Casimiro Curbelo
Presidente del Cabildo de La Gomera
El compromiso de una institución con la sociedad se mide por el grado de protección social que proyectan y definen sus cuentas públicas. Aquí no valen las palabras, sino los hechos tangibles que se reflejan en los números que determinan la hoja de ruta que durante el próximo año llevará a cabo un gobierno. Este es uno de los mayores retos a los que cada doce meses nos enfrentamos los cabildos canarios. Somos esas administraciones cercanas convertidas en el pilar para el bienestar de nuestros vecinos y vecinas.
Esta semana que comienza, el Cabildo de La Gomera debatirá su proyecto de presupuestos, que asciende a más 78.677.893,13 euros. Una planificación que vuelve a poner en el centro a los ciudadanos de esta isla, con un fuerte carácter redistributivo y un fortalecimiento sostenido del bienestar social y la inversión pública como ejes de la acción de gobierno. Son, sin duda, una pieza clave para determinar el presente y el futuro de esta tierra y de quienes aquí vivimos.
La desigualdad que genera un territorio archipielágico por su estructura geográfica o los déficits estructurales que arrastra Canarias no son ajenos en esta isla. Sin embargo, hemos diseñado un proyecto sólido para tomar de estas desventajas los principales retos a los que nos enfrentamos, desde una planificación económica comprometida con este fin. Tal es así que cerca de 17 millones de euros están orientados a la atención social y sociosanitaria con el nuevo centro abierto en San Sebastián, sin dejar a un lado el apoyo educativo, cultural y deportivo que reciben los gomeros y las gomeras, y que crece, en su conjunto, hasta los casi cinco millones de euros.
Estas son realidades, no planteamientos vacíos. De hecho, la redistribución de recursos también se acentúa en los sectores económicos, que suman más de 7,8 millones de euros para su dinamización y cooperación desde lo público con el fin de ganar en competitividad y fomentar el empleo. Se trata de un esfuerzo sin precedentes, materializado en un incremento de más del 30% respecto al presente año, cifras que van a mejorar la calidad de vida y a dar nuevas oportunidades de inserción social y laboral, sin olvidar la cualificación y profesionalización de segmentos de nuestra economía tan importantes como el turismo, el comercio o la agricultura, que juntos generan más de 4.000 empleos directos.
Los antídotos mágicos no existen, pero una planificación certera y coordinada da sus frutos en La Gomera o en cualquier otro rincón de Canarias. Se trata de poner sentido común y pensar que para alcanzar una sociedad mejor debemos articular mecanismos para lograrlo.
Creemos en La Gomera como una suma de valores. Los que dimanan de la artesanía, la gastronomía, el patrimonio, la naturaleza y, sobre todo, su gente. Y esa suma de valores y desafíos son los que se ven reflejados en unas cuentas públicas realistas y coherentes para la transformación social y económica de la isla. Es evidente que no todo se reduce a planificar unos buenos presupuestos, pero sí es cierto que son la base para continuar trabajando como lo hemos hecho hasta ahora.