Luz LED y luz convencional, ¿qué las diferencia?
La iluminación es un campo en continuo cambio. Las viviendas han pasado de las velas a las bombillas e, incluso en este terreno, la evolución ha dado saltos de gigantes en los últimos años. Solo hay que echar un vistazo a los nuevos tipos de lámparas que podemos encontrar en los hogares y, sobre todo, a lo que ofrecen las luces LED.
La solución LED es más antigua de lo que aparenta, no obstante, el descubrimiento de sus bondades ha sido relativamente reciente. Profesionales como los de www.electricistasterrassa.cat no dejan de recomendar el uso de estas luces por las ventajas que ofrecen frente a la iluminación convencional.
Aunque eso no impide que surjan las dudas. ¿Qué diferencias hay entre la luz LED y la luz convencional? El mero planteamiento de una y otra ya las diferencia, aunque se distancian poco a poco en aspectos como el consumo energético, los precios, la capacidad lumínica o incluso la potencia que pueden ofrecer.
Todo esto, junto a los detalles más minuciosos y los datos que lo sustentan, quedará explicado en los siguientes apartados.
Principales diferencias entre la luz LED y la luz convencional
Aunque parezca novedosa, realmente la tecnología LED lleva entre nosotros 60 años. Las primeras luces LED se fabricaron en 1962, pero su uso distaba mucho del de las luces incandescentes por aquel entonces.
No obstante, a pesar de su antigüedad, para muchas personas, este tipo de bombillas y luces siguen siendo todo un misterio. Las bondades de las luces LED son grandes desconocidas para gran parte de la población, que no termina de tener claro qué las diferencia de las luces convencionales.
Vamos a ponerle remedio a continuación:
Tecnología empleada
La principal y máxima diferencia entre ambos tipos de luz es la tecnología por la que funcionan. La luz incandescente recurre al efecto Joule, haciendo que circule corriente por un filamento de Wolframio que se ilumina enormemente a elevarse su temperatura por el paso de la electricidad.
Las luces LED, por otra parte, recurren al uso de diodos que emiten luz. Distribuyen los diodos de forma adecuada para que estos, al paso de la corriente, se iluminen y permitan arrojar la luz deseada. Debido a esta diferencia, su capacidad lumínica siempre es mayor a la de la incandescencia.
Consumo energético
El consumo de las bombillas LED es mucho menor que el de las bombillas incandescentes. Mientras que una lámpara incandescente transforma entre el 10% y el 15% de la energía que recibe en luz, la lámpara LED es capaz de transformar entre el 80% y el 90%. La diferencia es abismal.
La clave de esto radica en la cantidad de energía disipada en forma de calor. Por su sistema, la luz incandescente derrocha muchísimo calor, con el malgasto energético que eso supone. En cambio, la LED disipa mucho menos calor. Eso, a su vez, hace que se pueda colocar en más sitios porque apenas se calienta.
Potencia en Vatios
Dada la diferente tecnología a la que recurren, el uso de potencia de ambos tipos de luz es enormemente dispar. La mejor forma de entenderlo es con números y con el concepto de lúmenes (cantidad total de luz visible en una dirección concreta).
Con eso citado, llega el dato: una bombilla incandescente de 10 W genera los mismos lúmenes que una bombilla LED de 1 W. La LED necesita 10 veces menos potencia para generar la misma luz, lo que hace que el consumo energético que realiza sea, consecuentemente, 10 veces menor.
Dicho de otro modo, la tecnología LED es la mayor aliada en los hogares gracias al ahorro que supone de cara a la factura de la luz.
Precios
Por lo general, las bombillas LED son considerablemente más caras que las bombillas incandescentes y más tradicionales. No podemos olvidar que, en comparación con la anterior, la tecnología LED es relativamente reciente, por lo tanto, su coste es mayor que el de una tecnología que lleva tanto tiempo establecida.
En ocasiones, el precio de la luz LED puede llegar a duplicar o triplicar a la convencional. Ahora bien, el coste inicial queda cubierto a la larga. Como hemos mencionado anteriormente, cualquier luz LED es mucho más eficiente que una luz incandescente, por lo que ese coste inicial más elevado se va recuperando e incluso superando enormemente con el uso al cabo del tiempo.
La tecnología de las luces LED es el siguiente paso a dar frente a las incandescentes tradicionales. Poco a poco se están implantando y el mundo está descubriendo que no solo son más versátiles y útiles para decorar, sino también que su potencial va mucho más allá, siendo notablemente más prácticas, económicas y eficientes que “las de toda la vida”.
Estas diferencias explicadas no hacen más que aclararlo. Adoptar el uso de este tipo de luz es abogar por una solución que, simplemente, encaja con los estándares modernos.