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La supervivencia de un enigma (3/4)

Andreína Pérez Armas - 20/11/2020
 Recreación de Florencio Pérez García, de Gaudy Producciones

Andreína Pérez Armas

JUSTIFICACIÓN ANTROPOLÓGICA E HISTÓRICA DE SU SUPERVIVENCIA

“¿Los  mataron  a  todos,  sí  o no? ¿O sí hay gente que sobrevivió? No ponernos en los extremos”, subraya el historiador Antonio Te jera. Hay que tener en cuenta que primera invasión por los castellanos colonizadores sería en el año 1402. Mientras que el segundo asedio sería en 1477.

 

Los mataron a todos, ¿sí o no?

Antonio Tejera

 

Hay una gran oscuridad histórica y de datos

Francisco Caamaño

 Como podemos observar, fueron dos periodos muy diferentes, y en cada isla, no se daría igual o se podría denominar como “conquista”. La Gomera, Tenerife o Gran Canaria se resistieron, lo cual llevó a los guerreros canarios a ganar algunas batallas y también a morir en ellas. Otras islas optaron por la vía más pacífica, en la que duraría poco el periodo de conquista. Y acabarían cediendo ante los castellanos y el nuevo modo de vida que establecen.

Además, no todas las islas fueron conquistadas a la vez, fue por períodos. Como afirma Francisco Caamaño, “hay una gran oscuridad histórica y de datos que existe para la comarca noroeste de La Palma, desde el día siguiente de  la conquista, hasta por lo menos 1553.” Ya que, los que escribían la historia, sobre este periodo, serían los vencedores. Otra dificultad fue la represión y no tener escritos los testimonios directos de los vencidos. Sin ninguna duda, en islas como Tenerife o La Gomera lucharían sin cesar resistiendo a la conquista. 

 

Momia encontrada en La Palma del Museo Arqueológico Benahoarita. Foto: Andreína Pérez

 Mientras otras, como Lanzarote o Fuerteventura, apenas se podrían calificarse como conquistadas porque decidieron no combatir. Mientras que en La Palma, el propio “rey” aborigen se sacrificaría por su pueblo para morir de hambre en un barco camino a la esclavitud.

Pero, refiriéndonos a la pregunta anterior que mostraba Antonio Tejera estamos ante un no rotundo: no serían ni exterminados ni perecerían todos. “¿Qué es lo que sucede? Pues que son las mujeres las que menos murieron (en referencia a las conquistas).  Porque en realidad hubo más mortandad por la famosa modorra, es decir, la gripe que produjo una cantidad de muertos considerables que por las batallas.” Explica el arqueólogo y hace hincapié en que “las conquistas de verdad son Tenerife y Gran Canaria.” 

 

Ejemplo de excavación de un yacimiento en Gran Canaria. Fuente: Tibicena

 Lo que está claro, es que este factor sería crucial para justificar, en parte, esa supervivencia femenina, que se muestra en la actualidad mediante los estudios de Rosa Fregel. Y que manifiesta, una población mestiza, de la cual “un alto componente norteafricano en los linajes maternos (~40%) y una composición mayoritaria europea para los linajes paternos (>90%)”, explica Rosa Fregel.

Pero ¿qué les esperaba a los canarios? ¿Qué harían los supervivientes? ¿Se adaptarán a esta nueva cultura colonizadora y su modo de vida o se resistirían al poder impuesto de los lejanos castellanos que apenas conocían? Una nueva palabra definiría el futuro de estos antiguos canarios: la esclavitud. Muchos serían llevados a la Península Ibérica como sirvientes de las altas clases y vendidos en los puertos. Antonio Tejera explica que “hay una calle en Sevilla que se llama Canarios, pero no por los pájaros, sino por donde vendían los canarios, los esclavos que traen desde el Archipiélago.” Pero, además de este futuro incierto, también los castellanos les tenían preparados otros destinos a estos singulares pobladores.

Aunque muchos fueron usados de esclavos, durante la conquista  y posterior a esta. Lo cierto es que gran parte de los aborígenes les esperaba otra suerte: el traslado a otra isla. 

