ÚLTIMA HORA

TERGIVERSA Y MIENTE, QUE ALGO QUEDA

José Fco. Fernández Belda

Viviendo en San Borondón

Ahora que comienza el principio del fin de las retenciones domiciliarias, desescalada la llaman, empieza el ascenso imparable, no le quieren llamar escalada, de las tergiversaciones, mentiras y bulos gubernamentales, muy probablemente para intentar crear una barrera propagandística contra las centenares de denuncias que se están interponiendo por mala gestión, negligencia y oportunismo político con resultado de sufrimiento y muerte para los cerca ya de 27.000 fallecidos oficialmente, que probablemente, según el Instituto Público de Salud Carlos III, podrían llegar a las 35.000.

Y conviene resaltar que la mayoría de esas demandas criminales interpuestas en los juzgados, no lo son por partidos políticos sino por asociaciones de médicos y similares. Los recursos de inconstitucionalidad sí que están interpuestos por los partidos políticos y algún que otro actor, ya que no cualquier ciudadano está legalmente autorizado a presentarlo. Sólo están legitimados para interponer un recurso de inconstitucionalidad el Presidente del Gobierno, el Defensor del Pueblo, cincuenta Diputados y cincuenta Senadores.

Adriana Lastra no se baja del argumentario social-podemita, se hable de lo que se hable, lo mismo que el Dr. Sánchez que tiene la descarada desfachatez, valga la redundancia, de llevar las réplicas a las réplicas de las interpelaciones que le han hecho en el Parlamento previamente escritas en ordenador, manifestando así el total desprecio que nos tiene a los ciudadanos y a los que nos representan. Se pregunte lo que se pregunte, ellos responden lo que les da la presidencial, que no real, gana. Y la mayor parte de las veces, repitiendo mantras y mentiras obvias, pero que como la gota malaya van quedando como si fueran verdades. Saben muy bien que aunque mil mentiras no hacen una sola verdad, en la percepción del ciudadano medio que no suele contrastar y que escucha más con el corazón que con la cabeza, esas mentiras van calando y grabándose como ciertas.

Si no fuera porque la sesión se está retransmitiendo por televisión y es una de las pocas veces que la oposición tiene presencia inocultable en los medios al servicio del Gobierno, que no del Estado como debiera ser, los grupos políticos ninguneados por el Dr. Sánchez y sus ministros, deberían abandonar el Parlamento y declarar que no volverán hasta que haya algún mecanismo que obligue al Gobierno a responder a sus preguntas concretas con datos concretos, no con evasivas sin posibilidad de réplica y contraste reglamentado. Eso sería lo democrático, lo actual es totalitarismo.

No se quedan a la zaga Salvador Illa y Fernando Simón. Evitan responder una y otra vez por cuestiones tan oscuras como ocultadas celosamente, tanto el nombre de los intermediarios de las compras fallidas como quienes son esos presuntos expertos científicos y dónde están sus actas, para evitar que sean “presionados” en sus decisiones técnicas, evidenciando la arbitrariedad y el amiguismo en el caso de los comisionistas y de la politización con los expertos. Y digo presuntos expertos, porque son como Charlie al que nadie ha visto, aunque nos dejaban deleitar la vista con sus Ángeles (Cámeron Díaz, Drew Barrymoere y Lucy Liu). Por razones que saltan a la vista, ni Illa ni Simón, son tan aparentes como aquellas. Pero lo que sí muestran es un servilismo político que hiede. Sería cómico si no hubiera decenas de miles de enfermos y fallecidos.

Una de las cortinas de humo políticas que tuvo la desfachatez de comentar el Dr. Simón en uno de esos mitines diarios, es que no quería decir el número total de contagiados por coronavirus para no “distraer” la atención. Espero que la gente no acabe distrayéndose de lo esencial, por mucha tergiversación gubernamental que se emita en los bien regados medios con publicidad institucional de hasta 100 millones de euros. Convendría recordarle a este señor que el prestigio científico, o de otra naturaleza, se gana día a día con un buen trabajo y mucho esfuerzo, pero que se pierde de manera irremediable con servilismos y ocultaciones partidistas como estas... y otras muchas.

Y entre tanto, por más que el Gobierno intente desviar sus responsabilidades a terceros, vuelve a la palestra y a los tribunales la pésima gestión de Pablo Iglesias, que el 19 de marzo en un mitin televisivo, reclamó para sí la competencia del mando único sobre los asilos de ancianos, su personal y las actuaciones en estos establecimientos de la UME al mando, al parecer, de Margarita Robles. A la vista del horror que eso supuso y de que para su particular agitprop comunista no le venia muy bien, desapareció de los medios de comunicación, evitando así, o pretendiendo evitar, que se hablara de sus responsabilidades en la muerte de miles de ancianos en esas residencias.

Para sólo empezar a intuir el horror de lo que allí pasaba y la pésima actuación del mando único ejercido por Pablo Iglesias y Salvador Illa, recomiendo oír la entrevista a Ignacio Fernández-Cid, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia, valorando la gestión del Gobierno en las residencias de ancianos. “Pedíamos medicamentos y nos mandaban morfina”, es una de las denuncias que hace y que al oírlo me recordaron, con un escalofrío, lo que documentó muy bien Cristina Losada en su libro “Morfina roja”, sobre las sedaciones terminales del Dr. Montes.

Enlace a la entrevista citada:

https://esradio.libertaddigital.com/fonoteca/2020-05-06/entrevista-a-ignacio-fernandez-cid-149506.html

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