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LOS REAL DECRETOS-LEY TRAMPOSOS

José Fco. Fernández Belda

Viviendo en San Borondón

Me resulta difícil de entender cómo La Moncloa es capaz de engañar, otros dicen chantajear, una y otra vez al Parlamento imponiendo su voluntad mediante decretos ley que son anunciados a bombo y platillo con un título engañoso, y que acaban siendo un trágala de otros asuntos. A los partidos de la oposición debiera iluminarles aquel viejo refrán que dice “gato escaldado, de agua fría huye”, porque los engañan una y otra vez, y además luego los insultan en vez de agradecerles haber salvado la cara, nunca mejor dicho, a un gobierno mentiroso. No me quejo de que los insulten, en realidad se lo merecen por inconsistentes y temerosos de no parecer políticamente correctos.

Lo tramposo de este procedimiento legislativo del decreto ley, que la Constitución reconoce para circunstancias muy excepcionales y que se ha hecho norma en La Moncloa, es que se utiliza como un cajón de sastre, desastre apostillarían algunos, para introducir temas muy diferentes a los que se proclaman en el momento de su anuncio en algún “Aló, Dr. Sánchez”. Hay que esperar a leer el BOE, ejercicio cada vez más tedioso y cabreante, para saber de qué va realmente el asunto.

Por concretar en un par de ejemplos de lo que se está aquí planteando. Hace unas semanas se anunció como “bálsamo de Fierabrás” que vendría a satisfacer el sacrificio que Europa, siempre Europa, nos pide para ser solidarios y a la vez irnos mentalizando de futuras restricciones energéticas y no energéticas para cuando llegue el otoño. Fue una normativa para limitar la temperatura del aire acondicionado en lo que queda de verano y la calefacción en invierno. Pero hubo que esperar unos días para poder leer en el BOE de qué iba realmente este trompetero, escandaloso y técnicamente incorrecto e impreciso anuncio. Fueron 83 páginas farragosas, con 33 de preámbulo y tan sólo 3 dedicadas al asunto que ocupó los periódicos y las televisiones durante todo este tiempo y las seguirá ocupando cuando se discuta en el Parlamento, si es que se discute como es debido.

El título del Real Decreto-ley 14/2022, reza: “de medidas de sostenibilidad económica en el ámbito del transporte, en materia de becas y ayudas al estudio, así como de medidas de ahorro, eficiencia energética y de reducción de la dependencia energética del gas natural”. Como puede verse, el tema que ocupó a los ciudadanos tras el anuncio, parece diluido en un potaje legislativo.

Así, el capítulo I trata de medidas en materia de sostenibilidad del transporte de mercancías por carretera. El título IV incluye medidas económicas en materia de becas y ayudas al estudio en enseñanzas postobligatorias y para alumnos con necesidad específica de apoyo educativo para el curso académico 2022-2023. El artículo 9 habla de medidas en el ámbito del transporte aéreo en situaciones de emergencia de salud pública de importancia internacional y el 16 de compensación de costes al gestor de los aeropuertos de interés general. En el artículo 10 de reducción del precio de abonos y títulos multiviaje por parte de Renfe Viajeros SME SA. Hay muchas páginas dedicadas al transporte marítimo. Y como no podía faltar una referencia a la invasión criminal de Putin, el artículo 17 introduce una nueva regulación para los tripulantes ucranianos.

En medio de todo este maremágnum, aparece por fin el título V en la página 61 para recoger un conjunto de medidas, dicen, “de fomento del ahorro y la eficiencia energética así como de fomento de la electrificación y despliegue de energías renovables”. 83 páginas de BOE para llegar a lo que ha sido el tema estrella. Pero como no podía faltar el toque paternalista y beatífico gubernamental, estas imposiciones las hacen para que ahorremos en la factura: “el ahorro de energía es la forma más rápida y económica de hacer frente a la actual crisis energética y de reducir las facturas. Las medidas de eficiencia energética ayudarán a contar con edificios más confortables, con un consumo energético menor, y a disponer de un sector productivo más competitivo y mejor preparado para el próximo invierno”. Reconozco que aún estoy atónito de que este texto legislativo no esté plagado de referencias al cambio del clima climático, que diría Moratinos.

El otro ejemplo de decreto-ley tramposo de estos días puede encontrarse en la Ley 14/2022 sobre Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno. Por la puerta trasera, el Gobierno del Dr. Sánchez ha modificado dentro de esta muestra de “transparencia y buen gobierno”, el Impuesto de Gases Fluorados, que afecta a la gran mayoría de los equipos de aire refrigerado y acondicionado tanto industriales como domésticos y en los vehículos, incluso a las neveras y congeladores. Como en La Moncloa pensaron que esta nueva subida impositiva no sería muy popular, la meten dentro de otra ley para que pase desapercibida. Buen gobierno sin duda.

Se podría recordar decenas de casos similares, como colar un “echadero” para Dolores Delgado, en los que bajo un título de impacto se esconden oscuras intenciones. Como se ha detallado, sin agotar el escandaloso articulado, en un decreto que se dice para el control energético, se introducen otras cosas que le son ajenas. O en el ejemplo, más chusco si cabe, del impuesto a los gases fluorados. De forma abusiva el Dr. Sánchez y su Gobierno salen diciendo que si la oposición no aprueba estos decretos, España no podrá cumplir con algo que manda Europa, cosa que se inventan y que luego se demuestra falso. En particular el PP, si no lo aprueba es que quiere que se hunda España.

Y el PP, con su rendición preventiva habitual, tras criticar en el Parlamento los decretos y las trampas introducidas en ellos, los aprueba o, como mal menor, se abstiene cuando sabe que saldrán adelante con los votos del Frankenstein. A mi entender, ninguno de esos decretos debiera ser aprobado, son trampas para elefantes. Se debiera exigir al Gobierno que remita un decreto por cada tema, de forma que se puedan discutir cada uno de ellos por separado, pudiendo estar de acuerdo con unos y rechazar otros. “Mas vale un momento colorado que toda una vida amarillo”, dice un refrán. Máxime cuando es obvio que la PSOE siempre criticará al PP haga lo que haga.

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