LA SUPERVIVENCIA DEL PUEBLO CANARIO

Farrujia explica que sucedería con ellos: “Por ejemplo, los gomeros que los reubicaron a Tenerife. Entre Tenerife que los llevarían a Gran Canaria. Desterrados”. Para así poder evitar posibles sublevaciones. Sin embargo, en las zonas más alejadas del núcleo capitalino dónde no vivían los castellanos, los supervivientes intentarían mantener su estructura, ritos y costumbres. Una resistencia de su identidad ante el poder impuesto. Lo que ex- plica aproximadamente, entre 2 y 3 siglos, de matrimonios entre ellos, que hacen prevalecer esa parte tan importante de ADN Antiguo en la actual población canaria. Incluso, denuncias durante la Inquisición, muestran como mantendrían “sus costumbres paganas y formas de enterramientos ancestrales”, explica Verónica Alberto.

Cada isla guarda sus singularidades, lo observamos en las con quistas, en los poblamientos, en las costumbres y en la resistencia. Al igual que en la evolución histórica de ellas. Un reflejo de una sociedad que perduró en el tiempo. Como bien relata el cronista portugués Gaspar Fructuoso en el siglo XVI en Saudades da terra (1586- 1590). Dando a conocer no solo un contexto histórico, sino, que también, hace alusión al contexto social y físico del archipiélago canario antes y post-conquista. 

 Recreación de Florencio Pérez García, de Gaudy Producciones. Fuente: Tibicena

  “Los isleños se llaman guanches, que en nuestro lenguaje quiere decir “valientes”. Y así son los que hay allá igual que en la evolución histórica de ellas. Un reflejo de una sociedad que perduró en el tiempo. Como bien relata el cronista portugués Gaspar Fructuoso en el siglo XVI en Saudades da terra (1586- 1590). Dando a conocer no solo un contexto histórico, sino, que también, hace alusión al contexto social y físico del archipiélago canario antes y post-conquista. “Los isleños se llaman guanches, que en nuestro lenguaje quiere decir “valientes”. Y así son los que hay allá ahora”, expone Gaspar Fructuoso, de los naturales de Tenerife. Incluso, explica las costumbres de cada isla, sus diferencias y similitudes.

 Las Islas Canarias serían en el siglo XVI un enclave esencial al encontrarse entre las costas africanas y la ruta hacia las Indias. Sin embargo, no fueron tantos los castellanos que decidieron hacer del archipiélago su nuevo hogar. Según lo dispuesto por la ley, tras las conquistas, se repartieron las mejores tierras, para permitir esa colonización y prevalencia de los castellanos. No obstante, poco interesó a estos unas islas que requerían tanto trabajo y que no se hacían efectivas su posesión de los terrenos hasta pasar 5 años de residencia. Teniendo en cuenta las comunicaciones y las características de Canarias, muchas de las tierras serían arrendadas o abandonadas. “Y en contratos de arrendamiento agrarios, alquilaban en los territorios que los conocían muy bien a los aborígenes”, expone Francisco Caamaño. Por lo que, el principal sustento de la economía seguiría siendo el pastoreo y la agricultura.

“Comen más gofio que otro pan. Son grandes comedores de carne, beben leche de cabra, de oveja y agua. Por eso son frescos y gordos, ligeros y fuertes.” Gaspar Fructuoso mostraría un elemento esencial de estos pobladores. Más allá de las conquistas y sus actuaciones, reflejan los caracteres físicos de estos habitantes. “Porque los isleños de ella (pese a ser grandes hombres de cuerpo y de buena planta) no eran guerreros.”

Un trabajo literario que se ha recuperado en el proyecto llevado a cabo por Tibicena, El Museo Canario y Pablo Aparicio. Como muestra Marcos Moreno, director de la empresa arqueológica Tibicena: “Creemos lo que no se publica no existe, lo que no se conoce no se aprecia. Que algo que no se ve, parece que no existe. Lo que no se ve no se ama.” Son grandes avances que muestran la evolución que está sufriendo Canarias. Un progreso muy positivo en cómo presentar y dar a conocer ese amplio patrimonio que tanto tiene por descubrir aún.

 

Algo que no se ve, parece que no existe. Lo que no se ve no se ama

Marcos Moreno

 

 

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