La lucha de las mujeres ha estado siempre en la calle, las conquistas sociales se han conseguido desde el movimiento feminista y la reivindicación de miles y miles de mujeres en el mundo. Las mujeres han tomado la calle, las mujeres se han organizado, se han asociado, han hecho lobbies, han unificado sus mensajes en una misma dirección, la igualdad de género. La sociedad ha adquirido conciencia crítica gracias a las mujeres, se ha ido transformando el pensamiento machista en un pensamiento crítico con el machismo.
No ha sido fácil, en el camino ha existido y existen resistencias, rémoras del pasado, que quieren mantenerse perpetuos, resistencias que se reflejan en la violencia hacia las mujeres, sus hijos e hijas, el abuso sexual en el trabajo, la pornografía, la prostitución y la economía consumista y de tomar los cuerpos de las mujeres como si fuesen propiedad de los hombres.
Los avances, aunque lentos, han sido constantes, la sociedad es hoy más plural y diversa, sin lugar a dudas. No obstante, la igualdad parece haberse estancado en estos años y nuevamente la crisis ha sido la gran excusa para dar al traste los avances y retrotraernos en años. Las proyecciones hablan que la ralentización en la carrera por la igualdad de los últimos años va a hacer que la eliminación de las desigualdades de género tarde más de cien años en ser efectivas.
Peor aún, La representación de las mujeres en política y en los ámbitos económicos y sociales se postergan más allá del 2234. A ello se le suma la Brecha Salarial, el empobrecimiento de las mujeres, la temporalidad, la invisibilidad y devaluación del trabajo doméstico, la precariedad del empleo con reformas laborales que lejos de la flexiseguridad se quedan solo en la flexibilidad sin seguridad, la igualdad parece que no tocar en las agendas políticas de los grandes dirigentes, si bien es una fórmula para acabar con la pobreza, la exclusión y la injusticia social.
Las mujeres no estamos dispuestas a esperar tanto tiempo en conquistar la igualdad efectiva y real, por eso unimos nuestra fuerza en un día mundial por la huelga general, un día el 8 de marzo, originalmente el día de “la mujer trabajadora”, para dejar patente, que no vamos a dejar de luchar por la conquista de nuestros derechos y vamos a apretar el acelerador para que los cambios necesarios sean más rápidos.
Como sociedad no nos podemos permitir cien años más, para equipar nuestros salarios a la de nuestros compañeros, para lograr que las mujeres tengan la misma representación que los hombres en las tomas de decisiones, políticas, sociales y organizativas. Queremos la conquista real y la queremos con inmediatez. Reclamamos a los diferentes gobiernos más concienciación crítica y más hechos reales, no de boquilla, queremos cambios efectivos, como la equiparación laboral, la protección por desempleo de las auxiliares de hogar, los permisos paternales en igualdad, las infraestructuras y servicios para el cuidado y atención a los dependientes, atención a los niños y niñas en escuelas infantiles, la promoción de las carreras profesionales de las mujeres, la implantación e inspección de los planes de igualdad de las empresas, la corresponsabilidad en las tareas domésticas y en el cuidado de los hijos e hijas.
Las mujeres dijimos el 8 de marzo que no estamos dispuestas a esperar más para eliminar los techos de cristal y los suelos resbaladizos que impiden que las mujeres tengan las mismas oportunidades que sus compañeros los hombres.
Existe un cambio de paradigma y parece que el mundo empieza a darse cuenta que la justicia social con las mujeres es un hecho que ya no tiene retorno, los movimientos de mujeres en contra del abuso sexual en el trabajo, la discriminación salarial , la temporalidad, la precariedad y la pobreza ha encontrado eco en la opinión pública, ha levantado masa crítica frente al establishment, y parece que esto hace que muchas mujeres se pongan en pie, combativas, en esta ocasión para reclamar una huelga general más que justificada, puesto que como digo, las mujeres no estamos dispuestas a esperar 100 años más para hacer una sociedad más justa e igualitaria.
Isabel Guerra Sánchez
Agente de Igualdad.
Psicologa.
Concejala del Ayto. de Teror.
