Si vives en una casa normal y económicamente estable, si abres la puerta de sopetón a pobres, tu casa se convierte en una casa de pobres.
Igual le sucede a un país socialmente y económicamente equilibrado cuando no pone freno a cuantos inmigrantes pobres entran en sus dominios.
De promedio, en Canarias, desde hace unos 27 años, han entrado, a través de pateras y cayucos, unos 50 inmigrantes cada día=cada semana 350, X año 18.250 y en 27 años= 492.750; de los que se puede decir que por las raquíticas deportaciones que se llevan a cabo, un 80% han permanecido aquí, entre ellos adultos y menores que han arribado y arriban con una mano delante y otra detrás, la mayoría sin oficios. A esa cantidad, otro tanto desconocido, hay que añadir los que han llegado y llegan en aviones, para establecerse, que son posiblemente casi igual cantidad= a un gran total de cerca de un millón de inmigrantes que han entrado en Canarias de forma ilegal en los últimos 27 años.
A casi toda esta gente, sobre todo a la que ha venido y viene en pateras y cayucos, la hemos tenido que auxiliar, y aún seguimos prestándoles auxilio a los que vienen llegando, como por ejemplo, con: cobijo, alimento, vestimenta, calzado, educación y sanidad. Entre ellos y ellas, inmigrantes adultos que nos cuestan por día unos 40 euros, y 100 euros por día cada MENA hasta que cumple 18 años. Además, si el MENA desea seguir estudiando hasta los 23 años, puede continuar siendo tutelado por unos 600 euros mensuales. Y para más colmo, con derecho a reunificación familiar. En otras palabras, un MENA puede reclamar a su familia, y esa familia, después de legalizarse, tiene derecho a seguir trayendo a más parientes, y así sucesivamente
En toda esta trágica historia, algunos políticos que malgobiernan en Canarias, viajan de vez en cuando a Europa con la intención de convencer a la UE de que nuestras islas son uno de los mayores destinos de inmigrantes ilegales que vienen con la intención de viajar a países del continente europeo, lo que ha convertido a nuestro archipiélago en una Lampedusa... multiplicada por siete.
Eso es lo que dicen, pero nada más lejos de la verdad. Canarias se ha convertido en 7 Lampedusas porque a muchos políticos les ha interesado y les interesa que así haya sido y así sea, porque, en todo el conflicto inmigratorio, ellos, los partidos políticos, dan de comer a sus amigos empresarios y de oenegés con el negocio que genera la inmigración ilegal: en los albergues que se alquilan, la compra de ropa, mantas, alimentos, calzado, transporte y un sinfín más que los enriquece a costa del erario público español y de lo que la UE aporta como ayuda en dinero y por otras vías. Los políticos canarios y peninsulares chantajean a la UE con el cuento de que todos los inmigrantes ilegales vienen a territorio español con la intención de entrar en otros países europeos; toda una narración parecida a las Mil y Una Noches, que elaboran estos manipuladores para extorsionar a la UE, y sin mostrar su carta-trampa oculta que, es que con su avaricia meten a Canarias en un laberinto de pobreza por los guetos y la delincuencia que se crea con la inmigración ilegal.
En este mismo tinglado inmigratorio, gobiernos africanos, mafias africanas y oenegés favorecedoras de la inmigración ilegal, también se nutren del mismo sufrimiento, enviando inmigrantes ilegales, tantos como sea posible, a Canarias y a la Península, sin importarles que mueran en el mar miles de ellos, adultos y menores. Y, por si fuera poco, chantajean a la Guardia Civil del Mar para que vaya a buscar en alta mar a las pateras y cayucos que piden socorro, o a las que solicitan ayuda para llegar sanos y salvos a nuestras islas. Estas acciones de solicitud de SOS son llevadas a cabo, sobre todo, por la ONG Caminando Fronteras, un ente que durante varios años se ha nutrido y se nutre del sufrimiento de la inmigración ilegal, porque alegan que salvan vidas cuando solicitan al SIVE un SOS en alta mar. Pero lo que hacen es todo lo contrario porque con sus llamadas a la Guardia Civil de Mar alientan a que miles de inmigrantes se lancen a mar abierto en una patera o cayuco que malamente flota y que lleva poca comida, poco combustible y nada de salvavidas ni instrumentos de navegación.
Si no despertamos y paramos estas avalanchas invasoras, pronto tendremos varios partidos políticos conformados por esa gente -inmigrantes ilegales- que se han legalizado con el correr del tiempo por culpa del buenismo supuestamente progresista. Esos partidos impondrán sus costumbres y sus religiones a través de reivindicaciones en las calles reclamando "igualdad". Y cuantos más sean, mayores privilegios conseguirán.
Observen en la actualidad, en el panorama de los restaurantes, bares y hoteles, y también en las obras públicas de cada isla canaria, cuántos inmigrantes ilegales están trabajando en nuestro archipiélago. Son muchísimos, lo que da a entender que esta gente no viene a Canarias con la intención de proseguir su viaje hacia Europa. La verdad es que vienen a quedarse donde pueden porque llegan con poco dinero o sin ninguno, y nada más que con lo puesto, y muchas veces incluso enfermos o con una minusvalía para recibir después de unos meses una paga por enfermedad o por invalidez.
En las mismas pateras y cayucos, o mediante un abuso consentido de la reagrupación familiar, los inmigrantes residentes mandan a traer a sus padres, madres, abuelos y abuelas para que, después de residir 10 años en España, reciban a los 67 años de edad una pensión, actualmente cifrada en 580 euros, sin que hayan contribuido a la Seguridad Social.
En sí, la inmigración ilegal nos satura el Sistema Sanitario, el Educativo, el Policial, el Social, la Seguridad Social, etc. Y nos crea delincuencia y "okupaciones" de casas privadas, además de otros tantos perjuicios que afectan a los residentes legales nacionales e inmigrantes, y al turismo, entre ellos el tráfico de drogas, que está casi totalmente en manos de inmigrantes.
Y, en todo esto, hay abogados y abogadas nacionales y extranjeros (sobre todo abogados y abogadas hijos nacidos en España de padres inmigrantes que llegaron a este territorio de forma ilegal años antes de que ellos nacieran, o que sus padres los trajeron con ellos en pateras o cayucos) que defienden la inmigración ilegal porque para ellos y ellas es un negocio lucrativo que los enriquece. Son individuos sin escrúpulos igual que los que componen las mafias que envían a inmigrantes ilegales.
Si fuera cierto que todos los inmigrantes ilegales vienen a Canarias con la intención de viajar a países europeos, no se apreciaría el incremento de ellos y ellas en las calles de todas las localidades de nuestras islas, entre ellas Arrecife y Puerto del Carmen, donde ya hay más inmigrantes que nacionales. Dentro de unos años, si estas invasiones no paran, y con su alta natalidad, llegarán a ser más que los nacionales. Los tendremos, como ya hay algunos, en partidos políticos, en la policía, en entes sociales, etc., mandando sobre nosotros.
Si después de haber leído este artículo desean llamarme racista, les digo, que bueno; si lo soy por defender a mi tierra y a mi gente, con orgullo me declaro que soy un verdadero racista y no un engañador como son la mayoría de los que, por conveniencia, apoyan la inmigración ilegal descontrolada.