ENERGÍAS RENOVABLES
El Estado y el Cabildo de Gran Canaria probarán en Gran Canaria tecnología innovadora en desalación de aguas por valor de 20 millones
El Cabildo de Gran Canaria ha lanzado, junto con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) del Ministerio de Ciencia e Innovación, una ambiciosa iniciativa que permitirá desarrollar y testar tecnología innovadora aplicada a la desalación de aguas en Gran Canaria por valor de 20 millones de euros, según anunció el presidente de la Institución insular, Antonio Morales, si bien la cuantía definitiva será determinada tras la consulta precomercial convocada para este miércoles.
La iniciativa se enmarca en la consulta pública lanzada por el CDTI con el fin de averiguar qué actividades de I+D proponen las empresas españolas para resolver diversas necesidades públicas. De las propuestas recibidas por parte de Canarias, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial seleccionó la del Cabildo de Gran Canaria, un proyecto conjunto de la Sociedad de Promoción Económica y el Consejo Insular de Aguas que también contó con la colaboración del Instituto Tecnológico de Canarias. En distintos ámbitos de investigación, la convocatoria recibió 274 candidaturas de todo el país.
El reto propuesto por el Cabildo es buscar soluciones tecnológicas innovadoras que hagan la desalación de aguas más eficiente, por lo que esta iniciativa permitirá crear un prototipo que sirva de demostrador tecnológico y que pueda ser testado en Gran Canaria para optimizar la desalación de aguas.
El proceso está en fase de recopilación de propuestas de las empresas, gracias a las cuales el CDTI podrá disponer de la información suficiente para licitar la compra pública de la tecnología, probarla, implantarla en las Islas e incluso exportarla a otras regiones del país.
En una jornada técnica celebrada con una veintena de empresas interesadas en la consulta, el presidente aseguró que se trata de una iniciativa “novedosa para estimular la investigación y el desarrollo en el ámbito específico de la desalación”.
Esta novedosa iniciativa pone a Gran Canaria “a la vanguardia” de la desalación de agua y ayuda a afrontar el futuro “con mucha mayor tranquilidad, porque vamos a disponer de soluciones tecnológicas eficientes para afrontar este reto de futuro”, agregó Morales puesto que la isla es “pionera tanto en la desalación como en la depuración”, pero hay que afrontar el reto de seguir fabricando agua, porque los acuíferos disminuyen”.
Aunque el presupuesto aún no está cerrado y dependerá de las propuestas que las empresas interesadas presenten al CDTI, el jefe del departamento de compra pública del CDTI, Sergio Capitán, detalló que será financiado con fondos europeos y propios de la entidad nacional.
La desalación en Gran Canaria
La isla cuenta con capacidad total de desalación de agua de mar de 104 hectómetros cúbicos al año, procedente de 20 complejos de desalación públicos y privados. La producción de estos complejos es de 78,3 hectómetros cúbicos al año, de los cuales 70 son para suministro a la población, y 9 para la agricultura.
En estos momentos la Institución insular se encuentra en proceso de transformar las actuales instalaciones, combinando el binomio, desalación, depuración y reutilización con la utilización de energías sostenibles y sistemas de ahorro energético, ya que el 15 por ciento de la producción eléctrica insular se emplea en el agua.
En Gran Canaria existe desde hace más de 40 años una gran diversidad de plantas y tecnologías instaladas, de hecho la oferta de agua desalinizada alcanza el 50 por ciento de la oferta total insular. El Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria explota en la actualidad 4 desalinizadoras de ósmosis inversa de capacidades de producción entre 5.000 y 15.000 metros cúbicos al día.
En términos anuales, esto supone que produce 9,5 hectómetros cúbicos de agua desalinizada con un consumo de energía de 45,5 gigavatios hora al año que en facturación energética anual representa 4,8 millones de euros, si bien el programa Renovagua ha emprendido la sustitución de las fuentes fósiles por limpias, y además de dejar de verter CO2, conllevará disminución de la factura eléctrica, más el ahorro que traiga consigo la investigación que se emprenderá en la planta piloto prevista por el Cabildo y el Estado.