La izquierda en América Latina y España se regocijan porque en las elecciones de México del pasado 2 de junio ha salido elegida por una arrolladora mayoría la candidata de Morena Claudia Sheinbaum. Estas elecciones más bien podríamos decir que fue un plebiscito a favor del presidente AMLO que es el que sin dudarlo tiene el “jale” o carisma. Para nadie es un secreto que la nueva presidenta es de origen judío por parte de ambos padres; Askenazi y Sefardita y ha recibido una educación fiel a los principios fundamentales y tradiciones religiosas judías, aunque ella se defina como atea. Pero lo importante para el sionismo es que sus hijos manifiesten y demuestren un inmenso amor a la "madre patria Eretz Israel". Su familia es de honda raigambre “sionista comunista” que emigró a América a principios del siglo XX. Los Sheinbaum llegaron a México a mediados de los años 20 y se instalaron en Guadalajara. La comunidad judía es muy solidaria y acoge con gran hospitalidad a sus hijos e hijas de la diáspora.
El poder del lobby judío en México es inconmensurable pues hace parte de una elite de alto poder adquisitivo; son empresarios, comerciantes, ejecutivos, firmas del sector inmobiliario, constructores, inversionistas, banqueros, prestamistas, especuladores en la bolsa y propietarios de los medios de comunicación. Ocupan puestos de altos rangos y su comportamiento es bastante clasista, racista y excluyente. La comunidad judía está muy bien organizada y cuenta con sus propias escuelas, colegios, universidades, centros culturales, clubes, sinagogas, etc. El lobby judío mexicano tiene contactos muy fuertes con sus parientes en Israel, EE.UU, Latinoamérica y Europa. Así que como es de suponer les sobra presupuesto y capital financiero para situarse en la cúspide de la piramide social.
Claudia Sheinbaum ha recibido por parte de su familia una educación de base marxista y comunista (Marx era judío y la mayoría de los ideólogos de la revolución rusa fueron judíos) que han heredado y por lo que se sienten muy orgullosos. Ella es de las pocas políticas mexicanas que realmente tiene una formación intelectual e ideológica y que además es capaz de demostrarlo.
Desde que AMLO la eligió su “delfína”, claro, se ha tenido que adaptar a las circunstancias del “capitalismo humanista mexicano” una variante del neoliberalismo al estilo de la madre Teresa de Calcuta. Ganarán el cielo mientras demuestren su fidelidad MORENA (la morenita virgen de Guadalupe) que es más que una religión pues el pueblo “bueno y sabio” adora a su “redentor” AMLO, que tanto dinero reparte en ayudas sociales.
Y es que México sigue siendo neoliberal porque se encuentra adscrito al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y toda su economía está ligada a los EE.UU.
Claudia Sheinbaum ahora se proyecta como el adalid del globalismo y la agenda 2030 en concordancia con las líneas trazadas por el clan Rockefeller y el clan Soros “Open Society”. Según su currículo es una científica especializada en ingeniería ambiental y por lo tanto defensora de la energía verde y teóricamente una “enemiga acérrima” de los combustibles fósiles puesto que toda su vida se ha empeñado en salvar el planeta tierra. Esta es una gran contradicción pues la 4T apuesta por el petróleo y el carbón como generador de energía. Lo que no sabemos es porqué el CDMX, del que fue alcaldesa, es una de las ciudades más contaminadas del mundo. Y encima las feministas la critican por su exacerbado militarismo (represión de las protestas feministas) y su incapacidad para resolver los feminicidios, las desapariciones forzadas o las violaciones.
Si el presidente de Colombia rompió relaciones con Israel, si Lula da Silva de Brasil también retiró su embajador de Israel, ¿por qué AMLO, autoproclamado el líder de la unidad latinoamericana, se niega a hacer lo mismo? Incluso afirmó en una conferencia mañanera que “¡en Gaza no existe un genocidio!” (aunque México se haya adherido a la demanda de Suráfrica en el TIJ) y lo más vergonzoso tal vez sea que rompió relaciones diplomáticas con Ecuador por el asunto de la violación de su embajada en Quito, pero con Israel se mantienen firmes por “altos intereses de estado”. Todavía México no reconoce Palestina como un país libre y soberano (muy acorde a lo que piensan sus socios del TLCAN) Su actitud es la de lavarse las manos, y decir que una vez que la ONU reconozca Palestina como estado, le vamos a dar el reconocimiento pleno. Cuando todos sabemos que el derecho a veto de EE.UU lo sabotea.
Netanyahu ya le envió una carta de felicitaciones a su compatriota Claudia Sheinbaum y también una invitación para que visite Israel. “la felicitamos por su elección como presidenta de México, marcando un hito al convertirse en la primera mujer en ocupar este cargo. Le deseamos mucho éxito y esperamos trabajar juntos para fortalecer los lazos bilaterales entre nuestros pueblos y naciones”
Claudia Sheinbaum, que desde siempre se ha declarado atea, tuvo la osadía (aconsejada por sus asesores) de irse al Vaticano a postrarse de rodillas ante al Papa Francisco. Necesitaba su bendición como parte de esa propaganda hipócrita para ganarse el corazón de sus votantes que en una inmensa mayoría son católicos guadalupanos, aunque igualmente hay evangélicos sionistas que la apoyan.
En todo caso a partir de la invasión sionista en Gaza el gobierno de México se ha puesto aparentemente de lado de Palestina, a la fuerza porque si se dicen de izquierdas y humanistas no podía ser de otra manera. Pero Claudia Sheinbaum no se ha atrevido a condenar el genocidio de Gaza y más bien ha optado por mantener un silencio cómplice o contestar con evasivas. (Lo que sí ha condenado es el secuestro y la matanza de niños judíos el 7 de octubre) Un detalle que ocultan premeditadamente ¿quizás? esa izquierda revolucionaria pro palestina que calla y prefiere mirar para otro lado. Además, sus colaboradores le advierten a los periodistas que no le hagan preguntas acerca del “conflicto de Gaza” que es algo que queda muy lejos y que muy poco le interesa al pueblo mexicano”. "Acaso en México no sobran genocidios y matanzas, desaparecidos y asesinatos". Sheinbaum ha confesado que se mantiene neutral, ¿Imparcial ante un criminal acto de exterminio sionista? es decir; ni con unos ni con los otros. Ni chicha ni limoná. Siguiendo el guion establecido por el presidente AMLO, claro. Claudia Sheinbaum con otros líderes mundiales sostienen que “Israel ha sido el país agredido por Hamas y tiene todo el derecho a defenderse”
Ella no se puede ponerse en contra de su propia familia, de su sangre y su origen pues son víctimas del antisemitismo que azotó Europa a principios del siglo XX. El poderosísimo lobby judío mexicano no le perdonaría ningún gesto solidario con el pueblo palestino. Sería visto como una traición imperdonable. ¿Pero quién pude ser indiferente ante el genocidio de Gaza que está en un primer plano de la actualidad mundial? y ni siquiera la candidata lo ha nombrado una sola vez en sus discursos. Esos discursos que pronuncia tan efusivamente en la plaza pública hablan de paz, de amor y hermandad.
Para Claudia Sheinbaum la solución es que la ONU intervenga para concretar un alto el fuego y se acabe de una vez por todas está guerra que comenzó Hamas. Lo más aconsejable es insistir en la creación de dos estados y así garantizar la paz y seguridad de árabes e israelíes. Sheinbaum es muy solidaria con los pueblos indígenas de México o de América Latina, pero cuando se trata de Palestina enmudece.
Carlos de Urabá 2024