ÚLTIMA HORA

LA PERFECCIÓN DEL ARTÍCULO PERIODÍSTICO

 

 

Algunos dicen, que la columna periodística perfecta es y será, aquella, que dispone de las quinientas u ochocientas palabras pero que no habla de nada, pero dice mucho de todo.

Dicen, que el arte perfecto es la música, porque la música no habla de nada, la música es solo forma, no tiene contenido. Cada oyente después interpreta, desde dentro, recuerdos o conceptos o ideas o palabras, pero la música no dice nada. Se le puede añadir letra, canción, letra con música, que puede ser una canción de verano o una ópera egregia y notable.

Pero dicen, que la música no tiene contenido, por eso es el mayor arte, por eso, indican, que todas las artes aspiran a ser como la música. No decir nada, o al no decir nada, al ser solo forma, dice todo o dice mucho, dice todo lo que el sujeto que se confronta con ella, le surge y resurge de su carne y de sus huesos y de su alma. Somos tantas cosas en tan pocas cosas… o somos tanto en tantas cosas. Como usted quiera.

Se puede decir un artículo de ochocientas palabras, sin decir nada, sin tratar ningún tema, o solo rozarlos con muy poco color y muy poca forma. Que al final, el lector/a se diga, de que ha tratado estas frases. Y, se responda que no lo sabe. Pero ha emergido de su interior o de su dentro o de su semiconsciente, recuerdos o palabras o conversaciones o hechos o datos… ¡¿Ese será el artículo-columna perfecta!?

Es escribir algo sin tinta, hablar algo sin voz, es contar algo sin narración. Es y no-es. Ser y no-ser al mismo tiempo. Saltarse el principio de contradicción o no-contradicción lógica, como ustedes quieran o prefieran. Es darle a la tecla, sin buscar una dirección o finalidad o argumento o tesis o color o tesis o tema. Sin tesis y sin tema o sin tema y sin tesis o sin tema-tesis. Todo al mismo tiempo y todo sin el mismo tiempo.

Es reventar la palabra, como las conferencias y conferenciantes, hablan de tantas cosas, tantos libros que han leído. Tantas citas, no solo de frases, sino que se han dedicado un tiempo equis, largo a ese autor. Pero a los diez minutos, también a otro, y, a otro y a otro y a otro… Y, uno se dice, si es verdad, si es verdad todo lo que dice, teniendo en cuenta, los millones de libros que existen y nacen. Si es verdad, lo que dice, uno se pregunta, ha tenido tiempo de pensar, ha tenido tiempo de respirar, ha tenido tiempo de comer, ha tenido tiempo de descansar, ha tenido tiempo de dormir, ha tenido tiempo de besar… uno, se dice, desde lo hondo le surge y resurge, si uno, uno mismo que ha estado dedicado toda la vida a esto, sabe que existen cientos de libros que no ha rozado, y, cientos de autores, que solo ha abierto algunas líneas o páginas. Estos son supermanes de las letras, y, yo, no me he dado cuenta, porque soy un pequeño gnomo pigmeo de la cultura…

¡Hay y ay y cuánto ahí hay, cuánto pájaro de tantos colores, que no han volado tanto… aunque digan que han revoloteado varias veces, la faz de la tierra…! ¡Ay, los peligros de las Humanidades y de las humanidades y de la humanidad, porque los que tienen que interpretarla y así lo hacen, olvidan que en las cátedras de Salamanca y Lovaina y París de hace siglos, existieron grandes catedráticos, con grandes sombreros y grandes cabezas, grandes teólogos-filósofos que brillaron más que la Luna, y, ahora, por desgracia para todos, sus manuscritos y publicaciones, o se  han perdido o duermen en anaqueles de archivos que nadie conoce y nadie entiende y nadie lee…!

Pero estamos o estábamos hablando de construir un artículo periodístico sin tema, como la perfección del columnismo de opinión literario. Y, entonces, percibes que una mosca, cada vez se ven menos en las ciudades, y en los bares. Aquellos tiempos de décadas, que entrabas en un bar, las puertas abiertas, en el calor de agosto, calor fuera y calor dentro, y, demasiadas moscas. Aquello se ha terminado en gran parte, ha sido un avance muy importante.

Cómo se olvidan, aquellos tiempos, que con la tapa y la caña y la cerveza, siempre el plato de la tapa se dejaba vacío, porque se consumía con la boca y los labios, y, ahora, te encuentras y miras, y, parece es una olimpiada, quién se deja más trozo de tapa en el plato, quizás por la barbarie de los hunos y los otros, de no engordar, todo el mundo, bajo la dieta de la dictadura de no engordar. No digo que sea bueno engordar, pero existen más realidades mucho más negativas y malas, morales y psicológicas en el mundo. Y, no solo ésta. Bueno, es un instrumento muy bueno de controlar a la población, mientras nos ocupamos de esto, no tenemos en cuenta conversaciones secretas y discretas, de todo tipo y de todo color que suceden y están sucediendo…

Bueno, hoy, hemos intentado el artículo sin tema y sin tesis, algo semejante, a la sinfonía sin tema y sin tesis. Pero la música es el arte perfecto, lo dice alguien que no distingue entre un do y un re. Pero la música es el arte de la forma, dicen, de la forma sin contenido, de la belleza sin contenido, de la estética sin contenido. Y, las letras es el arte, del contenido y del continente. Cada palabra es un dardo y flecha y lanza que llega a un lado del consciente y del inconsciente… Este es el misterio de la palabra y el misterio del artículo de opinión…

 

 

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