Leandro Rodríguez Linárez
Politólogo
Lo primero a resaltar es que las naciones comunistoides (en lo político) como China, Rusia, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, entre otras, el extraño fenómeno de la “Ideología de Género” no anda, no camina. Sus manifestaciones son escasas, reprimidas, censuradas ¿En las escuelas? Ni pensarlo.
Ahora bien ¿Por qué solo en las naciones occidentales esta corriente intenta expandirse? No olvidemos que el Nuevo Orden Mundial trata de desplazar los valores democráticos occidentales, por tal motivo, trata de desplazar las familias tradicionales e imponer nuevos estándares, no olvidemos aquella frase escolar “la familia es la base de la sociedad”.
Así, dentro de esos valores está “normalizar” los regímenes antidemocráticos, el culto al personalismo, la dependencia a las ayudas públicas, para así ejercer un control total sobre los ciudadanos, etc.
La gran pregunta ¿El género es una ideología? ¡No! no lo es, es indefectiblemente biológico, o se es masculino o se es femenino, no hay más, hablando de orden, es el que impone la naturaleza y es el que permite la vida en este planeta.
Si el género fuera ideológico, usted podría entrar a una conferencia, leer un libro, escuchar un meeting como hombre y al final usted podría salir convertido en mujer o viceversa, es un absurdo. Incluso, por más intervenciones quirúrgicas a las que cualquier persona se someta para cambiar su exterior, biológicamente continuará siendo del género que nació, médicamente será tratado con el sexo que la naturaleza le designó.
No se trata de negar o cuestionar las preferencias sexuales de las personas, somos creyentes fundamentalistas de las libertades individuales, éstas deben ser firmemente respetadas, el asunto es que la “Ideología de Género”, lejos de generar respeto e igualdad a las comunidades gay, está generando repulsión, animadversión y profundo rechazo social porque se quiere imponer, incluso, desde las escuelas, sin mencionar que son ejecutantes de manifestaciones públicas colmadas de perversión, obscenidades, insultos, entre otras no menos equívocas acciones.
La lucha debe ser por la no discriminación, por la inclusión, por el respeto y aceptación de las preferencias sexuales de las personas, entendido como algo estrictamente personalísimo, donde el Estado solo debe velar por sus derechos como a cualquier otro. Es una lucha que se viene gestando desde hace mucho tiempo, pero la “Ideología de Género” retrasa lo obtenido, intenta destruir las familias, principalmente, adoctrinar a los niños y es 100% inaceptable.