Desde las Teorías Políticas, un capítulo, a trozos en los tratados es cómo dejar el Máximo Poder. Existen estilos y formas y maneras desde las Ciudades Estados Griegas hasta hoy.
Decía Cunqueiro que si quieres conocer algo de lo real histórico del presente, tienes que informarte de lo que sucedió hace tres siglos. He interpretado siempre, que se refiere, a que, evidentemente ya faltan muchos documentos, archivos, testimonios en tres siglos, pero lo que queda, todo el mundo se atreve a interpretarlo de forma más correcta, si aquella aptitud y actitud de un monarca era tan irracional, sea un monarca de Francia o de Rusia o de Inglaterra, a nadie se le castiga y se le sanciona porque exprese que esa conducta errática se debía a que tenía ciertos problemas sexuales, o que existían problemas sexuales sentimentales en su seno familiar. O, que aquella medida la tomó por la presión del lobby tal de tal ciudad y de tal actividad, pero hoy, aunque se sepa, existan decenas de papeles y documentos, pocos lo harían públicos –y, muchos se pierden, y muchos son telefónicos-, pocos, incluso en la prensa.
Por eso, muchos de nosotros hablamos más de los romanos y de los griegos, y, en la medida que podemos de los del imperio antiguo egipcio y los mesopotámicos, lamentamos que existan pocos datos de Cartago, que debió de tener historias tan interesantes o más como Roma, en todas las temáticas, pero el vencedor rompe y quema los papeles del vencido. Cartago literalmente fue arrasada. Podríamos citar el Antiguo Testamento, pero pocos van conociendo ya las historias profanas y religiosas de dicho conjunto de libros. Por lo tanto, siempre estamos ante esta situación.
Todo este proemio, para plantearnos como dejan el poder las Figuras Máximas del Poder. A lo largo de la historia existen reflejados cientos de casos y ejemplos, en una decena de modelos o sistemas, hoy, nos hemos encontrado con esta cuestión y este problema, que yo durante años y años y lustros y lustros he reflexionado tanto. El qué y el cómo abandona Alguien el Máximo Poder, dice mucho de él o de ella. Puede ser elogiable o puede ser vituperable…
Esta cuestión la trata con elogio Frank Bruni, en un artículo titulado Lo que Joe Biden hizo es extraordinario publicado en The New York Times, en español, el día 22 de julio del 2024. Para dicho comentarista y opinador, indica lo que hizo Biden es extraordinario, yo, asiento y consiento con él, en ese juicio y aserto y enunciado. Uno, que mira a la historia cercana, y, cercana llamo cuatro o cinco décadas, desde la adolescencia informándose de tantos datos, y, especialmente, en la historia e Historia –con todas las limitaciones-, uno, se percata, que “existen dos momentos o formas que representan a un hombre-mujer de/en la Rex Pública, cómo toma el poder máximo, y, cómo deja el poder máximo”. -Esto también aplicable a cómo se toma el poder máximo o se deja en una empresa, en una entidad del tipo que sea-.
Ciertamente en las ciencias políticas se estudia pasos y caminos para tomar el poder y como mantenerlo, el más famoso es Maquiavelo, que tanto se cita, denigrándolo o alabándolo, pero que tanto se aplica. Ciertamente, la complejidad del poder en una Ciudad-Estado griega, no olvidemos que por todo el arco Mediterráneo existían miles ciudades-Estado, además de imperios en la Antigüedad, el poder y el Poder era diferente en muchos aspectos, a los Poderes Máximos de la actualidad. Pero en esencia, tienen los mismos elementos, o eso es lo que yo creo y estimo…
Cada semana o mes nos encontramos en el ajedrez mundial, doscientos Estados o casi, cada semana una persona de carne y hueso toma el Máximo Poder en alguna zona del mundo, y, alguna otra, lo deja o le obligan a dejarlo. Esto ocurre todos los meses, varias veces. En algún lugar del mundo, salga en el papel de prensa o en las pantallas electrónicas, alguien ha dejado el poder o le han obligado a dejarlo, y, alguien ha ascendido a la poltrona del poder. Más, en cuanto, puedan existir, en algunos Estados, la diferencia entre Jefatura de Estado y Jefatura de Gobierno –sea Jefatura de Estado, tipo monarquía, o sea república-, o, exista Jefatura Presidencialista, que atesora ambos poderes –Francia, Estados Unidos…-.
Fíjense, y, observen, cómo estas Altas Autoridades toman el Poder Máximo y como lo dejan. Porque será un reflejo muy claro, de su conciencia y de su modo de ser y de la esencia de su república o monarquía. Biden, les guste o no, es y era un animal político, toda la vida en los entresijos del poder, quizás, una de las personas más y mejor formadas en estos asertos en Occidente. Biden, no negamos que estuviese con patologías al final de su existencia política, ayer mismo. Pero no podemos negar, que además de soportar las tragedias de su vida personal, fallecimiento de su primera mujer y de su hijo en accidente de tráfico, debemos aceptar, que haya sido uno de los políticos con más experiencia de Occidente, en estos últimos lustros. Nadie puede negar esa realidad. Nos gusten más o menos sus actuaciones, más o menos, el país y poder que representaba.
Pero Biden ha dado un ejemplo de ponerse a un lado. Cuántos, cuántos deberían aprender y aprehender esta lección por las vértebras de Europa, y, por las vértebras de América y por las vértebras del planeta. Dice Bruni, que Biden demostró “su humildad esencial”, creo que es el juicio más cierto y más verdadero sobre este presidente, su “humildad esencial”. Paz y bien.