José Fco. Fernández Belda
Viviendo en San Borondón

No he podido, o no he sabido, encontrar una respuesta a la carta dirigida a Mohammed VI por el Dr. Sánchez sobre el asunto del Sahara Occidental. Tampoco he visto publicado el contenido íntegro de la carta de marras. Desconocemos así mismo si esa carta ha sido la única que trataba sobre éste espinoso asunto y no hubiera otras anteriores dirigidas a Marruecos y/o Argelia, país este último con el que afirmó el Ministro Albares haber hablado previamente.
Pero como en los asuntos trascendentales, este Gobierno de España no se caracteriza por su transparencia y veracidad, en principio hay que desconfiar de que existiera tal llamada y, en el improbable caso de que la hubiera habido, saber qué se dijo en ella. Si ni siquiera se comunicó esa decisión polémica a sus socios en el gobierno, ¿qué razón hay para dar pábulo a la menos que hipotética conversación argelina? Una cosa es la discreción con la que justifica Albares la ocultación gubernamental, y otra bien distinta es la imprescindible transparencia en asuntos tan graves como este, que compromete a todos los españoles en el presente y en el futuro.
Es un insulto para los españoles, no sólo los partidos políticos y socios del Frankenstein, que nos hayamos enterado de la existencia de esa carta por la Web oficial del Ministerio del Exterior del Reino de Marruecos, haciendo referencia a algunos de sus párrafos y deslizando una burla sutil, con lenguaje diplomático, al cambio de posición español de la misma forma en que un tutor reprende a un niño empecinado en algo. Los sarcasmos en la prensa marroquí han sido mucho más sangrientos, incluyendo una viñeta con un toro maltrecho y descornado.
En esa carta del Dr. Sánchez, parece que le pide a Marruecos “...la abstención de toda acción unilateral para estar a la altura de todo lo que compartimos”. Pero que lo pida nuestro presidente no significa que Mohammed VI lo acepte y renuncie a lo que, desde siempre, ha definido como objetivos nacionales territoriales irrenunciables. En suma, por lo menos hasta que aparezca un comunicado del Reino de Marruecos renunciando expresamente a seguir con sus reivindicaciones territoriales sobre Ceuta, Melilla y Canarias, en este aspecto no ha cambiado nada en absoluto, mienta como mienta el Gobierno español y sus corifeos mediáticos. Publicar esa carta, que se acabará sabiendo más pronto que tarde, aclararía este extremo que tiene a la opinión pública de estas poblaciones con el alma en un ¡ay!
También es cierto que el asunto de la soberanía del Sahara Occidental y el referéndum no preocupa de manera significativa a la inmensa mayoría de los europeos. Sólo somos algo más sensibles en Canarias, por la cercanía y porque hemos sufrido el zarpazo del terrorismo polisario, y no mucho más en España salvo para los que con el menor pretexto, sacan a pasear las banderas del Frente Polisario, las del Frente Popular, las Palestinas y las camisetas del Che Guevara. Periódicamente en la ONU se habla del proceso de descolonización, se vuelven a repetir los buenos deseos sin aportar ninguna idea nueva ni avance negociador y se despiden hasta la próxima sesión. No he podido confirmar si al término de ese paripé multinacional se sirve un té moruno con unos deliciosos pasteles árabes, aunque me malicio que así será.
Pero lo más preocupante y siniestro de esta decisión del Dr. Sánchez, al decir de sus ministros y socios podemitas, la ha tomado unipersonalmente. No había informado a nadie. Para no perder la costumbre ahora ha tenido que reconocer Albares que mintió cuando dijo que había informado a Argelia, que por razones obvias, se supone que algo diría antes de cerrarnos la espita del gas. El Presidente, para nuestra desgracia nuestro Presidente de España, se comporta como un dictador, que no lleva ni siquiera al consejo de ministros, ministras y
ministres, ni al Parlamento Nacional decisiones tan trascendentales para el futuro y el bienestar de los españoles. Es un émulo patético de los césares en general y de Calígula en particular.
Sus socios en el Gobierno, los comunistas de Podemos, van cantando por sus terminales mediáticas, que les hacen los coros, aquellas poéticas palabras de Antonio Machado que luego fuera copla cantada por Emilio José: “ni contigo ni sin ti, mis males tienen remedio; contigo porque me matas, y sin ti porque me muero”. Cámbiese, para actualizar los versos, “matas” por “contigo cobro” y “muero” por “me voy al paro” y allí, dado mi currículo profesional, no tendré muchas oportunidades de volver a ser carga pública.
La situación actual de España es tan grave, y me temo que empeorará aún mas, que a la vista del guirigay gubernamental que padecemos atónitos por casi cada asunto transcendental o marginal, el Dr. Sánchez debiera plantear una Cuestión de Confianza en el Parlamento para saber si aún goza de ella entre sus socios de referencia. Pero como eso es potestad única del Presidente del Gobierno, y a la vista de su historial esa posibilidad ni siquiera se la plantearía, sólo queda que la oposición, básicamente el PP y VOX, (oír a C's es escuchar mucho chau-chau equívoco), presente una Moción de Censura. Aunque la pierdan, quedarían retratados ante la ciudadanía la clase de políticos que padecemos y cuales son su prioridades, que sin la menor duda, no van a coincidir con las de la mayoría de los españoles, diga lo que mienta Tezanos en su CIS, pagado y manipulado con nuestros impuestos.
Por cierto, si se atreviera el Dr. Sánchez a plantear una moción de confianza y la perdiera, los españoles podríamos tener la oportunidad única de decidir el futuro directamente sin que los partidos políticos interpreten nuestras opiniones pasteleando en el Parlamento y secuestrando la voluntad mayoritaria a su mayor gloria... ¡y beneficio!