Leandro Rodríguez Linárez
Politólogo
La humanidad vive momentos tormentosos, los social, lo político no van de la mano con lo tecnológico, mientras este último avanza a pasos agigantados, los otros dos van con misma velocidad, pero a la inversa.
La gran pregunta ¿Por qué el mundo retrocede en términos de libertades, derechos? El “Nuevo Orden Mundial” (China, Rusia, Cuba, aliados) quieren imponer sistemas que a la postre enquisten élites desechando la democracia (el mejor de los peores sistemas), desculturizando, institucionalizando la violencia. Europa vive hoy muy amargos momentos cuando prácticamente la están obligando a otra “cruzada” para rescatar su identidad. Estados Unidos también se está viendo obligado a replantear sus puertas abiertas ante la muy extraña (por permisiva) oleada de inmigración negativa.
En Latinoamérica la historia es distinta aunque no menos dantesca. Las tiranías se abren paso en nombre de la justicia social, cuando en realidad son estas las torturadoras sociales por excelencia ¿Por qué se permite todo esto? Son muchas las razones, en primer lugar porque occidente entró en una onda reactiva, mientras malsanas izquierdas y regímenes tiránicos violan leyes y acuerdos internacionales a placer, las democracias del mundo temen picar adelante.
En segundo lugar, ha sido un grave error que democracias y tiranías compartan como iguales en organismos internacionales cuando son antagónicas. Tampoco, regímenes autoritarios pueden verse en la libertad de dirigir comisiones o entes del andamiaje mundial encargados de velar por los derechos humanos ¡Eso está ocurriendo hoy día!
Lo ocurrido en Ecuador con el allanamiento a la embajada de México es sumamente grave, pero vayamos despacio. Cuando hace 2 años el régimen cubano, para detener las protestas en la isla, suspendió el bloqueo que mantiene a la nación y permitió a los cubanos importar alimentos y medicinas, este acto no la convirtió en una democracia. Del mismo modo, el que el Presidente Noboa haya allanado la embajada azteca para capturar un prófugo de la justicia de su país tampoco lo hace una tiranía ¡Mesura! Es un acto reprochable ¡Si lo es! y debe tener consecuencias proporcionadas.
La dinámica política sobrepasó al derecho vigente y en este caso es aún más complejo. Si el derecho diplomático permanece como hoy día, corruptos pueden encontrar protección en "embajadas amigas". Si se modifica, los perseguidos políticos en las tiranías no tendrán dónde salvar sus vidas… Al parecer, para salvar al inocente hay que proteger al culpable.