Cuando en antropología cultural se estudia como se crean las tradiciones culturales, nos acercamos a ese fenómeno por aproximaciones. Aquí en este cocido fiesta tenemos un ejemplo.
Diríamos, que de una necesidad humana, como vender los productos del cerdo, alguien o un grupo de personas, se les ocurre construir un día de fiesta y de celebración del cocido gallego, que en definitiva, es la materialización o transformación de los productos del cochino en alimentación humana. Y, de aquí, se van derivando como unas manos de pulpo arborescente: no solo una fiesta, sino un mes del cocido, una Feria del cocido, un concurso de periodismo y de información sobre el cocido, un museo, etc.
Alimento y religiosidad.
Solo faltaría, que pidiendo los pertinentes permisos, se celebrase, supongo que no se hace, una Misa religiosa, que tuviese el fin propio religioso y además, unirla al día grande de esta conmemoración. En otros tiempos, que en esta Europa, todo se pasaba por lo religioso, esto sería normal y rutinario y nadie lo pondría en negativo. Pero ahora, supongo, que simplemente, indicarlo, es parecer anacrónico. Pero no debemos olvidar que de las cinco grandes religiones occidentales del monoteísmo, con todas sus diferencias y matices entre ellas: Akenaton o Akenatismo, Moisés, Zoroastro, Jesús de Nazareh, Mahoma… de estos monoteísmos, tres de ellos, tienen su raíz, en la promesa de la nueva tierra “donde fluye y abunda la leche y la miel”.
Con lo cual, volvemos a pensar que las tres religiones monoteístas, tienen su origen en la promesa de una Nueva Tierra Terrena y Terráquea, dónde abunda la leche y la miel, en definitiva, el alimento, además, evidentemente, de normas religiosas en sentido estricto, normas morales, normas espirituales –en todos los mandatos del Antiguo Testamento, 613, muchos de ellos alimentarios-. Supongo que este discurso ahora, será extraño y singular, pero no podemos obviar las diversas dimensiones de la realidad humana, de la gastronomía también.
Origen.
En 1968 en la comarca de Deza, dónde se enmarca esta fiesta y pueblo de Lalín, se pensó que había que inventar o crear o diseñar tácticas de la venta de los productos comarcales. Y, se pensó que los productos derivados del cerdo eran lo apropiados. Y, se empezó a pensar en un día del cocido, fiesta o día, domingo al anterior del carnaval. Y, de ahí, fue derivando y amplificándose a todos los acontecimientos –perdonen, que no utilice la palabra evento, que no me agrada a mi oído y lengua y corazón-, que hemos ido narrando.
Y, supongo que al estar esta fiesta en pleno auge y evolución, se irá ramificando como un árbol en nuevas situaciones y realidades –por ejemplo, con permiso de autores y autoras, no solo crear una Web específica para esta fiesta y el cocido, sino que en ella, se vayan insertando con enlaces a todos los artículos periodísticos que se han ido presentando durante estos treinta últimos años-. Y, que sirva también esa Web para ir amplificando informaciones y notas, sobre el cocido de Lalín, pero también, sobre el cocido en general, sobre la gastronomía y la gastronomía gallega en particular… Que se vaya convirtiendo como en una especie de Archivo y Centro Documental Virtual sobre el Cocido y el Cocido de Lalín.
Día Internacional del cocido.
Existe un día del cocido, si mis datos son ciertos se celebra el 27 de febrero. No olvidemos que la matanza del cerdo, una fiesta, como todas en la península durante mucho tiempo, mitad religiosa y mitad secular, se hacía hacia el invierno, en los días más fríos, para que fuese propicio para la conservación, dónde el frío impedía la existencia de la mosca, etc.
Hay quién piensa que toda la alimentación humana desde la prehistoria, tiene unas maneras básicas de alimentarse y cocinarse: cruda, asada por fuego, frita en algún recipiente y con alguna grasa, con agua o cocida –los artilugios modernos podrían ser derivaciones de alguna de estas formas-. De estas cuatro maneras básicas penden todos los alimentos, evidentemente, antes del fuego y después del fuego, que se cree se pudo empezar a utilizar hacia quinientos mil años antes de nuestra era. Pero también se indica que quizás, en incendios naturales, se quemarían animales, y, los homos de aquellas épocas, incluso los homínidos antes de los homos, pudieron aprovechar animales quemados de forma natural.
Consecuencia.
El cocido de Lalín, como símbolo y metáfora e hipérbole de la realidad humana. Ese ansía y necesidad de vivir y sobrevivir. De convertir todo, en algo más que la apariencia, en convertir la necesidad económica, en alimento, el alimento en fiesta. Convirtamos, entre todos a Lalín, en una conmemoración internacional sobre la Paz y el Alimento. ¿Piensen las fuerzas vivas, en la posibilidad de otorgar un Premio Europeo de Gastronomía…?