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20 DE MAYO, DÍA MUNDIAL DE LAS ABEJAS

Diego Ojeda Ramos

Exconcejal del Ayuntamiento de Telde y asesor en la Consejería del sector Primario, Soberanía Alimentaria y Seguridad Hídrica del Cabildo Insular de Gran Canaria

En un mundo donde la interconexión entre la naturaleza y la humanidad es más evidente que nunca, las abejas emergen como centinelas críticos de la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Ante esta realidad, es imperativo valorar el incansable trabajo del equipo de la Consejería del Sector Primario, dirigida por Miguel Hidalgo, cuyo compromiso con la protección de estos polinizadores es una piedra angular en la preservación de nuestro ecosistema.

La polinización, un proceso aparentemente simple pero fundamental, es la fuerza impulsora detrás de la producción y reproducción de cultivos y plantas silvestres. Las cifras hablan por sí solas: casi el 90% de las plantas con flores y el 75% de los cultivos alimentarios dependen en cierta medida de la polinización. Este hecho subraya la importancia crítica de los polinizadores, cuyo papel va más allá de la mera producción de alimentos, siendo también esenciales para la conservación de la biodiversidad.

La declaración por parte de las Naciones Unidas del 20 de mayo como el Día Mundial de las Abejas refleja el reconocimiento global de la urgente necesidad de proteger a estos polinizadores. Enfrentar los desafíos que enfrentan las abejas y otros polinizadores requiere un esfuerzo concertado a nivel mundial.

El enfoque de este año en el compromiso de la juventud con las abejas destaca la importancia de involucrar a las generaciones futuras en la apicultura y la conservación de los polinizadores. Al educar y capacitar a la juventud, estamos asegurando un futuro sostenible para nuestro medio ambiente y nuestra agricultura.

Es evidente que debemos actuar con urgencia. El declive alarmante en la población de polinizadores, exacerbado por prácticas agrícolas intensivas, el uso indiscriminado de pesticidas y el cambio climático, plantea una amenaza existencial para nuestra seguridad alimentaria y la salud del ecosistema en su conjunto.

Ante este panorama, cada persona tiene un papel que desempeñar en la protección de las abejas y otros polinizadores. Desde cultivar plantas autóctonas hasta apoyar a los agricultores que practican métodos sostenibles, nuestras acciones pueden marcar la diferencia.

El compromiso del Cabildo Insular a través del Plan Estratégico de la Consejería del Sector Primario es un ejemplo claro de liderazgo en esta área. Desde la investigación hasta el apoyo económico al sector apícola, su dedicación es fundamental para garantizar un futuro próspero para nuestras abejas y nuestra agricultura.

Es inevitable volver la vista atrás y recordar algunas de las acciones que el equipo del Sector Primario lideró en colaboración con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para entregar 600 núcleos apícolas, en tiempo record, a las personas apicultoras afectados por los incendios de aquel fatídico verano del año 2019.

La entrega de los núcleos apícolas a las personas apicultoras afectadas de Gran Canaria por los incendios no solo representó un acto de solidaridad, sino también un paso crucial hacia la recuperación de un sector vital para nuestro ecosistema. La colaboración entre el Cabildo y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para producir estas colmenas en miniatura constituyó un ejemplo elocuente del poder de la cooperación entre instituciones académicas y gubernamentales en momentos de crisis como los que nos tocó vivir de manera cruel.

El delicado proceso de elaboración de estos núcleos, que depende de múltiples variables climatológicas, pone de relieve el esfuerzo y la dedicación del equipo de la Consejería del Sector Primario. Su compromiso con la protección y revitalización del sector apícola, tan castigado en los últimos años, es un testimonio de su visión a largo plazo para garantizar la sostenibilidad de nuestra comunidad.

Los incendios de 2019 dejaron una profunda huella en la comunidad apícola, afectando a numerosos apicultores y colmenas. La respuesta del Cabildo, a través de medidas de emergencia como la compra de alimento para las colmenas sobrevivientes y la entrega de núcleos de colmenas, demuestra un enfoque integral para abordar las necesidades inmediatas y a largo plazo de las personas afectadas.

La apicultura no solo es una actividad económica, sino también una actividad esencial para el equilibrio ecológico de nuestro entorno. La entrega de estos núcleos no solo proporciona una ayuda práctica a las personas apicultoras, sino que también contribuye a la preservación de la diversidad biológica y paisajística de nuestro país, especialmente en áreas estratégicas para la apicultura.

La colaboración entre el Cabildo Insular de Gran Canaria liderado por Antonio Morales Méndez, las instituciones académicas y la comunidad apícola es fundamental para enfrentar los desafíos que enfrenta el sector. Al trabajar juntas, podemos no solo recuperarnos de las adversidades, sino también fortalecer nuestra resiliencia frente a futuros desafíos como ya se ha demostrado.

La entrega de estos núcleos apícolas es más que un gesto de ayuda; es un símbolo de responsabilidad, esperanza y solidaridad en tiempos difíciles. Mientras continuemos apoyando y valorando el importante trabajo de nuestros apicultores, estaremos construyendo un futuro más próspero y sostenible para todas las personas.

Terminaré reseñando que la supervivencia de las abejas es un imperativo moral y práctico. Al proteger a estas pequeñas guardianas del ecosistema, estamos protegiendo nuestra propia existencia y la de las generaciones venideras. Es hora de reconocer y apreciar el trabajo incansable de aquellas personas que se esfuerzan por preservar a las abejas y su vital papel en nuestro mundo.

Diego Fernando Ojeda Ramos, exconcejal del Ayuntamiento de Telde y asesor en la Consejería del sector Primario, Soberanía Alimentaria y Seguridad Hídrica del Cabildo Insular de Gran Canaria.

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