Leandro Rodríguez Linárez
Politólogo
El conflicto provocado por la invasión rusa a Ucrania no cesa, es un trance sin fronteras que obliga reorganizar al mundo, sus intereses, el sistema de alianzas y, lamentablemente, poco importa la opinión ciudadana, la dirección la toman los gobernantes. Sin embargo, los procesos electorales hablan, pero no a la velocidad deseada. Hungría ha sido la primera elección en época de invasión rusa, ganó la tendencia que apoya el no involucramiento, el no sancionar a Rusia. En Francia se debe esperar la segunda vuelta.
Ahora bien, sí alguien conoce acerca del trauma de las guerras son precisamente los europeos, a pesar la inmensa mayoría repudia lo que Rusia hace contra Ucrania, no quiere ver su país involucrado directamente en otra guerra, temen las sanciones a Putin genere otros efectos que más tarde puedan lamentar, no solo el incremento al combustible sino hechos belicistas.
¿Ganadores? Es difícil hablar de vencedores, en la guerra todos pierden. Lo que podemos avizorar es que el mundo está avanzando (o retrocediendo más bien) a un escenario dividido en dos mitades; la occidental capitaneada por Estados Unidos y Europa, por un lado, por el otro a China… no a Rusia, allí el trasfondo.
China se ha mantenido imparcial, incluso enviando ayuda humanitaria a Ucrania, pero sabe en sus manos está decidir quién pierde más. Sí tras las sanciones China decide comprar a Rusia todo lo que ésta vende a Europa, Putin puede mantener su trágica odisea aminorando los impactos a la sociedad rusa, pero estaría tejiendo (sin saberlo creemos) una relación de esclavitud ante el gigante asiático, China no hace favores.
Rusia intenta imponer su moneda, el rublo, a sus clientes europeos para castigar a Estados Unidos y su moneda, pero la existencia de convenios firmados por ahora lo evitan. Lo que Rusia debe saber es de aceptar la alianza con China como aquí prevemos será el yuan la moneda fortalecida pues los chinos la impondrán, dejando al dólar y al yuan como las dos monedas más importantes en el planeta.
Finalmente, el mundo volverá a su polarización extrema, el virus chino y la invasión rusa sepultaron las economías emergentes, solo pudieron sobreponerse las grandes economías, Rusia ayuda a decantar. Tendremos a Estados Unidos y Europa con su hegemonía occidental (y más allá). El otro bando tendrá a la inmensa China, sumando a Rusia como uno más a sus pies.