Las prohibiciones de YouTube para vídeos que enseñan a hackear y su algoritmo
Hace no mucho tiempo, una antiguo trabajador de Google, que trabajó desarrollando el algoritmo de YouTube, la red social que cuenta con un prácticamente infinito archivo de vídeos, denunció, que esta red, estaba diseñada para que los usuarios se vuelvan adictos a la misma.
Se vuelvan adictos a la misma, sin que para nada importe el contenido de los vídeos que quiera visualizar el usuario.
Según contó, el algoritmo de YouTube genera el 70% de las visitas que se registran en esa red social. Denunció también, que el principal problema de dicho algoritmo es que no se centra en las necesidades del usuario, sino que lo que pretende es retenerlo dentro de los vídeos aunque estos sean de una pésima calidad y sus contenidos más que cuestionables.
Este trabajador, que se llama Guillaume Chaslot, denunció que YouTube se centraba y se centra, en mostrar a los usuarios contenidos sin límite, contenidos que rozan la infracción de las propias políticas de YouTube, pero jugando con esos límites para presentarlos como contenidos atractivos.
Este antiguo trabajador de Google, afirmó que estos contenidos, a los que nos hemos referido anteriormente, son los más tóxicos, pero al mismo tiempo los que más ingresos generan a los creadores.
Tradicionalmente, YouTube ha sido una plataforma donde cualquier persona puede abrirse un canal y enseñar, a todo aquel que lo quiera, lo que mejor sabe hacer. Por ejemplo, los que promueven el terraplanismo, que para algunos puede parecer ridículo, pero para otros puede ser muy atractivo, lo que puede aumentar su cifra de suscriptores, de forma considerable.
YouTube trata de recomendar algunos asuntos, por ejemplo, un vídeo que proporcionaba información sobre las relaciones entre Rusia y EEUU durante la campaña de Donald Trump en 2016.
Esto provocó que más de 236 canales de YouTube empezaran a recomendar un vídeo subvencionado por el propio gobierno ruso para difundirlo más ampliamente.
El límite con el que el algoritmo juega hacia un lado u otro, permite adaptarse a las normas de YouTube, sin tener que prohibirlo directamente.
No obstante, el algoritmo de YouTube permite seleccionar aquellos vídeos que ellos mismos tratan como “dañinos y peligrosos”. Por ejemplo, los vídeos que piensan prohibir y que enseñan cómo hackear y piratear.
De esta forma, cualquier video que muestre cómo saltarse la seguridad de un ordenador o sustraer los datos personales de una persona serían eliminados de la plataforma.
Si un youtuber, digamos, Santiago de Como-hackear sube contenidos dando instrucciones de cómo piratear, se enviará un envío al creador del canal, sin que le cuente como strike. Sin embargo, si dicho youtuber repitiera esa conducta, se le expulsaría de la plataforma de manera permanente.
No obstante, es curioso que YouTube, teniendo en cuenta lo anterior, no expulse de la plataforma a aquellos usuarios que den cursos de hacking con fines educativos.
YouTube se encuentra en la actualidad en una curiosa encrucijada, ya que ellos mismos se han mostrado orgullosos, en muchas ocasiones, de que YouTube sea un sitio para aprender. ¿Y por qué decimos esto? Porque entre las diferentes prohibiciones que tiene YouTube para sus usuarios, de las que hablaremos en otra ocasión, se hace muy difícil distinguir entre qué es hackeo ético y qué no lo es.
En resumen, si para un humano es difícil hacer esta distinción correctamente, imaginar un algoritmo, sobre todo el de YouTube, que mete strikes indiscriminadamente, incluso a contenidos perfectamente lícitos.
