Luis de la Barrera
Portavoz de Drago Gran Canaria
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Si entran a la web de Turismo de Gran Canaria verán cómo en la página principal se muestran imágenes y vídeos del Roque Nublo hasta en cinco ocasiones. En una de ellas, aparece un señor corriendo por el monumento natural. Si clicas en el desplegable de “qué ver” en la isla, aparece en primera posición.
Si acceden al perfil de Instagram de “Visit Gran Canaria”, que tiene más de 114.000 seguidores, el Roque Nublo aparece en innumerables ocasiones. Lo mismo se replica en otras tantas redes sociales, en los estand de FITUR y otras ferias internacionales o en las campañas de marketing y promoción turística con turoperadores y compañías aéreas.
Después de haber estado durante décadas haciendo del Roque Nublo uno de los pilares de la promoción turística grancanaria, enfocada en el turismo de naturaleza y ocio activo, ahora, Nueva Canarias y PSOE se dan cuenta de que uno de nuestros monumentos naturales más preciados se está masificando, alterando sus ecosistemas, provocando problemas de circulación y seguridad vial, generando conflictos con las poblaciones de la cumbre de la isla o saturando los servicios públicos de las zonas aledañas.
Y a pesar de que haya un evidente nexo causal entre la promoción turística y la masificación del Roque Nublo —pues solo hay que ver la cantidad de coches de alquiler y guaguas turísticas que pululan por los alrededores—, desde el Cabildo de Gran Canaria aprueban restricciones para el acceso a este entorno natural, que entrarán en vigor a partir del 3 de febrero, que van a favorecer al turismo de masas en detrimento de la población local. Claro que la sociedad grancanaria demandaba una regulación, pero no para hacerla en su contra.
Así, se van a habilitar 60 entradas por hora que no diferencian entre turistas y población canaria. Además, las empresas de turismo activo tendrán un cupo adicional de 30 permisos cada dos horas, lo que supone que podrán acceder, aproximadamente, unas 600 personas al día al Roque Nublo, de las cuales no cabe duda de que la gran mayoría serán turistas.
Si bien se excepciona a la población de Tejeda y Artenara de la reserva de entradas para poder acceder al monumento natural, el resto de la población canaria tendrá que “competir” con los turistas para el mismo cupo de entradas, lo que supone una clara discriminación para las personas locales, que tienen derecho a conocer su territorio, como pilar de la conservación de la naturaleza y de su arraigo identitario, cultural y medioambiental.
Y ya no solo hablo de la población grancanaria, sino que una persona de El Hierro, La Gomera, La Palma, Fuerteventura, Lanzarote, La Graciosa o Tenerife tiene el mismo derecho de conocer y acceder a los espacios naturales de nuestras islas en condiciones de igualdad y gratuidad, en una visión ampliada de lo que supone una canariedad
archipielágica y confederal bien entendida, alejada del insularismo que propugnan espacios que se dicen nacionalistas y que obedecen a las mismas lógicas coloniales y caciquiles que nos arrastran desde hace más de 500 años.
Pero no contentos con esa restricción, encima ya se están gestionando, a través de la compañía Global, rutas de guaguas con una clara intencionalidad turística, desde Maspalomas hasta el Roque Nublo, que conectarán con las líneas que circularán entre Tejeda, Ayacata o Degollada de Becerra, que van a sufragarse con partidas presupuestarias públicas.
A mí alguien me tendrá que explicar algún día si existe otro lugar en el mundo que, además de no cobrar entrada a los turistas por acceder a sus espacios naturales más emblemáticos, encima sufraguen con fondos públicos el transporte que los lleve a esas zonas, sin que tengan que hacerlo con precios de mercado.
Desde Drago Gran Canaria proponemos otro tipo de medidas, orientadas a evitar que la isla se convierta —o deje de hacerlo— en un gran parque temático para el turista, y a dejar de empaquetar “experiencias turísticas” que lo único que hacen es degradar nuestro limitado y frágil territorio.
En primer lugar, cobrando entradas a los turistas para el acceso al Roque Nublo, al igual que para muchos otros entornos naturales, que generen empleo de calidad ligado a la conservación de los espacios naturales, priorizando la contratación de población desempleada de la cumbre de Gran Canaria y evitando de esta forma el éxodo y despoblamiento rural.
En segundo lugar, estableciendo cupos diferenciados entre la población canaria y los turistas, de forma que no tengamos que competir en la obtención de entradas para visitar uno de nuestros símbolos naturales más queridos y que tiene una gran vinculación con nuestro pasado indígena.
En tercer lugar, introduciendo tarifas para las guaguas que no cuenten con bonificaciones del sistema general, sino que tengan precios de mercado para los turistas, sin que en ningún caso se deriven fondos públicos. Con ello podría financiarse nuevas rutas para las poblaciones de Tejeda y Artenara, que actualmente se encuentran desconectadas del resto de municipios de la isla.
En cuarto lugar, divulgando entre la población canaria, especialmente en las edades más tempranas, la riqueza geológica, medioambiental, cultural e indígena del monumento natural del Roque Nublo.
Y por último, señores dirigentes del Cabildo, dejen de tirar la piedra y esconder la mano. Ustedes son los responsables de que se estén masificando todos los espacios naturales, costeros y urbanos de Gran Canaria por sus políticas de promoción turística, de concesión de más camas turísticas y de turistificar nuestras costumbres, tradiciones y fiestas populares. Si tanto dicen que escucharon el clamor de la calle el 20-A y el 20-
O, ¡háganles caso de una vez y dejen de hacer de esta isla un parque temático para el turista!
Luis de la Barrera, portavoz de Drago Gran Canaria