Leandro Rodríguez Linárez
Politólogo
Lo que está ocurriendo en Venezuela desafía todos los pronósticos prometidos a corto plazo, el 2022 culminó como un de los peores años recientes, escondido tras la siniestra cortina de humo del régimen “Venezuela se está arreglando”. La realidad es dramática, tanto que al inicio de este 2023 son las mismas bases chavistas quienes han salido a protestar espontáneamente, sumándose al llamado del sector educativo en su exigencia de salarios justos.
La imposición del modelo económico/político cubano, tras la quiebra premeditada, por toxicidad ideológica, del aparato productivo, la bancarrota de la petrolera venezolana (Pdvsa) por corrupción, desprofesionalización y desidia, han creado un caldo de cultivo para las transformaciones estructurales que claman, no solo los venezolanos, sino la región entera. El chavismo no tiene cómo enderezar el país, sus únicas opciones son calmar las protestas incrementando los salarios con dinero sin respaldo, agravando la ya mortal hiperinflación, o reprimiendo.
Con relación al segundo punto, la represión hoy le debería ser esquiva, pues tiene los ojos encima de la Corte Penal Internacional, precisamente, por la comisión de violaciones de DDHH, por la perpetración de crímenes de lesa humanidad, además, hoy no tiene el reconocimiento como gobierno que tendía cuando reprimió atrozmente en 2002, 2014 y 2017… está acorralado.
Aspectos importantes. Lo primero es que estas protestas entierran a la “oposición de Siglo XXI venezolana” dejando al descubierto su malvada alianza con el régimen ¿Cómo justificar que Venezuela presenta el peor colapso de su historia y este sector lo único que ha hecho es secundar las propuestas del régimen, principalmente, elecciones ilegales e ilegítimas pactadas con diálogos secretos, a miles de kilómetros del país? Tuvieron que salir (nuevamente) los venezolanos de a pie a arriesgar sus vidas para exigir sus derechos, alentados por el sector educativo a quien día a día se le suman diversos sectores, incluyendo las comunidades ¿Cómo continuar con sus “primarias” sí son los mismos cómplices de siempre?
Otro aspecto es que el régimen no tiene como salir de este embrollo, la distorsión económica, la ruptura del hilo constitucional y democrático, finalmente se les devolvió en contra. Lo peor, el descontento es tan grande que incluye a los sectores de la administración pública quienes ha mantenido esclavizado a través de amenazas y dadivas. Todo indica que renace la esperanza en Venezuela, el chavismo, oscurantismo que ha asfixiado ese país desde 1999, llegó a su fin.
