La U.D. Las Palmas encadena su segunda victoria consecutiva por la mínima frente al Girona C.F.

El conjunto grancanario se impuso 1-0 al Girona, haciendo valer por todo lo alto el tanto anotado por Álex Muñoz, el tercero en su cuenta personal desde su llegada al proyecto grancanario. Y, además, por primera vez Cillessen regresa a vestuarios con sus dominios intactos.

La tarde había empezado con un susto para los aficionados grancanarios. Porque a los 5 minutos Van de Beek colocó un balón en las redes del equipo local, al finalizar el primer ataque visitante. Sin embargo, la jugada resultó anulada por falta previa a Álex Suárez en la acción previa del conjunto gerundense.

El encuentro no era cómodo para la UD ante un rival bien conjuntado a pesar de sus bajas. Los amarillos tardaron más de un cuarto de hora en tomar el pulso al modelo de juego, equilibrando la posesión y el número de iniciativas ofensivas.

Fue Álex Muñoz el primero que acarició la posibilidad del éxito goleador, casi en modo de aviso. El lateral zurdo se sumó al ataque para rematar de volea un centro desde la derecha. Pero el cuero voló por encima del larguero, a pocos centímetros de la madera horizontal de Gazzaniga. Sin embargo, no sería la única vez que probaría fortuna.

El Girona respondió de inmediato y Jasper Cillessen mantuvo el marcador intacto al rechazar un remate picado de Arnau. Pero las cosas se estaban aproximando hacia donde quería Diego Martínez y sus jugadores.

El público también entró en calor para alentar en esos instantes de incertidumbre. Y disfrutó con delirio el gol de Álex Muñoz antes del descanso, para colocar el 1-0 en el marcador después de una fase de estudio táctico, orden y desgaste. El lateral zurdo, que también había hecho el tanto inaugural de la UD ante el Valencia, se sumó al ataque para aparecer en el área y empalar un buen centro desde la derecha de su alter ego, Viti.

El 1-0 fue de nuevo una liberación, aunque quedaba mucho trabajo por delante porque el partido no había hecho sino llegar a su ecuador.

La segunda parte tuvo otro perfil, con un equipo local tratando de exprimir la ventaja que había adquirido. Fue entonces Moleiro el que se aproximó dos veces con posibilidades de éxito. En el 57 lanzó junto al poste y en el 62 su disparo a media altura lo encontró, bien ubicado, el meta Gazzaniga.

Todavía habría un tercer disparo para Moleiro, al concluir una excelente jugada del reaparecido Sandro Ramírez. Pero el balón del tinerfeño tocó el poste y se marchó por la línea de fondo. Corría el minuto 78 y el partido seguía viajando entre la emoción y la incertidumbre.

El tramo final del encuentro resultó algo angustioso, pero finalmente no se movió el tanteador y los amarillos pudieron celebrar con los aficionados un resultado que confirma la reacción en la tabla clasificatoria.