Francis Candil
Portavoz de Coalición Canaria en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

En los últimos meses estamos asistiendo a una imagen lamentable que se generaliza a lo largo y ancho de Las Palmas de Gran Canaria, en todos y cada uno de los barrios.
No solo se trata de contenedores que rebosan de basura los fines de semana porque no se retiran, junto a los que se acumulan además muebles y trastos. No solo se trata de que esta ciudad no haya avanzado nada en los últimos años en cuanto a la recogida selectiva y reciclaje en materia de residuos. No solo se trata de que las malas hierbas crezcan en las orillas de las calles, aceras o en la propia Avenida Marítima hasta alcanzar el tamaño de un árbol.
Se trata de que cuando empezó este mandato, el alcalde Augusto Hidalgo se comprometió a cambiar de manera sustancial el tratamiento de residuos, así como el servicio de limpieza y mantenimiento. Lo que ninguno de los presentes esperábamos es que el cambio fuera a peor.
Más allá de la evidente falta de organización y medios para mantener la imagen de esta ciudad limpia y en buen estado, lo que se evidencia es una falta de rumbo y planificación en el servicio de limpieza. En materia de personal, se improvisan decisiones que finalmente corrige el Juzgado castigando al Ayuntamiento; se firman RPT con los trabajadores que luego se incumplen; y se dejan caducar contratos con empresas que no se renuevan. Salta a la vista que las expectativas de mejora se han ido al traste. Pero por si fuera poco, a esto hay que añadir que, cuando la incapacidad para organizar el trabajo es más que evidente, ahora el alcalde anuncia que va a contratar más servicios a la empresa privada, incumpliendo nuevamente su palabra de que esto nunca sucedería.
Lamentablemente, la falta de gestión que tantas veces hemos denunciado desde Coalición Canaria en este Ayuntamiento ya se empieza a traducir en síntomas que se pueden percibir con claridad en la vía pública. Nadie puede discutir que este grupo de gobierno formado por el PSOE, Podemos y Nueva Canarias con el alcalde Hidalgo al frente, tiene un grave problema con el mantenimiento de esta capital. Las palmeras se mueren y se caen, se construyen parques que pronto pasan a formar parte del oasis de infraestructuras abandonadas, y se eterniza la ejecución de las obras, como ha ocurrido en Mesa y López, que lejos de lo prometido, se ha convertido en una zona gris, sin masa verde, y con una clara falta de cuidado.
¿Y en qué se traduce esa más que evidente falta de gestión del Ayuntamiento? En algo tan tangible como el mal estado de las calles, la suciedad y la falta de limpieza. Todo ello es una prueba clara de que cuando no se gestionan adecuadamente los servicios públicos, la calidad de vida de la ciudadanía y la imagen de Las Palmas de Gran Canaria se deterioran. ¿Reaccionará en algún momento Augusto Hidalgo o seguirá inmerso en sus trifulcas políticas sobre su futuro en el PSOE insular?
Lo cierto es que mientras el PSOE discute quién manda en Gran Canaria y donde estará el alcalde de la capital en el próximo mandato, no paro de recibir quejas de los vecinos de esta ciudad sobre el abandono de los espacios públicos. No solo tenemos que crear más parques y plazas para el disfrute comunitario y para dotar a nuestra ciudad de zonas verdes, sino comprometernos con su mantenimiento, y eso, a día de hoy, parece que se le atraganta al alcalde y a la responsable del área de Limpieza y Parques y Jardines, Inmaculada Medina.
Tanto la oposición como los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria tenemos los ojos puestos en nuestros barrios, en nuestro entorno, y es tremendamente evidente que la ciudad está sucia, carece de la limpieza necesaria y el Ayuntamiento no hace más que acumular quejas y más quejas diarias de toda la ciudadanía que paga sus impuestos para vivir en un entorno saludable.
Francis Candil, portavoz del Grupo Municipal Coalición Canaria en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria