SIMULACRO
Canarias será el escenario de un simulacro de erupción volcánica y terremoto
El consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Julio Pérez, y el teniente general jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Luis Manuel Martínez, anunciaron la realización del Ejercicio Conjunto Combinado “Canarias 2020”, que consiste en un simulacro de una situación de emergencia de nivel 3 (el máximo) que tendrá lugar entre el 21 y 26 de marzo del próximo año.
También acudieron a la presentación el director general de Seguridad y Emergencias, Gustavo Armas, el subcomisario del Cuerpo General de la Policía Canaria, Jesús González, el director del CECOES 1-1-2, José Domingo Linares, y el técnico del Servicio de Protección Civil y Atención de Emergencias, Jorge Parra. Por parte de la UME asistieron el coronel del Departamento de Relaciones y Evaluación, coronel Marí y Marín, que a su vez dirigirá el Ejercicio, el jefe del II Batallón de la UME, del que depende la UIEM Canarias, teniente coronel Garcés Menduiña, y el jefe de la UIEM Canarias, comandante Álvarez Viana.
Se trata de un ejercicio que lleva a cabo la UME cada año y que le permite estar en las condiciones idónea para dar una respuesta inmediata en la dirección de una emergencia de interés nacional. La UME planifica, programa y dirige este ejercicio combinado, que será el décimo de este tipo. Servirá de adiestramiento en la transición de la dirección de la crisis desde el nivel 2 (Comunidad Autónoma) a nivel 3 (Estado), además de gestión de la propia crisis, coordinación con otros organismos y traspaso de responsabilidad en la fase de normalización de la emergencia.
Este simulacro de emergencia de interés nacional estará originado por un riesgo principal de erupciones volcánicas, tras el cual emergerán riesgos secundarios como seísmos, incendios forestales o accidentes aéreos. También serán incluidos Riesgos Tecnológicos. En concreto, la situación de emergencia se producirá como consecuencia de un terremoto tectónico de magnitud 5.2 a 10 kilómetros de profundidad, con epicentro a pocos kilómetros al norte de Santa María de Guía (Gran Canaria). El Instituto Geográfico Nacional (IGN) le asigna una intensidad máxima VII-VIII.
La sacudida es muy potente y se registran numerosos heridos y algunos fallecidos. Además, se producen daños muy graves en edificaciones y numerosos deslizamientos de ladera. Ante esta situación, el Plan Especial de Riesgo Sísmico se coloca en nivel 2 de emergencia, y el Plan Territorial de Protección Civil se coloca al mismo nivel. El IGN no emite alerta de maremoto para todo el Archipiélago.
Pero al poco de producirse el terremoto, se detecta una elevación repentina de dióxido sulfúrico y dióxido de carbono en Tenerife. Los datos de la red GPS e imágenes de satélite indican deformaciones muy notables del terreno, por lo que el semáforo volcánico de información a la población se sitúa en naranja, de “erupción inminente”, y el Plan Especial de Riesgo Volcánico de Canarias pasa a situación de alerta máxima.
Una vez producida la erupción en Tenerife, comienza una fase explosiva y una columna eruptiva de dos a tres kilómetros de altura. Aparecen columnas de lava, flujos piroclásticos, expulsión de fragmentos volcánicos y bombas hasta 200 metros fuera del cono. Además, son muchos son efectos asociados: deslizamientos de ladera, desprendimientos rocosos, incendios forestales, emanaciones tóxicas no mortales, pero que contaminan acuíferos. El semáforo volcánico se sitúa en rojo, y el Plan Especial de Riesgo Volcánico de Canarias pasa a situación operativa 2.
Valorada la situación en ambas Islas, y tras evaluar el nivel de daños, el Gobierno de Canarias propone al Ministerio del Interior que declare la situación de Emergencia de Interés Nacional de los Planes Especiales de Riesgo Sísmico y Volcánico. Para la gestión y resolución de esta emergencia serán necesarios diversos medios, unidades, organismos y entidades de todos los niveles (local, autonómico, nacional e internacional).