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Tenían razón los que siempre mantuvieron que introducir el tranvía sin asegurar y garantizar la mejora del transporte público en guagua mediante carriles exclusivos era un error

TITSA consigue por fin, con más de 69 millones de usuarios en 2023, mejorar los resultados de 2004

Canarias Noticias - 07/03/2024
Tranvía de Tenerife/ canariasnoticias.es

Sí, veinte años ha costado recuperar los usuarios de TITSA de 2004, año en que comenzaron las obras del tranvía que expulsaron a las guaguas verdes del centro de Santa Cruz y La Laguna. En 2022 -con 48,1 millones de usuarios- todavía se encontraba a siete millones de ese máximo histórico de 55 millones en 2004; sin embargo la gratuidad trajo consigo un aumento del 45%, elevando los usuarios nada menos que a 69,4 millones. Téngase en cuenta que entre tranvía y TITSA en 2019 sólo alcanzaban los 61,2 millones, siendo el primer año que entre Metropolitano y tranvía se superaban los 55 millones que había tenido TITSA en 2004.

Efectivamente, 18 años de tranvía sólo habían conseguido -antes de la gratuidad- que el volumen global de usuarios del transporte público aumentase en algo más de seis millones mientras el incremento en número de turistas ha sido de más de millón y medio con más de 100.000 habitantes nuevos con respecto a 2004, unos número que efectivamente y términos de rentabilidad social no cuadran por ningún sitio. No digamos nada si tenemos en cuenta que metropolitano mantiene a día de hoy una deuda a largo plazo de más de 130 millones de euros en un pasivo total de más de 200 millones según la última liquidación disponible de 2022, lo que obviamente ha venido acompañado del aumento de la deuda en TITSA porque sus líneas más rentables (013, 014 y 015) se volvieron deficitarias o desaparecieron con la llegada de la catenaria.

La gratuidad ha supuesto, efectivamente, un salto desconocido de 48,1 millones pasajeros en TITSA en 2022 a 69,4 en 2023, lo que supone que sólo el incremento de usuarios de TITSA, 21,3 millones, sea mayor que los números totales de Metropolitano que deben rondar esa cifra después de sus 15 millones de 2022 (que sepamos el resultado final de año no lo han hecho público) sino que la compañía pública de guaguas se presenta como la verdadera alternativa que ya reconoce hasta el propio documento de avance del Plan de Movilidad y hasta algunos pronunciamientos políticos.

¿Que tenían razón los que siempre mantuvieron que no debíamos meternos en catenarias sin asegurar y garantizar la mejora del transporte público en guagua mediante carriles exclusivos, política de tarifarias sensatas y demás? ¿Que no se puede desvestir a un santo para logran unos resultados que justifiquen de alguna manera semejantes dispendios en trenes y tranvías sacando a la guagua de los centros de Santa Cruz o La Laguna o bloqueándolas en atascos junto a la plataforma verde del tranvía? Hombre, cualquiera diría que las cifras son claras y evidentes y sólo mirando a Gran Canaria, con más usuarios que nosotros con menos habitantes y muchos menos turistas (y sin tranvía) no sólo el asunto salta a la vista sino que nos debía llevar a una reflexión del camino recorrido en materia de movilidad y la deuda casi grotesca que nos hemos echado arriba sin buscar una solución para la isla en su conjunto.

No, se ha tratado más bien del macroproyecto multimillonario que, sólo en agua para regar cerca de 60 hectáreas de césped supone un dispendio sobre el que esta tierra debiera reflexionar por la hipoteca que ha supuesto para, al final, beneficiar a un porcentaje muy pequeño de la población de Tenerife (entre los que en estos momentos de alguna manera me encuentro porque la opción guagua me la han quitado). Que con respecto al césped lo malo no es el agua, que según ellos es un asunto terrible que les obliga ¡qué pena! a contratar a dedo obras por la vía de urgencia, sino que se ha hecho con la única intención de que el tranvía no comparta plataforma ni con taxis ni con guaguas, como ocurriría en cualquier parte del mundo donde el espacio escasea.

