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El Real Casino de Tenerife, símbolo de historia y cultura

Canarias Noticias - 10/04/2025

El Real Casino de Tenerife se fundó en 1840 y se considera la sociedad cultural más antigua de Canarias. En 1982 fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Esta declaración engloba el Casino de Santa Cruz de Tenerife y los Bienes Inmuebles vinculados al mismo, y es el mayor exponente de la arquitectura racionalista y art deco en Canarias. 

Orígenes y evolución histórica: de la tradición a la modernidad

Los inicios del Real Casino de Tenerife se remontan a 1840, cuando 52 comerciantes y terratenientes de Santa Cruz de Tenerife fundaron el Centro de Lectura y Recreo, la primera sociedad recreativa y cultural de esta ciudad, en la que sus socios celebraban tertulias, leían la prensa y obras literarias, y participaban en los juegos permitidos por las leyes.

Su primera sede se ubicó en una sala del número 4 de la Plaza de la Constitución. Unos 10 años después, alquilaron la casa que ocupaba el número 2 de esta plaza, que disponía de varios salones en los que se podían celebrar bailes, realizar tertulias, disfrutar de salas para la lectura, juegos de cartas y de billar. En 1855 el Centro de Lectura y Recreo pasó a llamarse Casino de Santa Cruz de Tenerife.

En 1860, cuando Santa Cruz ya era considerada Ciudad, sus 200 socios alquilaron el entresuelo de la Casa Villalba, situada en el número 11 de esta plaza. Gracias a la prosperidad de la Sociedad, acabaron ocupando todo el edificio en 1895. El entresuelo se destinó entonces a los juegos de cartas y a la lectura; la planta baja, para la tertulia diaria y distintos deportes; y en la parte alta se instaló un gran comedor de gala y el salón de baile.

Del siglo XX a la actualidad

En 1911 se aprobó la adquisición de varias propiedades para construir un nuevo edificio, pero el proyecto se retrasó hasta 1929 debido a la Primera Guerra Mundial. Finalmente, se inauguró en 1935, lo que supuso todo un acontecimiento social, con un baile de gala al que asistieron 2000 invitados, entre ellos las principales autoridades.

El actual Real Casino es un espacio al mismo tiempo cultural y recreativo. En sus instalaciones se desarrollan conferencias, conciertos, exposiciones artísticas, presentación de libros, etc. Posee una biblioteca con más de 10.000 volúmenes, incluyendo revistas y periódicos. Está dotado de sala de proyecciones, de billar y de bridge, cafetería, restaurantes o gimnasio, y ofrece cursos de inglés, pilates, francés, bridge, zumba, etc.

Este casino y otros que, en sus inicios, eran considerados “casinos culturales” tuvieron una gran repercusión en todo el mundo, y son el origen de los actuales casinos. En la actualidad, el mundo del juego ha evolucionado significativamente, y los casinos físicos han ido dando paso a los casinos en línea, que permiten disfrutar de los juegos de azar desde cualquier lugar y en cualquier momento. 

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El edificio, una joya arquitectónica

La sede del Real Casino de Tenerife es un edificio bastante singular: su ubicación es privilegiada, en una de las mejores manzanas en la plaza principal de la ciudad, y destaca por su propia construcción, con una apariencia exterior de orden clasicista y un carácter más moderno en sus espacios interiores más significativos. 

Esta obra fue diseñada por el arquitecto Miguel Martín-Fernández de la Torre, mientras que el también arquitecto Richard E. Oppel (miembro del estudio de Martin-Fernández y, a la postre, su cuñado) diseñó los interiores de las zonas nobles y la portada de acceso al edificio, dando a esta decoración una estética racionalista.

El inmueble se organiza en cuatro patios, con el hall y el salón de fiestas como las estancias más representativas del edificio. En el exterior merece la pena mencionar sus esquinas, de estilo pseudo-secesionista; y en las fachadas principales, las balconadas con columnatas dóricas.

En general, la iluminación del Casino destaca por utilizar el opal, un vidrio blanco y translúcido que deja pasar la luz sin ser transparente, lo que unifica la luz natural y la artificial. También tiene influencias de la arquitectura tradicional de Japón, presente en la arquitectura occidental en los años veinte y treinta del siglo XX.

Reconocimientos y aportes culturales

El Casino recibió el Título de Real el 12 de noviembre de 2009 de manos del actual rey emérito, Juan Carlos I. En 2015, el Gobierno de Canarias le otorgó la Medalla de Oro. Además, ha recibido la Medalla de Oro de la Isla, concedida por el Cabildo Insular, y la Medalla de Oro de la Ciudad, entregada por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.  

Uno de los principales aportes culturales del Real Casino es el que tiene que ver con el arte. En sus dependencias hay expuestas diferentes obras de arte, entre ellas 39 cuadros de algunos de los más grandes artistas canarios, como José Aguiar, Néstor de la Torre, Romero Mateos, César Manrique, Cristiano de Vera o Borges Salas, que en 2006 fueron declarados Bien de Interés General, en la categoría de Bien Mueble.

Por su parte, el hall muestra en su pared un gran óleo sobre lienzo de José Aguiar, titulado “Alegoría del mar y la Tierra”, y el gran salón está decorado con dos grandes óleos de Néstor de la Torre, con escenas de la agricultura y la pesca de Canarias.

En 1999, el Casino de Tenerife creó el Premio Faustino Martín Albertos, en memoria del que fuera su presidente de 1929 a 1935. Dicho premio tiene por objeto estimular la labor creadora y reconocer la obra de una persona o entidad.

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