Leandro Rodríguez Linárez
Politólogo
Los más absurdo de las pretendidas parlamentarias del 6D que prefabricó Maduro es que, desde la “constituyente” 2017 hasta nuestros días, todas las elecciones han sido un soliloquio del chavismo, con partidos, candidatos, electores y resultados que él impone… de allí las históricas abstenciones, el desconocimiento de las democracias mundiales, las sanciones globales.
¿Por qué es ilógico continuar votando en Venezuela mientras el chavismo esté en posición absolutista del poder?
En primer lugar, el voto no premia. No hay gestiones saludables, desde época de Chávez la imposición de “un solo gobierno” norma la vida política del país en todos sus niveles, por eso a pesar de las notables diferencias propias de cada región, las dantescas problemáticas son las mismas. Por otro lado, los candidatos opositores que han resultado triunfadores no han podido ejercer sus cargos, son desplazados y anulados por las instituciones psuvizadas (Psuv es el partido del chavismo).
En segundo lugar, el voto no castiga. Toda la plataforma electoral del país, el uso de los recursos, armas e instituciones públicas están dispuestas hacía la retención del poder del chavismo, para que todos sus candidatos ganen a como dé lugar, incluso, sean reelectos a pesar de ser protagonistas de gestiones lúgubres. Desde 2015 este dogma se impuso verticalmente en todo proceso electoral, la controvertida constituyente la cual se perpetró sobre la sangre de más de 140 asesinados por protestarla, las regionales, las presidenciales, municipales y toda la confección de este 6D 2020 son magníficos ejemplos de lo aquí plasmado.
En tercer lugar, el voto no genera cambios. Sí el voto no premia ni castiga, entonces no genera cambios lo cual es la fuente de su esencia, se convierte en un mero acto administrativo de instituciones partidizadas que realizan actos furtivos con mecanismos democráticos para satisfacer sus demandas internas de poder, para aparentar democracia, lo mismo ocurre en Cuba, China, Bielorrusia, Rusia, Nicaragua y demás hierbas aliadas del chavismo.
Ya están demostrados y penalizados los delitos electorales perpetrados por el chavismo, de allí su desconocimiento mundial, sanciones y demás penalidades correspondientes a otras acusaciones no menos trágicas. Entonces ¿Tiene sentido que los venezolanos continúen votando? Pues no, no tiene el menor sentido, por eso el chavismo confeccionó una falsa oposición secuestrando e imponiendo directivas y candidatos a las organizaciones políticas más relevantes de la oposición ¡Eso es lo que ocurre en Venezuela!
