ÚLTIMA HORA

A PROPÓSITO DEL CIS

En el último barómetro del CIS, aparecen dos datos que a nivel demoscópico han llamado poderosamente la atención por lo inesperado de los mismos. El primero, calificado en algunos medios como “paso de gigante”, ha consistido en el llamativo crecimiento en intención de voto por parte del PSOE con 5 puntos más que en la encuesta de abril, y a solo 3,9 del PP, lo que convertiría a los socialistas en una clara alternativa de Gobierno. Dato que chirría leyendo las duras criticas vertidas sobre Pedro Sánchez y su “plurinacionalidad”, unido al desconcertante comportamiento de este político cargado de múltiples incoherencias, lo que induce a albergar ciertas discrepancias sobre la fiabilidad de la información, algo totalmente atípico en este tipo de sondeos de opinión.
 
   El segundo dato de la encuesta que igualmente resulta sorprendente, pasa por el bajo porcentaje de preocupación (2,6%) que produce a los ciudadanos el conflicto de la presunta independencia de Cataluña. Raro es el día que no aparece en portada alguna noticia sobre el “referéndum” del 1º de octubre. Los intercambios de amenazas y descalificaciones son continuos, si bien resulta chocante que un tema tan desastroso como supondría la desmembración de España no inquiete con mayor intensidad a la sociedad, habida cuenta de las fatales consecuencias que tal ruptura nos podría acarrear.
 
   Por último y en lo que respecta a la caída del PP desde el CIS de octubre, con su actual 28,8 seguiría siendo la fuerza más votada, aunque con unas posibilidades de gobernar muy complicadas. Los continuos casos de corrupción no cesan pasando la consiguiente factura. De ahí que constituya la segunda preocupación para los españoles con el 45,3% tras el paro (70,6%).
 
   A la vista de los mencionados datos del CIS, una vez más queda demostrado que el crecimiento económico no es garantía suficiente para que los populares mejoren su imagen y resultados. La creación de puestos de trabajo, de la que tanto se alardea en el PP, obedece exclusivamente al esfuerzo realizado por nuestros empresarios y el incremento del turismo. La sociedad demanda cambios que la formación conservadora y su líder no terminan de asumir. Se impone una regeneración política para  alcanzar una democracia de mayor calidad y transparencia, mayor rigor en la separación de poderes, más garantías en los derechos de los ciudadanos y una considerable reducción del repugnante clientelismo, factores estos que no se conseguirán hasta que no se modifique la cultura de partido, comenzando por el propio Rajoy, su monocorde discurso y el de muchos de sus subordinados. Es como una compleja red en la cual un amplio colectivo se sienten atrapados y vinculados por la ambición, favores prestados . recibidos e intercambiados. Todo un complejo trueque que les permite mantenerse en el poder, pero….¿hasta cuando?...¡¡Tiempo al tiempo!!

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