ÚLTIMA HORA

POLITIZANDO LAS "VACACIONES EN PAZ"

José Fco. Fernández Belda

Viviendo en San Borondón

Como cada año se ha vuelto a ejecutar el programa “Vacaciones en Paz” y, como siempre en Canarias (desconozco lo que pasa en otras regiones), se ha vuelto a politizar esta excelente idea que pretende hacer felices por unos meses a unos niños saharauis, condenados a vivir en un ambiente sin condiciones de habitabilidad en las arenas perdidas de Argelia y, lo que es más penoso, sin futuro fuera de la servidumbre al Frente Polisario.

El pasado sábado día 8, las familias de acogida llevaron a los niños al Parque de San Telmo. Desconozco si los acogedores sabían que aquel encuentro, aparentemente lúdico, era en realidad un mitin político del Frente Polisario en el que se usaba obscena, y probablemente de forma ilegal, a los niños para un acto del que debieran estar excluidos. Esta utilización infantil, de todo punto sectaria, debiera ser del agrado del Cabildo Insular, pues algún consejero allí presente aplaudía y parecía sentirse muy a gustito y nada compungido porque el Polisario hubiera rechazado la ayuda humanitaria de gofio y molinos para prepararlo con los cereales que tuvieran a su disposición, prefiriendo probablemente un apoyo más crematístico.

Utilizar niños de esa forma, creo que es, o debiera ser, un delito. Lo que sí que no cabe duda es que es una actividad totalitaria, propia de los extremos políticos y llevada a su más alto nivel por las dictaduras comunistas cubana y norcoreana. Ningún régimen totalitario o con aspiraciones a serlo se ha privado a lo largo de la historia de adoctrinar a los más jóvenes. Como ejemplo desde el último siglo podrían citarse las Juventudes de Hitler, Mussolini, Fidel, Mao, Pol Pot, etc. Incluso en España hubo un Frente de Juventudes, aunque mucho más light.

Y volviendo al acto en el Parque de San Telmo, el conductor del mitín político recitaba una especie de letanía megáfono en mano. Lanzaba un eslogan político y los niños –agitando las banderitas polisarias, que no del Sahara- coreaban “Polisario vencerá”... el consejero aplaude hasta con las orejas y no corta el acto de raíz.

Cuando me disponía a abandonar el área de esparcimiento canino en San Telmo, los niñitos saharauis de Tinduf se abalanzaron a jugar con mi perro lanzándole una pelotita. Al verlos tan felices, no dudé en permanecer por allí un ratito mas. Ya había tenido hacía unos años una experiencia similar, tan casual como agradable, en el Parque Romano, del que dejé constancia en un reportaje publicado con el título de “Pachanga en Paz”, porque en aquella ocasión el perrito jugaba con los niños pero con un balón grande de reglamento.

De repente se acercó un reportero de radio y me pidió por favor si quería contestar a unas preguntas. Por supuesto que accedí. Me dijo que si yo era un padre de acogida y le respondí que no, que sólo estaba allí casualmente para que mi perrito corriera un poco y que al ver a los niños interesados en él, me quedé un rato para que ellos se divirtieran juntos. Su siguiente pregunta fue que qué me parecía esa iniciativa... y ahí empezó una situación embarazosa.

Opiné que cualquier cosa hecha para conseguir una chispa de felicidad en los niños, me parecía muy loable. Esta acción la llamaban certeramente “Vacaciones en Paz”. Pero también tengo que señalar, proseguí, que me parece una iniciativa sectaria, ya que sólo se invita a los niños de Tinduf y no a una selección de otros niños saharauis que tampoco viven en paz, pues saharaui es todo el que ha nacido o reside permanentemente en el Sahara, no sólo en los campos de Tinduf. Los eslóganes que coreaban sólo hablaban del Polisario. En Tinduf debiera permitirse existir mas de un partido político, porque eso es el Polisario y sólo eso.

Al replicarme que aquellos eran niños saharauis (me lo dijo de forma inclusiva, es decir excluyendo a los que viven en el resto del territorio), le pregunté: “¿Le parecería correcto que yo dijera que los niños de Canarias son todos de NC, o del PSOE o del PP?” Algo le debieron decir al reportero por el pinganillo que me lo pasó. Desde el estudio alguien me lanzó un largo mitin. Cuando intenté replicarle, no me dejó y me lanzó otra proclama incendiaria, básicamente contra España, la de ayer, la de hoy y la de mañana.

Ante esta situación, aprovechando un momento en que tomó resuello para seguir con su discurso político, le volví a preguntar que si me me permitía responderle. Al ver que no era así, corté por lo sano y dije, supongo que salió por antena, que ante la imposibilidad de poder dar la opinión que se me había solicitado (yo no había pedido intervenir), lo dejaba con su mitin y terminaba en ese mismo momento su monólogo para conmigo... Me quité el pinganillo, amarré el perrito y me fui. La verdad es que marché con algo de miedo, pues conozco personalmente la agresividad y las amenazas de algunos de estos “demócratas”, por haberla padecido.

¡Qué tropa y qué dilapidación de dinero público usado de forma tan sectaria, habiendo en Canarias tantas necesidades que atender!

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