SANTA CRUZ DE TENERIFE
La esencia africana protagoniza el escenario del carnaval 2025 en homenaje al continente
El soporte escénico del Recinto Ferial de Tenerife tendrá una superficie de aproximadamente 1.600 metros cuadrados y contará con una distribución que permitirá aumentar el aforo y hará que el público sienta mayor cercanía
El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a través del Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recreativas (OAFAR), presenta el escenario que albergará los concursos y galas del Carnaval 2025 en el Recinto Ferial de Tenerife a partir del próximo 6 de febrero, cuando arranque la primera fase de murgas infantiles.
Con África como tema central del diseño, la propuesta escénica de Nareme Melián, que repite en el cargo tras el éxito del pasado carnaval, apuesta por homenajear la cultura y esencia del continente africano. El escenario, que el propio Nareme cataloga como “vanguardista y conceptual”, busca traer al 2025 las escenografías más artesanales y cargadas de detalle con los que contaba el carnaval años atrás. Con dos grandes árboles que reflejan la alfarería y la conexión de los africanos con la tierra, las cascadas laterales como símbolo de la importancia del agua en su cultura, las casas cueva -que comparte Canarias con África- y el gran elemento central, la puerta de un poblado que simboliza una casa del árbol, el autor del diseño busca representar de forma onírica lo que el continente simboliza para él.
El acto de presentación tuvo lugar en la Casa del Carnaval y contó con la asistencia del alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez; el concejal de Fiestas, Javier Caraballero; la consejera delegada de la Sociedad de Desarrollo, Carmen Pérez; y el diseñador del escenario, Nareme Melián.
Durante la presentación, el alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez, elogió a Nareme por este “escenario que recoge y homenajea las tradiciones, la cultura y la esencia de un continente tan rico como África y lo trae hasta el Carnaval de Santa Cruz con tanto respeto”. El regidor municipal afirmó, además, que “para un buen carnavalero, esta presentación supone el comienzo no oficial de las fiestas más importantes de la ciudad”. El alcalde recordó que el objetivo es seguir mejorando cada año y alcanzar registros como los de la última edición cuando un millón de personas disfrutó de la fiesta en la calle a lo largo de todo el Carnaval.
Por su parte, Javier Caraballero, concejal de Fiestas, felicitó a Nareme por este gran trabajo y recalcó que el espacio escénico no solo será llamativo, sino que además será “transitable en todos sus elementos, haciendo que el espectáculo brille más si cabe y que aumenten las posibilidades escénicas para concursos y galas”. De esta manera, el escenario no será solo un decorado que sirva para mostrar el trabajo de grupos y diseñadores, sino que “el propio espacio formará parte del espectáculo y estará integrado dentro de la propuesta artística”.
Por otro lado, Caraballero recalcó la importancia de volver a la disposición anterior del escenario, “cumpliendo de esta manera con el compromiso adquirido con grupos y aficionados de ampliar en 1.000 plazas el aforo para las galas y concursos” e incorporando una novedad en el montaje del escenario, que dejará de ser alargado y pasará a tener forma de diamante, “lo que hará que las gradas puedan formar un anfiteatro y que la sensación de cercanía del público sea mayor”.
El espacio tendrá una superficie escénica de 1.689 metros cuadrados (400 metros más grande que en la anterior edición) y el soporte del mismo ocupará 3.149 metros cuadrados, con un frente total de 120 metros, una altura de 13,5 metros y dos rampas laterales que facilitarán la entrada y salida de grupos y artistas.
Las pantallas ocuparán un espacio total de 140 metros cuadrados y estarán repartidas entre el sol central que se aprecia en el boceto y los laterales, que servirán como pantallas de realización. De esta forma, con 260 metros cuadrados menos que en el montaje de la pasada edición, se recupera la escenografía más artesanal y teatral que durante tantos años ha caracterizado a la fiesta, huyendo de ser tan tecnológico como en las últimas ediciones.