VOLCÁN DE LA PALMA
El comité científico recomendó varias horas antes de la erupción evacuar a la población en riesgo
La asociación Tierra Bonita, editora de Elvalledearidane.com, diario solidario sobre la actualidad relacionada con la erupción volcánica, posible gracias al libro 'Las otras historias del volcán', pone a disposición el serial de reportajes de investigación que con motivo del segundo aniversario de la erupción está publicando en dicha web, en torno a los motivos por los que no se evacuó a la población antes de la catástrofe de 2021.
DOS AÑOS DE UNA ERUPCIÓN SIN EVACUACIÓN PREVIA: EN BUSCA DE LA VERDAD
El informe del comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas (PEVOLCA) varias horas antes de la erupción de 2021 en Cumbre Vieja recomendó «evacuar a la población en riesgo», un paso que, según el protocolo, se da con semáforo en naranja (siguió en amarillo). Las señales de la naturaleza se habían intensificado y las probabilidades de erupción eran ya muy considerables. Tal es así que un científico del IGME confiesa que, tras un sismo fuerte, dudó a las 11 horas si una humareda eran derrumbes o ya la erupción, pero al ver que era lo primero, se fue a almorzar. Pasadas las 13 h las autoridades dispusieron evacuar solo a unas decenas de personas con movilidad reducida y los animales de granja. El resto, miles de habitantes, siguiendo las indicaciones oficiales, se quedaron en casa. Confiaban en ser avisados a tiempo. Pero en realidad estaban con la ruleta rusa del magma bajo sus pies. La gran explosión ocurriría a las 15.11 h.
La mañana del día 19 de septiembre de 2021 se produjo un terremoto que cumplía las características de los llamados de ruptura, con los que el magma logra romper uno de sus últimos obstáculos hacia la superficie. Tuvo magnitud 4.2 y fue superficial, el mayor de los 25.000 registrados hasta ese momento en una semana.
Un científico del IGME: «Dudé si era humo de derrumbes o de la erupción; y al ser lo primero, me fui a almorzar»
Humareda de desprendimiento en Cumbre Vieja la mañana del 19-9-2021 por la fuerte sismicidad a baja profundidad
El científico del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) Juan Carlos García, en una conferencia impartida en la Universidad Complutense de Madrid el 16 de marzo de 2022, y divulgada en YouTube, explica lo siguiente: “El 19 de la mañana estábamos haciendo vuelos programados para ver deformaciones mediante fotometría, cuando sucedió un terremoto muy seco y superficial. Yo estaba en Las Manchas y me tiró del poyo. Se produjeron 4 desprendimientos en la cumbre; nos quedaba la duda de si era humo de los desprendimientos o estaba iniciándose la erupción. A las 11, cuando vimos que no eran fisuras o fumarolas, decidimos irnos a comer”.
El vídeo de esta conferencia es el siguiente:
Informe científico matinal: recomendó evacuar
Poco más de dos horas antes de la erupción, en torno a las 13 horas, terminaba una reunión del comité del PEVOLCA (el Cabildo dio una rueda de prensa a continuación) y se conocía el informe matinal (porque habría uno vespertino, forzado por la erupción que luego comenzaría) del órgano científico, en el que “se recomienda la intensificación de medidas y la evacuación preventiva de la población en riesgo”.
A este respecto es importante señalar que en el PEVOLCA se establece claramente que la evacuación preventiva solo se realiza con el semáforo en naranja, un cambio de nivel de alerta que nunca llegaría a adoptar el comité director, de carácter político.
El informe del comité científico concluyó en la mañana del 19 de septiembre de 2021 que “el proceso continúa y puede tener una evolución rápida a corto plazo”, y que “está en fase pre-eruptiva, con una mayor probabilidad de que culmine en erupción, sin evidencias, en este momento, que permitan establecer una ventana temporal”.
Y lanzó a la población el mensaje de que se mantenga “atenta a la información que proporcionen las correspondientes autoridades de Protección Civil”, comunicándose “cualquier cambio significativo que se observe”.
Una de las reuniones del comité director del PEVOLCA
En el siguiente enlace del Gobierno canario se puede leer el informe científico del PEVOLCA ese 19-9-2021 por la mañana:
La inolvidable rueda de prensa en que se anunció que el semáforo seguía en amarillo
Pasadas las 13 horas, el Cabildo de La Palma ofreció una rueda de prensa, en el que su entonces presidente, Mariano Hernández Zapata, afirmó que “nada hace indicar ni nadie nos puede decir un espacio temporal en que se pudiera producir” una erupción. Como veremos en próximos capítulos, algunos científicos admitieron posteriormente que el inicio del proceso eruptivo era «inminente» o que había quienes defendían que sería en horas y otros que en días.
Pero lo cierto es que las autoridades decidieron mantener el nivel de alerta en amarillo, optando por no elevarlo a naranja y, con ello, y, descartando, desde la perspectiva del principio de precaución, la posibilidad de que la erupción pudiera ser en un margen de pocas horas.
La rueda de prensa del Cabildo ese mediodía del 19 de septiembre de 2021 puede verse en el siguiente vídeo en el canal de YouTube de esta institución:
De las deliberaciones de los comités del PEVOLCA, cero información oficial
Como las actas y grabaciones de esas reuniones son poco menos que secreto de Estado, permanece oculto a la opinión pública cuál fue la concreta deliberación científica en esa reunión, qué criterio tuvo cada institución científica sobre las probabilidades de erupción a corto plazo y el proceso de toma de decisión, por las autoridades, de mantener el nivel de alerta como estaba y, en tal caso, por qué se consideró que la única población en riesgo era solo la de movilidad reducida.
