Desde los alimentos a las vacunas: la importancia de los contenedores isotérmicos
En un momento donde los colegios han abierto y las medidas de higiene están más que nunca en el punto de mira, no puedes olvidar la importancia que tiene el preservar la temperatura de todos los productos que son transportados.
Desde los alimentos perecederos hasta productos sensibles, como pueden ser las vacunas, han de seguir una cadena de distribución que comienza desde el lugar de producción hasta llegar al destino final. Por ello, la elección de contenedores isotérmicos, como los de OLIVO, es la solución para que nada se estropee por el camino.
Reto sanitario
Durante estos últimos meses, la pandemia del nuevo coronavirus ha copado e, incluso colapsado, todas las cadenas de producción dejando una crisis sin precedentes en la historia reciente mundial. Por ello, para poner solución al problema, la carrera por la vacuna contra la COVID-19 es clave.
Sin embargo, además de la producción, sale a la luz otro gran problema: ¿cómo afrontar la distribución de la vacuna?
Además de las dosis de las vacunas, el que estas lleguen a lugares remotos del mundo va a ser todo un desafío que se puede conseguir gracias a los contenedores isotérmicos.
Se trata de un circuito muy complejo en el que se comienza desde el distribuidor, pasando por el laboratorio, la oficina hasta llegar al hospital o la clínica, donde está el personal sanitario que se encarga de suministrarla. Por ello, la cadena de frío de estos productos termosensibles para la salud representa un gran reto, tanto sanitario como económico.
Varios formatos
Para la elección de contenedores isotérmicos, encontrarás distintos formatos. Por ejemplo, desde OLIVO, puedes elegir aquel que más se adapte a tus necesidades.
Uno de los más típicos es el ROLL, que se trata de un armario frigorífico con apertura frontal. También está el BAC, la caja fría que se abre por la parte superior. Y, sin olvidar, el cómodo BOX: una caja aislante adaptada para la entrega a domicilio.
De hecho, este tipo de recipientes están regulados con una certificación en la que se acredita que dichos contenedores isotérmicos son aptos para el transporte de productos. Uno de los aspectos que regula, por ejemplo, es el tiempo que pasa entre la preparación y el servicio de comida. Además, la higienización de los recipientes es básico, sobre todo en las superficies de contacto con los alimentos u otros productos.
Los contenedores isotérmicos pueden estar fabricados de distintos materiales, como pueden ser el acero inoxidable, plástico o aluminio, entre otros metales tratados. Y, por supuesto, dependiendo del material, su uso será diferente.
También se recicla
Como todo en esta vida, las cajas isotérmicas también tienen su final, pero no por eso se van a tirar.
Muchas de las empresas que venden estos contenedores se encargan de recogerlos, incluso a domicilio, y realizan un proceso de tratamiento en el que reciclan los componentes metálicos, así como el cuerpo de los contenedores, que son cortados en paneles. El objetivo es no desaprovechar nada y darles una mejor vida.