ÚLTIMA HORA

LOS DIEZ MANDATOS O MANDAMIENTOS DE MOISÉS

Como ustedes saben dichas diez palabras o mandatos están expresados en Éxodo 20, 2-17 y Deuteronomio 5, 6-21. En esta base esencial, el catecismo de 1992 de la Iglesia católica realiza diríamos una concreción, siguiendo la de San Agustín y, la iglesia ortodoxa otra matización, las iglesias luteranas suelen seguir el mismo o similar del agustinismo.

Lo primero que hay que aclarar de las diferencias anteriores, que son esencialmente los mismos, con pequeñas diferencias de expresión o matización aunque tienen su importancia, no es el tema aquí, en este pequeño y modesto artículo.

En la historiografía y filosofía actual, entendiendo por actual, al menos de estos dos últimos siglos, se indica que estos mandatos “son normas naturales o naturales sociales descubiertas o inventadas o diseñadas por una tradición judaica con base en tiempos anteriores a Moisés, y tomadas en parte de otras tradiciones mesopotámicas, egipcias, etc.”. Y que la tradición judía fue aquilatando y precisando por y con el tiempo. No olvidemos que los mandatos de Noé o noajitas ya estarían en esencia estos mandatos, algunos ya materialmente similares.

En otra tradición o exégesis más bíblica, no se niega lo anterior, pero también se estima que existe un núcleo de “revelación”, es decir, sin entrar en el problema de la revelación o inspiración divina sobre, o un personaje, Moisés, o sobre un colectivo del pueblo judío, o ambas realidades a lo largo de un tiempo.

Todas estas precisiones, en las cuales, este escribiente es lego, apenas sabe y conoce y entiende casi nada, de toda esta exégesis o hermenéutica o reinterpretación histórica sobre esta cuestión, lo dejo para los expertos en las ciencias sociales y humanas y bíblicas, y en el acontecer de los tiempos y sus descubrimientos.

¿Y volvemos al tema, que me parece esencial? ¿Si dichas normas, sean un descubrimiento o invención o diseño de los seres humanos, o sea en parte esto, y en parte divino o revelado o inspirado por lo Sagrado o Lo Otro, son normas que los seres humanos, hoy, todavía debemos seguir, aceptar teóricamente, con las matizaciones que ustedes quieran, y aplicar, o intentar aplicar cada uno en su existencia…?

Es famosa que en la sala de los juicios de Nuremberg, que si no recuerdo mal, en el salón del ayuntamiento donde se celebraron, por especial suerte, no había sido destruido por los bombardeos, y en bajorrelieves, en esculturas en madera, estaban representados los diez mandatos o mandamientos, ¿la cuestión es sencilla y difícil, si las personas que fueron juzgadas en esa sala, hubiesen cumplido los diez mandamientos, incluso en un sistema de no-democracia, quizás no se habría visto el mundo caído en una guerra mundial, y seguramente, no se habrían cometido tantas barbaridades y crueldades y violencias y muertes como se hicieron en ese periodo que se estaba juzgando…?

¿Puede que usted, por unos motivos o por otros, no crea ni en el judaísmo, ni en el cristianismo, ni en ninguna otra metafísica religiosa, pero no cabe duda, de que seguir estas normas, admitirlas teóricamente, y después, seguirlas, cada ser humano, es la fuente esencial de evitar enormes males, males a uno mismo, males a los cercanos o próximos, males al resto de seres humanos, en mayor o menor medida, males a los presentes y males a los futuros? ¿Y amplificarles los bienes, a uno mismo y a los demás…?

No se puede olvidar, que en casi todas las tradiciones religiosas del mundo, coinciden algunas de estas normas, son iguales o similares. Bien harían las jerarquías religiosas del mundo, ponerse de acuerdo, y mostrar “unas normas mínimas religiosas universales”, aunque fuesen tres o cinco. Esto ayudaría enormemente para aumentar el bien de la humanidad…

Diríamos que existen varios conjuntos de normas o reglas esenciales, que podríamos abocetar del modo siguiente, en nuestra tradición: primero, las normas de los mandatos o palabras de Moisés, segundo, las normas jurídicas de cada sociedad, tercero, las normas psicosociales de cada ambiente o entidad o sociedad en general, cuarto, la Constitución que entraría como un epígrafe de las normas jurídica de la sociedad, pero al ser tan esencial, le damos un papel especial, y quinto, en Occidente, los Derechos Humanos de 1948 y desarrollos posteriores.

Si nos fijamos bien, en parte y en gran parte, casi toda la normativa, tiene un entronque esencial con los mandatos o normas o mandamientos o palabras de Moisés.

Pero existe, un grave problema, que no se enseña a la población, a las nuevas generaciones, suficiente, esas normas de Moisés, sea en una tradición o sea en otra. Y en la práctica y en la teoría, existen corrientes de pensamiento y aún más, de actividad, que van en contra de alguna de esas normas, reinterpretándolas tan laxamente, que ya son otra cosa, o yendo en contra de algunas de ellas o de varias, basándose en supuestos principios éticos o morales, o en otras tradiciones de pensamiento, o porque a los seres humanos les gusta, seguir la no-norma…

¿Pero volvemos al tema del principio, si las normas de Moisés, son normas naturales, que los humanos se han inventado, entonces, diríamos que entran en la naturaleza de nuestra naturaleza, que éstas sean cumplidas, entra dentro de nuestro ser individual y colectivo que sean aplicadas, y entra en la historia, lo percibimos de mil modos, que cuándo no se cumplen, sea por un individuo o un colectivo o una sociedad o un Estado, se producen hecatombes, personales y sociales, con consecuencias impredecibles e imprevisibles, casi siempre malas y negativas…? ¿Y cuándo no se cumplen, por lo general, se crea y cría mucho dolor, a individuos y colectivos y sociedades, algunos heredados durante generaciones de alguna manera…? ¿Traumas, heridas, angustias, sufrimientos en muchos órdenes de la realidad humana y social…?

Para no cansar más y terminar, y ustedes, continúen reflexionando, las “grandes normas o principios morales”, son el cemento de la sociedad, incluso de los sistemas jurídicos o sociales morales posteriores, posteriores en el desarrollo. O dicho de otro modo, a menos cumplimiento de las normas morales primigenias o primeras o principios o axiomas esenciales, como las normas de Moisés, el ser humano sufrirá más, tendrá más angustia y más pena, tanto a nivel individual y a nivel colectivo. La historia de los individuos y de las familias y de las sociedades y de los Estados lo demuestra fehacientemente… ¡Paz y bondad y bien…!

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