Gran Canaria con dos millones de turistas menos y casi 100.000 habitantes por debajo de Tenerife, tuvo en 2023 cerca de noventa millones de usuarios de la guagua, que es lo que tienen

Hablar de movilidad en Tenerife, la tierra que se está embarcando ahora en un proyecto de circuito del motor homologable para Fórmula I, donde siguen 15 años después con el rollo de los trenes aderezados con más carriles, nuevas autopistas y Bus-VAO todo mezclado (aunque el avance del plan de movilidad diga lo contrario respecto a la necesidad de catenarias)… es muy complicado no sólo por el lobby de la construcción, que es muy potente y lo que exige son más autopistas, trenes y más carriles por todas partes, sino porque el lobby de la automoción es tan potente o más que aquel. Ellos mandan, lo políticos a verlas venir y el ciudadano a pagar las consecuencias y siempre, siempre a tirar de la cartera para pagar dispendios cuanto más grandes mejor.

La guagua, la clave para liderar la transformación de la movilidad en Tenerife

Ningún medio de comunicación se ha ocupado nunca de la monstruosa deuda de Metropolitano dos décadas después, sin embargo la de TITSA que cubre líneas deficitarias por interés social sí que ha dado lugar a muchos titulares, aún siendo mucho menor.
Nunca se consiguió una «mayor utilización del transporte público» como pronosticaban en 2007, Metropolitano consiguió 13 o 14 millones de usuarios a costa de los más de 22 que perdió TITSA fruto de una política intencionada que obligaba a la gente a usar el tranvía sí o sí porque se suprimió cualquier alternativa que no implicara al menos transbordo
El ataque a TITSA fue por todos los frentes y consiguieron que perdiera, incluso con subidas indiscriminadas de tarifas, la friolera de 22 millones de usuarios
El único dato oficial que he encontrado por ahí de los usuarios de Metropolitano en 2023 que desde luego no tienen ningún sentido porque hablan de crecimientos del 52,4% cuando calculan que pasarían de 15 a 19 millones de usuarios. Algo no cuadra en esa regla de tres.
En media Europa el tranvía convive perfectamente con las guaguas, los taxis e incluso bicicletas. En Tenerife ni las ambulancias ni otros servicios de emergencia pueden utilizar la misma plataforma porque todo es césped natural, a lo grande.
Bravo murillo, allí empezaron las obras del tranvía en una supuesta jugada para salvar los árboles que no resultó, al final cambiaron el trazado y arrasaron no sólo con los árboles sino con las principales líneas de guaguas de la Isla que venía a dar allí, justo detrás del Cabildo, para meterlas en ratoneras por todas partes llegando a perder un par de decenas de millones de usuarios.
Santa Cruz o la carretera La Cuesta Taco acababan de ser remodeladas completamente, una millonada del plan Urban, cuando se levantaron para pasar el tranvía.
El tranvía no tiene por qué ser incompatible con la guagua, al contrario, el problema es que el planteamiento en Tenerife fue ir a por la guagua y por el servicio público más rentable que ayudaba a sufragar las líneas deficitarias del la Isla, y vaya si lo consiguieron.
Eran guaguas mezcladas con coches pero aquello era un escándalo porque llegan al centro de Santa Cruz y la directa Santa Cruz Laguna, que podía ir de centro a centro en 15 minutos (o 30 si la cosa estaba mal) hacía parada donde el Cabildo después hizo la entrada para el lujoso aparcamiento privado para políticos y funcionarios. Lo pagamos todos vamos, pero lo usan ellos. Después vinieron las obras, el caos y sólo tranvía, guaguas fuera, el que quiera transbordos que inflan los usuarios del tranvía de manera artificiosa muchas veces.

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