CASO YÉREMI
Diez años sin Yéremi Vargas
este 10 de marzo, se cumplirá una década de la desaparición del niño Yéremi Vargas, de siete años, cuando jugaba con sus primos en un solar próximo a las viviendas de su abuela y su tía, en la localidad de Vecindario, en el municipio grancanario de Santa Lucía de Tirajana.
En todo este tiempo, las fuerzas de seguridad ha seguido diversas líneas de investigación con la intención de localizar al pequeño.
Cuando se conoció su desaparición, la Guardia Civil y la Policía desplegaron un amplio dispositivo de búsqueda, al que más tarde se unió el Ejército, así como vecinos y voluntarios.
Más de un millar de personas participaron durante días en la búsqueda del menor, en el mayor dispositivo desplegado jamás en Gran Canaria para localizar a una persona.
Asimismo, hubo una masiva pegada de carteles con el rostro del pequeño, que durante años permanecieron visibles en comercios, vehículos y lugares públicos de toda la isla.
Una semana después de la desaparición, la Guardia Civil detuvo a un joven de 27 años que llamó en dos ocasiones para exigir un rescate de 6.000 euros por Yéremi, si bien fue puesto en libertad dos días después al no guardar relación con el caso.
Durante diez años, se han seguido sin éxito todas las pistas e indicios que pudieran permitir encontrar a Yéremi.
En noviembre de 2013, la Guardia Civil investigó a tres pederastas escoceses, dos de ellos ya en la cárcel en su país, por si tuvieran alguna relación con la desaparición del menor.
Los tres estaban en marzo de 2007 en Gran Canaria y tenían relaciones de amistad y de trabajo en el barrio de Los Llanos, donde se ubicaba la vivienda familiar de Yéremi, muy próxima al solar donde jugaba con sus primos cuando desapareció.
Uno de los reclusos cumplía cadena perpetua en una cárcel escocesa por homicidio y desaparición de una madre y agresión sexual al hijo de ésta, mientras que el otro preso también estaba condenado por agresiones a menores.
El tercero, en libertad, fue investigado en varias ocasiones por el mismo delito.
En septiembre de 2015, un ciudadano encontró de forma casual un cráneo cuando paseaba por un solar de la zona de El Doctoral y, aunque en principio se pensó que podía tener relación con Yéremi, finalmente se comprobó que pertenecía a una mujer mayor.
En junio de 2016, un antiguo vecino de Vecindario, Antonio Ojeda, "El Rubio", se convirtió en el principal sospechoso del posible homicidio del pequeño Vargas, por una serie de indicios que lo sitúan en el mismo lugar donde se perdió su rastro el 10 de marzo de 2007 y por varios comentarios que había hecho en la prisión de Algeciras (Cádiz), alardeando de saber lo que pasó.
Sin embargo, hasta ahora, "El Rubio" nunca ha admitido ni ante la Guardia Civil ni ante el juez ser el responsable de lo que le pasó al niño.
A pesar de ello, está imputado en la posible muerte (sobre él pesan cargos de detención ilegal y homicidio) de Yéremi Vargas, después que la Guardia Civil haya reunido pruebas que le señalan como principal sospechoso de la desaparición del niño.
En diciembre de 2016, "El Rubio" fue condenado a cinco años de cárcel por agredir sexualmente a otro menor en 2012, al que abordó cuando jugaba solo en una calle de El Doctoral (una localidad colindante con Vecindario).
Le engañó para que le acompañase a su chabola con la promesa de que le iba a regalar una bicicleta y, una vez allí, lo agredió sexualmente.
Esa condena le fue comunicada a "El Rubio" ya en la prisión de Juan Grande, en el sur de la isla. Su compañero de celda en aquellos momentos explicó después al juez que Ojeda estaba tan abatido, que cuando le preguntó qué le pasó a Yéremi, le contó: "Se me fue de las manos, echó a correr y tuve que desaparecerlo".
El pasado 30 de enero, el juzgado encargado del caso dio por concluida la ronda de declaraciones que abrió tras la imputación de "El Rubio" como principal sospechoso de la desaparición del niño.