Éxito rotundo de "Vientos de Alegría" de Los Buches

Si hay un rasgo del folclore lanzaroteño que simbolice la alegría, el misticismo y la profunda conexión de la isla con la mar, ese es el que encarna la Parranda Marinera de Buches. Tras largos años de paulatino declive que amenazaban con su desaparición, la centenaria agrupación ha vuelto a los escenarios con una fuerza inusitada. Su última propuesta, Vientos de Alegría, congregó a más de 600 espectadores en un abarrotado teatro El Salinero en la noche del viernes 28 de febrero, donde el soplo renovador de Los Buches quedó patente desde el primer momento.

La velada se inició con la exhibición de las históricas “sábanas del Carnaval”, tradición casi olvidada que, gracias a la colaboración con la asociación Mararía, está recobrando su brillo original. Puntuales a las ocho de la tarde, y con la expectación del público a flor de piel, el telón se abrió para dar paso al espectáculo anual de Los Buches, una de las formas más genuinas de entender el Carnaval urbano de Lanzarote. La dirección artística y del evento corrió a cargo del artista plástico y gestor cultural David Machado, mientras que el músico y productor cultural Ubay Alemán asumió la dirección escénica y de interpretación. Ambos han aunado tradición y contemporaneidad en un montaje que, sin perder su esencia marinera, deja vislumbrar la creatividad de más de 314 años de historia documentada (y un probable origen aún más lejano).

La función comenzó con el telón cerrado y la voz en off de Roberto Gil, director musical de la entidad, recitando un texto poético de David Machado que aludía a la canariedad y a la capacidad de resistencia que caracteriza a la isla de Lanzarote. Al levantarse el telón, ocho danzantes vestidos de blanco con fajín interpretaron la pieza para piano de estreno Danza de Los Renegados, compuesta por el maestro Ernesto Alemán tras investigar en profundidad el legado buchero y su vínculo con la mar. La coreografía, diseñada por Rubén Valiente y Vanessa Pérez, entrelazó comicidad, solemnidad y un tinte contemporáneo que conmovió al público, arrancándole más de una lágrima. El presidente de la asociación, Juan Antonio Machado, resumió el sentir general: “Aunque como sociedad podemos caer, siempre nos levantamos, del mismo modo que lo hemos hecho en Los Buches; hace dos años estábamos al borde de la desaparición y hoy celebramos este renacer”.

Uno de los aspectos más comentados de la noche fue la diferencia generacional de los danzantes y músicos, con edades comprendidas entre los Parranda Marinera de Buches 6 y los 80 años, prueba del carácter inclusivo que persigue la nueva dirección de Los Buches. Tras esta apertura musical, la voz en off de Gabriela, joven cantante de Rubicón, dio paso al recital escénico y musical de la parranda. El cuerpo de música, bajo la batuta de Roberto Gil, quien ha tenido la responsabilidad y el duro trabajo de recomponer la parte musical de Los Buches, lucieron con orgullo sus monteras con careta, recuperadas gracias a la asesoría del experto en indumentaria tradicional Ricardo Reguera, mientras el coro de Rubicón y músicos de renombre insular como Adrián Niz, Omar Pérez, Samuel García y Miguel Ángel Cabrera elevaban la atmósfera sonora. En la parte teatral, los actores Isabel Cabrera, Germán Barrios y Eduardo Curbelo trajeron a escena una historia cargada de nostalgia y optimismo, cuyo eje se vertebró en la relación vital de la población con la mar y el respeto por las decisiones personales. Se respetaron las formas más puras de la tragicomedia canaria asociada al Carnaval, trasladando al presente un discurso de libertad que no olvida sus raíces.

“Mientras otros colectivos o proyectos que utilizan la marca Lanzarote recurren habitualmente a talento exterior, nosotros queríamos apostar por la profesionalidad y la experiencia local”, apuntó David Machado. Esa visión militante de dignificar a los artistas de la isla de David ha contado con el respaldo institucional del Cabildo de Lanzarote y de su Área de Cultura. En el apartado musical, se presentó un repertorio lleno de sorpresas, destacando tres composiciones inéditas: Habanera para Arrecife, letra del poeta lanzaroteño Jaime Quesada e interpretada por el joven cantante Josué Suárez; Recuerdos, compuesta e interpretada por el subdirector musical Sergio Betancort; y Sorondongo de Los Navegantes, de David Machado y Lana Corujo, cantado por la veterana Manuela Fernández. Además, se rescató una estrofa censurada (1937-1963) de la tradicional La Batea, interpretada con gran ironía por el joven buchero Joel Diana.

