ÚLTIMA HORA

¡DESIDEOLOGICÉMONOS!

A sabiendas este escrito puede ser apedreado, no se olvide estimado lector es solo una humilde opinión, veamos: Bajo nuestra óptica, es discordante con el desarrollo de la humanidad que en pleno Siglo XXI aún existan reyes, comunismo o (me disculpan) Estados dirigidos teocráticamente. El tema es demasiado extenso, pero permítanme abrir una ventanilla con relación a las ideologías.

Sí indagamos, nos damos cuenta que aquellas naciones con mayor estabilidad institucional y sostenimiento de alta calidad de vida se encuentran alejadas del espectro ideológico, aun cuando puedan denominarse gobiernos “socialistas” como Suecia o existan reyes como en la Europa nórdica, estas acepciones son meramente nominales. Suecia es una nación con economía de mercado amplia, protectora ultranza y dependiente del sector privado. Las monarquías existentes hoy cumplen solo labores diplomáticas, consultivas.

Opinamos, el mundo entero necesita deslastrarse de mucha hojarasca histórica, amerita un baño de contemporaneidad. Por ejemplo, en Venezuela se debate tardía y absurdamente entre el socialismo comunistoide de Cuba y la economía de mercado, como sí lo ideológico realmente tuviera algo que ver con la calidad de vida ¡No es así! más bien la entorpece. Lo que propicia calidad de vida son instituciones públicas apegadas a ley, con recurso humano calificado para sus fines, esto se contrapone al espectro comunistoide, donde el único criterio utilizado para ocupar cargos en la administración pública es la fidelidad al partido, el culto a la ideología, al personalismo.

Opinamos, las ideologías políticas son armas que usan los políticos contra los ciudadanos, pues todas ¡absolutamente todas! sean de derechas, izquierda o centro, tienen un único objetivo: justificar el asenso y permanencia en el poder de una élite política que posteriormente se convierte en élite económica… no hay excepciones.

Alemania hizo algo sumamente inteligente y trascendental, depuesto Hitler, su criminal locura ideológica, los líderes políticos tuvieron la grandeza de reconstruir políticamente la nación, la nueva constitución, el nuevo Estado edificado, se alzaron inmune a nuevos Hitlers. Dieron el determinismo de su desarrollo a la división real de los poderes públicos, al sistema parlamentario, al federalismo, al trabajo, a la educación, en fin, es una de las sociedades más pragmáticas en el planeta, con una altísima calidad de vida por demás estable, donde sus ciudadanos apartaron lo ideológico y se aferraron al pragmatismo político.

Mientras se atribuyan cualidades ficticias a las ideologías nos toparemos con sistemas que esconden perversidad. Sí no nos cree, compare la “calidad de vida” de Venezuela con la de Noruega, Islandia o Finlandia, en esa comparación Venezuela ni siquiera figura como subdesarrollado, sino como país primitivo, pues la extrema ideologización de la política ha hecho volver esa nación al fuego (leña), a la rueda (bicicletas y afines), sin gas ni gasolina siendo un país petrolero con infinidad de riquezas más… ¡Eso hacen las ideologías! 

Lic. Leandro Rodríguez Linárez, politólogo

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