Cabe preguntarse, pues, a qué otras señales más claras de las que ya había dado la naturaleza había que esperar para avisar a la población antes de la erupción sin someterla a un riesgo de manera imprudente. Porque la deformación del terreno ya era patente, ese domingo el epicentro de los sismos ya estaba tan cerca de la superficie que el IGN no ponía profundidad, o 1 o 2 km, y además se había producido uno de 4.2 muy somero.
¿Se aplicó el principio de precaución?
Porque, desde el principio de precaución, también cabe preguntarse si resulta razonable pretender que, ante un riesgo de que ocurra un fenómeno peligroso para el ser humano, se espere para evacuar a la población a cuando exista la certeza total de un 100% de posibilidades de que se produzca. Y asimismo cabría plantearse si esa certidumbre en vulcanología no implicaría apurar demasiado la medida preventiva ante una fuerza de la naturaleza tan descomunal como un volcán.
Una evacuación antes de la erupción permite sacar enseres, objetos personales y animales, evita el riesgo potencialmente mortal para los habitantes de la zona y produce un menor impacto psicológico.
Sin autocrítica oficial por no evacuar con antelación
Primeras horas de la erupción. / ANTONIO CARRILLO
Aunque el discurso oficial no quiera admitirlo, este fue el gran fallo en la gestión del plan de emergencias, pero ningún cargo público ni ningún científico ha dado muestras, siquiera, de frustración o de autocrítica por no haber podido alejar a toda la población del peligro antes de que la tierra se abriera y empezara a vomitar lava a cientos de metros de altura con un rugido diabólico. El pensamiento único oficial consiste en un mantra: la vulcanología no es una ciencia exacta y funcionó a la perfección la coordinación entre científicos y autoridades.
A la espera de que algún día se pueda conocer la controversia científica y política que pudiera estar reflejada en las grabaciones de esas reuniones históricas, no es ni injusto ni irracional constatar que fue la naturaleza la que decidió que no muriera nadie en ese momento. En su ruleta rusa, el disparo del magma llegó a la superficie a unos cientos de metros de las viviendas, suficientes para no matar a sus habitantes. Pero fue por ese azar, casi milagroso, no gracias a un providencial aviso oficial que, por ese hecho mereciera medallas.
Evacuaciones con semáforo amarillo que no prevé el PEVOLCA
Miguel Ángel Morcuende, entonces director de la emergencia, y Mª José Blanco, directora regional del IGN, durante una rueda de prensa
A pesar de que en el PEVOLCA en amarillo solo se prevén los preparativos para posibles evacuaciones, ya que estas se deben llevar a cabo en nivel naranja, el presidente del Cabildo anuncia la evacuación preventiva de las personas dependientes en una zona que abarca -y este dato es importante- las poblaciones que luego resultaron estar más próximas al punto de la erupción, como son El Paraíso y San Nicolás, además de Jedey, Las Manchas de Abajo, y otras más alejadas, debido a los desprendimientos: El Charco, La Bombilla, El Remo y Puerto Naos.
Esto demuestra que el comité científico del PEVOLCA tenía perimetrada la zona en que había más probabilidades de erupción, con un grado de precisión importante. Sin embargo, esta información no se trasladó a toda la población, es decir, no se precisó, aunque alguien pudiera deducirlo, que esa área de la que se mandaba desalojar a quienes tuvieran problemas para salir por sus propios medios, era la que tenía todas las papeletas de sufrir la erupción.
El siguiente vídeo, de Antonio Carrillo, está grabado en las primeras horas de la erupción. A este palmero que documentó con su dron lo que ocurría los primeros días de la catástrofe, luego se le prohibiría volar en la zona de exclusión. Pero su valioso testimonio audiovisual ahí queda en su canal de YouTube: https://www.youtube.com/@antoniocarrillo323
Resulta también llamativo que al entonces director técnico de la emergencia, Miguel Ángel Morcuende (hoy director general de Espacios Naturales en el Gobierno canario), el comité director le facultara “para que cualquier otra evacuación que se tuviera que dar de manera urgente se llevara a cabo en estas zonas” , donde también se dispuso la “evacuación de animales de granja”. Estaba claro que lo que podía pasar, podía pasar en poco tiempo.
Dada la hora en que se ordenó evacuar a la población con movilidad reducida, el mediodía, en el momento de la erupción aún no se habían evacuado a todas estas personas, que, según datos publicados entonces, sumaban entre 40 y 50. El resto de miles de habitantes del área citada se quedó en sus casas, porque así se lo pidieron las autoridades.
La consecuencia de que no se hiciera evacuación preventiva supuso que miles de personas tuvieron que salir sin previo aviso, muchas con lo puesto, de sus casas, y resulta incuestionable que se las expuso a un riesgo para sus vidas, pues bajo sus pies presionaba un magma a más de mil grados de temperatura, por lo que solo la suerte quiso que la explosión inicial del volcán, uno de los fenómenos más peligrosos de cuantos pueden acontecer en la naturaleza, no se cobrara un precio en vidas.
De haberse abierto las bocas eruptivas unos cientos de metros más abajo de la cota en que lo hizo, es muy probable que hoy estuviéramos hablando de una tragedia, con numerosas muertes por la cadena de deflagraciones en una doble fisura de cientos de metros de largo, con magma expulsado a gran presión a 1.200 grados, gases tóxicos, piroclastos a gran altura precipitándose sobre el terreno…