Comprar un coche de segunda mano no tiene que ser traumático ni abrumador

Tener vehículo no es un capricho, es una necesidad. Si adquirir un coche kilómetro 0 no se ajusta al presupuesto, la opción es buscar uno de ocasión. Decidir cuál es el correcto puede representar para muchos un gran dolor de cabeza, sin embargo, esto no tiene que ser algo abrumador o traumático, lo importante es tener en cuenta consideraciones fundamentales al escogerlo y la asesoría adecuada, ya que un solo desperfecto puede significar un problema a futuro.

Inicialmente hay que tener claro qué tipo de vehículo es el que se necesita; si es familiar o de trabajo, para viajar o trayectos cortos, si es un coche económico en cuanto a su gasto de gasolina o se tiene pensado invertir un poco más en uno de más potencia y tamaño; en este sentido, es fundamental tener definido el rango del presupuesto destinado para su adquisición.

No es una decisión a las primeras

Una de las recomendaciones principales al momento de escoger un automóvil de segunda mano es no precipitarse. Hay quienes, incluso, buscan reseñas de modelos, sus ventajas, limitaciones, características, y también consultan foros en internet que contienen comentarios y experiencias de los usuarios.

También están las personas que van por lo seguro y no se inclinan por una compra express, por lo que acuden a concesionarios de vehículos kilómetro 0 que también tienen coches de ocasión con garantía.

Al acudir a un concesionario, el comprador asegura que se trata de vehículos que están en perfecto estado de conservación, con todas sus revisiones y mantenimiento al día, incluso, con planes de financiación adaptados a los requerimientos del interesado. Un ejemplo está en Canarias, donde se encuentra el concesionario Rivera Selection, en el que ofrecen un amplio catálogo de coches de ocasión cuyo stock está en constante renovación.

La revisión debe ser minuciosa

Son muchos los aspectos que deben revisarse al tener al frente el automóvil que pudiera ser el candidato. En primera instancia está el estado físico; debemos observar la pintura, haciendo énfasis en revisar si tiene partes oxidadas, ralladuras o hendiduras, ya que esto hace evidente si ha tenido algún tipo de reparación.

Un área del vehículo que puede mostrar cómo ha sido su cuidado es el maletero. Hay que revisar si en este área hay signos de óxido o entrada de agua por agujeros o fisuras. Los cristales, parabrisas y retrovisores deben también verse con detenimiento.

Es importante observar minuciosamente el interior del automóvil, ver si hay desgarros, manchas o roturas en el tapizado y si están en buen estado todos los elementos del tablero, guantera, retrovisor interno y si funcionan correctamente los mecanismos para subir y bajar los cristales. Si tener aire acondicionado es un requerimiento ineludible, hay que revisar si este funciona óptimamente.

El motor requiere, igualmente, especial atención. Quizás el comprador no tiene mucha noción acerca de los aspectos principales al hacer esta observación, es conveniente entonces acompañarse de un especialista que pudiera dar un diagnóstico. Generalmente se revisan si hay partes oxidadas y deterioradas o si hay fuga de algún líquido, de ser así esto es un indicio de que necesita reparaciones.

La prueba de conducción

Por último, conducir el automóvil que pudiera ser el escogido es un paso primordial. Lo ideal es hacerlo en una vía que permita, siempre con precaución, ir a moderada y rápida velocidad para que se pueda tener una idea de cómo responden el motor, los frenos, la caja, la dirección y la suspensión, prestando especial atención a ruidos o aspectos anormales.

Otra recomendación es manejar el coche en distintos tipos de terreno, por ejemplo, en algunas lomas pronunciadas para evaluar su funcionamiento.

En una prueba de conducción podemos notar algunos ruidos raros, golpes bruscos en los baches, si la dirección es demasiado dura, y muchas cosas más, por eso se recomienda probarlo antes de comprarlo.