Julio Alonso: «África es mucho más que África Occidental»
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Durante décadas, la política comercial de Canarias con África se ha basado en una relación casi exclusiva con África Occidental. Países como Costa de Marfil, Ghana, Mauritania y Senegal han sido los pilares de un modelo que, en su momento, ofreció la seguridad de lo conocido en tiempos convulsos. Sin embargo, ese enfoque ha prometido estabilidad y crecimiento sin llegar a transformar realmente la economía del archipiélago.
África es mucho más que esos pocos destinos; es un continente lleno de mercados inexplorados, con menor competencia y oportunidades que podrían reactivar un cambio verdadero.
La herencia del modelo tradicional
La red de acuerdos y relaciones con África Occidental se cimentó en una época en la que mantener vínculos con lo familiar representaba garantía de certidumbre. Los lazos establecidos a lo largo de años, heredados en parte de relaciones coloniales, permitieron a Canarias consolidar una estructura comercial que, en su momento, facilitó el desarrollo en un contexto de incertidumbre global. Pero esta dependencia excesiva en un único circuito ha generado una especie de trampa: lo que se prometía como motor de crecimiento se ha convertido en una rutina que limita la diversificación y la innovación.
A pesar de la aparente estabilidad que ofrecía el modelo, la práctica demuestra que la apuesta por lo seguro ha frenado el acceso a mercados con menor saturación y mayores posibilidades de retorno. En lugar de ser un verdadero game changer, la estrategia ha resultado en un circuito repetitivo donde las mismas fórmulas se aplican una y otra vez, sin atreverse a abrir nuevas puertas en territorios más prometedores.
El factor crowding
Una de las claves para comprender esta limitación es el denominado efecto crowding, que se evidencia tanto en la saturación del circuito en África Occidental como en la creciente competencia internacional.
En un principio, cuando Canarias inició sus vínculos en la región, los mercados eran menos maduros y la rivalidad casi inexistente. Con el tiempo, la irrupción de nuevos actores globales ha reconfigurado el panorama, reduciendo progresivamente las oportunidades de destacar.
Julio Alonso Ortega, socio de la consultora Qabas, advierte que «la concentración de inversiones en un único circuito ha conducido a niveles subóptimos de rentabilidad, ya que tanto la creciente competencia tanto interna como externa frenan el dinamismo y la expansión».
Mirando más allá de lo conocido
La verdadera crítica no reside en el modelo en sí, sino en la incapacidad de Canarias para trascender límites tradicionales. Durante años, el archipiélago ha optado por la seguridad, dejando de lado la inmensidad del continente africano y sus mercados emergentes. En territorios con menor competencia, cada iniciativa puede consolidarse con retornos significativamente superiores.
Asimismo, Alonso destaca que «el verdadero potencial se encuentra en mercados fronterizos; países como Argelia y, sobre todo, Libia ofrecen escenarios inexplorados en los que el primer movimiento puede traducirse en retornos inalcanzables en mercados más accesibles como África Occidental».
La complacencia ha impulsado una estrategia que, aunque segura, resulta cada vez más obsoleta en un entorno globalizado y dinámico. Canarias ha quedado, en esencia, atrapada en un circuito que ya no responde a las exigencias de una economía en constante transformación.
Un llamado a la diversificación
Canarias debe dejar atrás un modelo que prometía estabilidad sin transformar la realidad. El futuro exige una política comercial que amplíe horizontes, explorando mercados menos saturados y aprovechando las oportunidades de un África más allá de la tradicional África Occidental.
Las relaciones históricas y la concentración de inversiones han frenado el potencial de cada nueva apuesta. Es momento de replantear estrategias, combinando experiencia e innovación para atraer capital, talento y sinergias que impulsen un crecimiento sostenible.
Con determinación, el archipiélago se posicionará en el escenario internacional como un referente de dinamismo y modernidad, abriendo sus sectores tradicionales a nuevos territorios y augurando un futuro lleno de oportunidades transformadoras.