Una de las variedades infinitas de tortilla en este caso, poco hecha, con patatas gallegas, huevos de corral, aceite y un poco de sal.
Echo en falta, que los paisanos del gran Cunqueiro, no hayan abierto una entrada en la Wikipedia explicando su tortilla, que entre todos estamos intentando que tenga fama internacional.
Una vez leí, que un industrial cervecero, hizo publicidad, de un procedimiento, anunciándose que su empresa era original y única, y, los empleados le dijeron, si todos lo hacen y todos lo hacemos, ante esto respondió: “pero el público no lo sabe”.
Pienso que entre la variedad de gustos y paladares de esta viejas tierras de la Península Ibérica, de casa hacia dentro, hay muchos tipos de sabores, y, la tortilla poco hecha, que es como se conoce, en casi todos los lugares, ha sido una variedad, de la tortilla con patatas, que dicen, es invención de y en Extremadura, y, de la tortilla francesa sin patatas, que a saber, dónde se inventó, porque las patatas vinieron de América, pero los huevos de todas clases de pájaros llevan con nosotros y antes de nosotros, antes de la primera Lucy, que se considera la primera homo habilis, de hace dos millones y pico…
Explicaciones
Salvando esa explicación, entre todos, estamos llegando a un acuerdo no firmado, que pongamos el nombre, a este tipo de tortilla a Betanzos y a la de Betanzos. Y, así, de ese modo, ponemos en el mapa una ciudad, una geografía, una interpretación del mundo, y, desde luego a Galicia y al gran Cunqueiro. Entre todos somos más que reduciendo las partes. Toda catedral, pasan al lado ustedes de muchas, está formada por muchas partes y muchas piedras distintas, entre todas forman una unidad superior a cada piedra y a cada parte. Es mejor tener cinco dedos en cada mano, que no tres o cuatro, porque hasta el meñique hace su pequeña función…
No es esta seria de artículos periodísticos de opinión o literarios, que estamos intentando insertar en el presente con vocación de futuro, contar o narrar, como se hace esta receta u otras, o, incluso crear una variedad, sino fijarnos en dos conjuntos de conceptos, que se denominan, por algunos “Gastrocultura y Gastrosofía”, en el primero, sería unir aspectos culturales a la cuestión del comer, en el segundo, interrelacionar aspectos de filosofía en general a la comida.
Dentro de la gastrocultura y gastrofilosofía entrarían aspectos, que a veces, no se indican lo suficiente, de la religiosidad, religión, espiritualidad. Porque esos sistemas filosóficos-teológicos, que al final, son las religiones, condicionan la comida y todo. Siempre se pone el caso del cerdo, prohibida en algunas religiones monoteístas. Pero las grandes religiones, salvo el cristianismo, que por lo general, siguiendo la frase bíblica evangélica (Mt, 15, 11), apenas condicionan, el resto de religiones suelen tener muchos mandatos y normas religiosas, tanto de acción como de comisión y de omisión. Algunos alimentos hay que degustarlos y otros no, y, unos en unos días, y otros en otros…
Tiempo y comida.
Hay un aspecto que no se menciona lo suficiente, en la elaboración de la comida, la primera, es evidente disponer de los ingredientes necesarios, y, con esos hacer lo que se pueda, lo que la tradición indica o la invención de las manos que guisan tienen. Pero otra, no pequeña es el tiempo. Esto se ha puesto de relieve, en las grandes cadenas de restaurantes, que fijan, incluso los segundos o minutos en guisar una comida, cuánto se tarda desde que se encarga una pizza hasta que se le pone al comensal.
Salvando las distancias, en las familias, durante siglos, también se ha tenido en cuenta, esta realidad. Pueden existir platos que se ha tardado horas, en un calentamiento y recalentamiento casi de toda la mañana, hasta llegar a una comida perfecta, preparada para cuándo llegase la hora y llegasen los hijos o esposo.
Pero otras comidas, se hacen con la rapidez del tiempo, porque existen muchas obligaciones agrarias o familiares o personales, o, quizás, algunos acontecimientos familiares, de viajes o situaciones parecidas… En esto se inserta la tortilla, quién sabe si la tortilla de Betanzos surgió, porque existía mucha prisa, por algún acontecimiento, o, porque surgió de esa manera por un error, o por un capricho de algún comensal de la familia, o quizás, porque abundó en un momento muchos huevos, y, para que no se pusiesen malos, para aprovechar los recursos que se disponían, por ingenio humano, por…
Si no prueba y degusta al menos, una vez cada año, una tortilla de Betanzos, habrá dejado usted de tener una experiencia importante. Pequeña y humilde. Pero la vida está hecha de miles de cosas pequeñas humildes. Las catedrales también…