Llevamos siglos preguntándonos que es antes la gallina o el huevo, que en este tema, es si los cambios sociales y morales se producen por sí mismos, o por mil factores y variables…
No tenemos “inteligencia mental neuronal” para abordar este tema, ni tenemos “instrumentos técnicos intelectuales” que nos permitan solucionar esta cuestión, ni tenemos “conceptos e ideas culturales verdaderas y verídicas” para resolver este misterio.
Cambios técnicos.
Es decir, no sabemos, si un cambio técnico o tecnológico, como influyen en los cientos de vectores, variables, factores que son y forman parte de lo humano individual o colectivo o social. Desconocemos las consecuencias y las interrelaciones, en cantidad y calidad. Vivimos en un mundo que no conocemos, ni conocemos totalmente, en lo natural y en la Naturaleza, ni en lo humano y en lo sociohumano. Vivimos como Diógenes buscando al hombre con la antorcha pequeña de nuestras luces.
Nos hemos llenado de enorme vanidad y soberbia, por todo lo que ha avanzado el mundo en doscientos años, desde la mitad del siglo dieciocho, que hemos puesto la primera fase de la revolución industrial, pero todavía cabalgamos en ese caballo y carreta y barco. Pero apenas sabemos casi nada. Las ciencias sociales y humanas, en la etapa moderna, plenamente, que siguen el método científico, no tienen más de tres siglos: economía, Adam Smith, el considerado padre de ella, fue el mismo año, publicó el mismo año, su famoso libro, el año de la Proclamación de la Independencia Americana.
Ciencias Humanas.
El resto de saberes, hasta hace casi nada, eran objeto de filosofías y de humanidades y de letras y de artes, y, solo ahora, hace casi nada, ha pasado al método de la ciencias: economía, política, derecho, geografía, historia, antropología, psicología, hasta la veintena que conforman dicho conjunto de saber, que tantas veces, hemos añorado se interrelacionen en dos o tres –pero eso sería otro telar y otro tapiz y otra alfombra a tratar en otro momento-.
No sabemos, cómo los artilugios influyen en la masa cerebral y neuronal, y, por consecuencia tampoco en los individuos, grupos, sociedades, Estados. Caminamos por el método del ensayo y del error. Ahora, una ministra, dicho con respeto y sin acritud, indica, “no podemos prohibir los móviles en la enseñanza porque es como poner puertas al campo”.
Y, hay que decir, que el campo está lleno de puertas y verjas, eso lo primero, o, es que hace ya mucho tiempo que no van paseando o de senderismo por el terruño patrio. Segundo, se puede prohibir en las aulas, y, en tiempos de las horas de la enseñanza, salvo alguna excepción. Tercero, es la manera evidente y seria y profunda, de reducir enormes problemas y tensiones, entre alumnos y elevar el nivel educativo. No sucedería nada por disponer de algún sistema que el móvil, se deje en la portería y en la conserjería, con algún sistema ya fijado, sobres para cada alumno, etc.
Cambios de costumbres e ideas.
No sabemos cómo y porqué y por qué cambian las costumbres y los hábitos y los modos de ser y de estar en el mundo, ni a nivel individual, ni a nivel social. No sabemos como un pequeño cambio técnico y tecnológico cambia costumbres sociales, morales, antropológicas, psicológicas, incluso algo de los circuitos neuronales. Puede que miles de curas celebren los servicios religiosos los domingos, y, puede que asistan a ellos, ocho o nueve millones de personas, pero después un programa equis de televisión, dado en la noche, puede ser visto por un millón de personas. Ese programa transmitido día tras día, durante uno o cinco años, puede cambiar las costumbres amatorias, afectivas, sentimentales, sexuales, de pareja, de una gran parte de la sociedad, etc.
Nos hemos centrado aquí, en poner ejemplos de la técnica, pero con una idea o palabra o concepto o enunciado o categoría intelectual que cambie, se transforman multitud de realidades y entidades antropológicas y psicológicas, y, al final, económicas, sociales, políticas, psicológicas, costumbres...
Todos estas áreas están formadas y conformadas por multitud de variables, y, esas variables económicas se entrelazan con variables y relaciones e interrelaciones y funciones psicológicas, y, a su vez con antropológicas y económicas. Todo es un popurrí y un combinado que para mí, ha sido un enorme misterio y enigma. Debo confesar, que toda la vida, he ido de un saber a otro, no como experto, sino como interesado, y algo he aprendido, pero apenas he rozado todo lo que somos y todo lo que se explica y todo lo que podremos ser y saber… (¡Al final, no he sido experto en nada, y, por tanto, nadie considera mis juicios de que es de su especialidad…!).
Conclusión.
¿Cómo cambia las costumbres y las ideas y los afectos, cómo…? Supongo que en la próxima generación cuándo se combine el Big Data, con sistemas de IA, Inteligencia Artificial y ordenadores cuánticos, se podrá resolver por fin, cómo un factor equis o variable equis o función equis se interrelaciona con los otros mil factores y vectores y…
Todo esto, y mucho más me lo ha recordado al encontrarme de bruces, con un artículo del notable escritor y articulista Francisco Casavella, -aquí, aquí mi modesto homenaje a este observador de la realidad-, dicha columna se titula: Yo era una chica moderna. Pues eso, usted es una chica postmoderna o un chico postmoderno… ¡Y, no lo sabe…!