sobre papel, sobre video, sobre audios, sobre disquete, sobre CD, sobre DVD, y ahora fancines realizados directamente en Internet. 

Con lo cual esto puede parecer una clasificación académica sin importancia. Pero si deseamos que la cultura o la Cultura, con “c” o con “C”, perdure para el futuro, hay que tener en cuenta, valorar que los realizados o los que se vayan a realizar no se pierdan, olvides, deterioren, destruyan… Existen ya, una serie de bibliotecas especializadas en la conservación de este material, o, bibliotecas generalistas, que tienen una sección sobre esta temática, pero quizás falta, que dichas colecciones, coleccionistas, bibliotecas empiecen a conservar la producción “de fancines electrónicos de Internet”, así como los creados en otros materiales que no son solo papel… 

Existen fancines-fanzines que no tienen digamos número de depósito legal, pero existen fancines que si lo tienen, porque sus autores o gestores así lo han querido y la administración ha tenido bien a dárselo y ofrecérselo. Con lo cual, estos fancines han tenido, en España, según regiones, entregar y depositar una serie de ejemplares para su conservación. Por lo tanto, son publicaciones en todos los sentidos de la palabra, en toda la legalidad, con más o menos ejemplares, realizados o publicados en distintos soportes posibles: papel, video, audio, disquete, casete, DVD, CD, etc. 

Con lo cual, debe o deben existir, si han sido indexados y catalogados y etiquetados por los centros de recepción de todo ese material publicado en cada país o región, deben existir al menos las fichas para la consulta… -debo indicar, que algunas de ellas, los conservan, pero no crean la ficha, con la excusa de que están publicados en reprografía o si son electrónicos tienen etiquetado manual…-. Paradoja porque es un material publicado, habiéndose realizado unas decenas de copias o unos cientos, por lo general, sin venta, gratuitos, pero que están bajo el imperio de la ley, en todos los sentidos, pero no se cataloga o se le ofrece una ficha, para poder ser consultado –y, esto sucede en algunas bibliotecas, que no citaré…-. 

Puede como en todo, sea un libro o revista con hojas de oro o con simples fotocopias, puede ser o tener un contenido muy reducido en valor y originalidad y creatividad. La materia con la que se realiza o se materializa o se publica no muestra o demuestra la calidad o el valor del contenido… Por tanto, es posible, de cien fancines o de mil, que el valor que pase a tener o ser considerado, puede ser que solo sea el uno por ciento de todos los realizados. Pero el resto que se puede considerar de menos calidad y calidad y sentido y significado y originalidad y creatividad, puede mostrar la forma de pensar y sentir y actuar de determinadas personas y grupos… 

Estimo que todo responde a lo mismo, el ser humano tiene una vida interior e individual, y, algo de todo ello, quiere mostrarlo a los demás. Puede que los demás, de su época o su momento, estén de acuerdo o no con esos contenidos o símbolos. Pero es esa necesidad de hacer sacar y plasmar algo del interior en el exterior. Desde el cerdo verrugoso pintado hace cuarenta y cinco mil años en las Seychelles, hasta ahora, siempre es lo mismo, da lo mismo sean dibujos o palabras o sonidos o movimientos o sabores… siempre es mostrar algo, algo de dentro hacia fuera. 

Porque en ese mostrar algo, se produce una especie de terapia, de curación desde dentro, de entendimiento/comprensión/curación un poco mejor de dentro. Es algo así como un volcán, alcanza una temperatura y presión, y estalla y explota y tiene que salir hacia fuera… pues algo así, con ideas o sonidos o imágenes o formas, de múltiples temáticas, artes, saberes, conceptos, ideas, deseos, fines e intereses… Es una especie de terapia o catarsis –ahora está función la cumplen las redes sociales…-. 

Pienso y opino y creo y estimo que existen “libros fanzines”. Es decir, una publicación de un libro, que no es una serie, no es una revista, ni tiene intención de serlo. Sino que es un libro, que puede tener diez o cien copias, realizado o construido o publicado en papel o en un sistema electrónico físico o material –CD, DVD…-, y, que es una publicación en sí, que es un fancine-libro, en sentido estricto, puede ser a fotocopias puede ser a DVD, y que puede tener depósito legal individual o no tenerlo, pero que tiene ese espíritu, diríamos, de la producción diversa y diferente, con “el sello o el número de la legalidad vigente”, en España el Depósito Legal, o ser copias, sin dicho requisito. 

Menciono el concepto no solo de “revista fancine”, sino de “libro fancine”, que pienso no se ha valorado lo suficiente. Un libro que puede tener, todas las características de cualquier libro publicado por una empresa privada o pública, incluso con ISBN, o sin él, pero que dispone de más de cincuenta páginas, que son la condición de libro en España, y, si tiene menos sería un folleto, que no es una revista, porque no habrá una serie con el mismo título o número, sino que tiene un título o un autor o varios, etc. Reitero el olvido del concepto y de la idea y de la necesidad de “coleccionar y recuperar y valorar ese concepto” de libro-fancine o libro-fanzine… 

Para terminar, yo diría, que las bibliotecas oficiales, públicas o privadas, indaguen entre sus fondos, y averigüen si tienen publicaciones fancines en sus depósitos. Sean de revistas en fancines, sean de libros en fancines, sean en un material de soporte o sea en otro… Y, catalóguenlos, archívenlos, indéxenlos porque puede ser una riqueza cultural importante y esencial para entender el presente y el futuro… 

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