Más caliente que el Valle de la Muerte: Hallan la parte más 'abrasadora' de nuestro organismo
La temperatura registrada por los científicos alcanza los 50º C y es 10 grados mayor que la máxima temperatura corporal humana.
¿Ha llegado la hora de reconsiderar las creencias establecidas sobre el funcionamiento del cuerpo humano? Un nuevo estudio publicado en la revista PLOS Biology revela que las mitocondrias, que producen energía para la actividad celular, funcionan de manera óptima a una temperatura de 50º C.
Esto es 10 grados por encima de la máxima temperatura corporal humana y, de hecho, puede hacer competencia a las temperaturas del Valle de la Muerte en California, EE.UU.
En el marco del estudio los investigadores utilizaron el denominado 'termómetro molecular', una sonda química con una fluorescencia particularmente sensible a la temperatura, y lo introdujeron en el 'corazón' de las mitocondrias.
"Mucho de lo que sabemos sobre las mitocondrias, la actividad de sus enzimas, la permeabilidad de sus membranas, las consecuencias de los defectos genéticos que afectan a su actividad, los efectos de toxinas o fármacos, todo se ha establecido a 37,5º C ―la temperatura del cuerpo humano―, pero aparentemente no la de las mitocondrias", recoge el portal Phys.org las palabras de los autores del estudio.
La conclusión de los científicos es bastante radical. Nick Lane, investigador de la University College de Londres, no relacionado con el estudio, ha señalado en su artículo sobre el descubrimiento que duda de si la diferencia de 10 grados debiera ser interpretada literalmente, pero sí debería ser tomada "con seriedad".
Por su parte, Thomas Fox, microbiólogo de la Universidad Cornell (EE.UU.), ha recordado que "no es novedad que las mitocondrias en las células de los mamíferos generan calor", según lo cita The Washington Post.
Estimaciones previas apuntaban a la existencia de una diferencia en la temperatura de una mitocondria y el resto de la célula, pero se suponía que era muy pequeña, de menos de 1 grado Celsius.
Pierre Rustin, uno de los autores del estudio, ha admitido que para reforzar sus conclusiones se necesita efectuar mediciones con "métodos independientes para cuantificar la temperatura sin recurrir a la fluorescencia de moléculas". Lo que por ahora no existe son precisamente estos métodos independientes, concluyó.