La revitalización del cuerpo de danza de Los Buches, prácticamente desaparecido a principios de los años noventa, ha sido otra de las prioridades de la nueva directiva. En apenas dos años, Rubén Valiente y la profesora de Educación Física Vanessa Pérez han consolidado un grupo apasionado que, en tan solo año y medio de ensayos, ya destaca por su frescura y energía. Junto al cuerpo de danza de Rubicón, con el que interpretaron el Sorondongo, han tejido una estrategia de hermanamiento que fusiona el folclore “de los adentros” con el “del mar”.

En los camerinos, el maestro buchero Ángel Diana, considerado uno de los últimos guardianes de un saber tricentenario, lanzó un mensaje de alerta. En palabras de Ángel Diana: “Si el Cabildo no nos ayuda con el proyecto de Los Buches sintéticos esta tradición desaparecerá para siempre. Imaginen vernos bailar con garrafas de plástico en lugar de buches. ¿Ha de pasar por eso uno de los grupos más importante de la cultura tradicional de Lanzarote? El proyecto está presentado solo hace falta la financiación necesaria”. El maestro buchero declaró que la supervivencia de estos símbolos culturales depende en gran parte de la sensibilidad y el apoyo económico de las instituciones.

La trascendencia del acto se evidenció en la presencia de diversas autoridades y figuras sociales de la isla. Como representante del Cabildo de Lanzarote, asistió la consejera de Educación, María Ascensión Toledo, mientras que Lucia Olga Tejera acudió en calidad de parlamentaria canaria. En representación del Área de Cultura del Cabildo estuvo el técnico Alejandro Aguilar. Asimismo, no faltaron personalidades de reconocido prestigio en la cultura y sociedad lanzaroteña, entre ellas Toñín Corujo, Domingo Corujo, Toñín Ramos (presidente de la Sociedad Torrelavega), Nieves Rosa Hernández (presidenta de la asociación Mararía), Liberto Santana (pueblo Maho), el ceramista Tino Alemán, el empresario y Buche de Oro 2024 Nicolás Martín, el expresidente y socio honorífico Paulino García, el cronista de Los Buches y memorialista de Lanzarote Oscar Torres, el profesor y experto en indumentaria tradicional de Lanzarote Ricardo Reguera, la responsable de la Oficina de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote Ana Carrasco así como integrantes del proyecto Barrios Orquestados, que se sumaron a esta celebración del acervo insular entre otras figuras y entidades destacadas.

El éxito arrollador de Vientos de Alegría ha impulsado al equipo directivo de Los Buches a proyectar nuevas propuestas escénicas para el año 2026, confiando en que el Cabildo de Lanzarote aumente la subvención nominada anual que recibe la agrupación. Con ello, esperan ampliar el tiempo de acción escénica, de manera que este relanzamiento cultural tenga continuidad y consolide a Los Buches como uno de los referentes indiscutibles de la tradición insular.

El montaje, producido por la Asociación Cultural Parranda Marinera de Buches y co-producido por el Área de Cultura del Cabildo de Lanzarote y ROFE, ha sido posible gracias también al patrocinio de los Centros de Arte, Cultura y Turismo, y a la colaboración de Rubicón, Mararía y la Escuela de Pesca. El equipo de Los Buches ha querido agradecer expresamente la implicación de los trabajadores públicos del Cabildo de Lanzarote, así como de empresas y profesionales como Tecnosoud, Fase, Shelma Zebensuí (luces), Samuel e Ivanhoe (sonido), Lana Corujo (diseño gráfico) y el personal de sala y control de acceso de El Salinero. Sin el empeño y la profesionalidad de todos ellos, este renovado éxito no habría visto la luz con tanta intensidad.

Con Vientos de Alegría, la Parranda Marinera de Buches demuestra que tradición e innovación pueden navegar juntas hacia un horizonte de esperanza, sin perder el timón de la canariedad más genuina y multicultural. El desafío ahora radica en prolongar esa energía y asegurar los recursos necesarios para que la llama cultural y festiva de los Buches continúe brillando para las generaciones venideras.