“En la situación actual, la vacunación por sí sola no nos permitirá prevenir el impacto de la variante ómicron porque no tendremos tiempo de abordar las brechas de vacunación que todavía existen” así que “es urgente que se tomen medidas enérgicas para reducir la transmisión y aliviar la pesada carga sobre los sistemas de salud y proteger a los más vulnerables en los próximos meses”, ha advertido. A las puertas del periodo navideño, esto significa de nuevo evitar grandes reuniones públicas o privadas, fomentar el uso de la mascarilla, el lavado de manos, la ventilación adecuada de los espacios cerrados, reducir los contactos en entornos sociales o laborales, impulsar el teletrabajo, reforzar la precaución durante los viajes, aumentar las pruebas de detección y realizar un rastreo de los contactos.
De no aplicar este tipo de recomendaciones “los Estados miembros se enfrentan a un resurgimiento fuerte de los casos”, ha avisado Ammon. “Ahora que se acercan las fiestas, necesitamos la solidaridad más que nunca”, ha añadido. Y es que, incluso si la gravedad de la enfermedad causada por esta variante es igual o inferior a la que provoca la delta, el aumento de la transmisibilidad y el consiguiente crecimiento exponencial de los casos “superarán rápidamente cualquier beneficio de una gravedad potencialmente reducida”, sostienen los expertos del ECDC que inciden en la importancia de realizar una buena trazabilidad y la secuenciación del genoma.